Capítulo 4

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Ya amaneció, y como ya es costumbre, los jóvenes se encuentran reunidos en la sala principal. Ellos mantienen una pequeña charla en la que a Manuel se le ocurre una gran idea; él sugiere que deberían hacerse preguntas entre sí, algo para matar el tiempo y distraer su mente en lo que llega la hora del reto de hoy.

—De acuerdo, entonces voy primero —dice Taylor mientras se acomoda—. ¿A alguno de ustedes les gustan las películas de terror?

—A mi no me gustan —le contesta Annabelle—. Me dan pesadillas horribles.

—¿Por qué dices eso? —le responde Alex—. ¡Esas cosas son lo máximo!

—Prefiero las de comedia.

—Bueno, cada quien con sus gustos —responde Gabriela con una sonrisa simpática.

—Estoy de acuerdo con Gaby —agrega Nicole—. Y entonces, ¿Cuáles son sus favoritas chicos?

—Para mí, ''It'' de Stephen King es una de las mejores películas que he visto —le contesta Jackson.

«Aunque sigo pensando que deberíamos enfocarnos en cómo salir de este lugar en vez de hablar de estas cosas», pensó Jackson mientras intentaba no ser tan obvio. Lo último que quiere es perder a las únicas personas que pueden ayudarlo.

—No inventes Jackson, esa película también es mi favorita —responde contento Manuel.

—Aunque, para mí, la secuela deja mucho que desear —agrega Ámbar.

—Confirmo. No pasa nada interesante —dice Elizabeth para luego continuar—: Y ahora, quiero que levanten la mano los que saben cocinar.

Acto seguido todos levantan la mano con total seguridad. Orgullosos de lo poco que saben hacer. Salvo Javier, Ámbar y Brayan quienes se quedan callados y deciden mirar a otro lado para disimular. Salvo Ámbar y Brayan que no tienen problema de admitirlo. Haciendo sentir a mejor a Javier.

—Tengo que confesar que solo se hacer sándwiches —dice Ámbar soltando una carcajada.

—Lo mismo digo, por eso me llaman para hacer la picadera de las fiestas —dice Javier con una sonrisa.

—Si hacer café cuenta cómo cocinar, ¡entonces soy un experto! —declara Brayan apuntando hacia arriba con firmeza.

—Se pasan —dice Gabriela mientras suelta una risa no tan pronunciada.

—Si, con esa edad ya deben de saber algo —dice Michael mientras se ríe.

—Debo, pero no quiero. —Brayan sonríe triunfante.

—Por curiosidad chicas... ¿Alguna de ustedes es otaku? —les pregunta Alexander.

—Bueno... Debo admitir que sí lo soy —le responde Ámbar—. ¿Por qué?

—El forro de tu celular te delató. —Se ríe.

—Oh!, jajajaja

—¿Y qué hay de ti Gaby, eres una Otaku en secreto? —le pregunta Alexander con una sonrisa simpática.

—Que va, ya sabes que prefiero la lectura.

—¡Igual que yo! —le responde con emoción.

—Bueno, aprovechando el momento, quiero decirles que si quieren pueden seguirme en mi canal ya que soy un influencer muy famoso —agrega Javier.

—¿Estás seguro? —le responde Ámbar con claras ganas de molestarlo como toda buena amiga que es—. Recuerda que once suscriptores no te hacen famoso.

—¡Ámbar ya vasta! —le contesta Javier un tanto avergonzado.

—Oblígame.— Su cara de satisfacción lo dice todo. Y aún nadie sabe cómo y porqué, pero ambos se encuentran ahora del otro lado de la sala peleando.

Meses De Agonía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora