Capítulo 12

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—No lo entiendo... ¿Qué estoy haciendo mal? —Alexander se encuentra sentado al lado de Brayan con una tristeza profunda en su mirada. El comportamiento del joven no pasa desapercibido por la mente de Brayan y llama su atención casi al instante.

—Oye, ¿Por qué estás triste? —Brayan se acomoda mirando a su compañero con preocupación—. ¿Alguien te lastimó?

—Algo así —le responde Alexander sin apartar su mirada del piso—. Hago muchas cosas por Gaby porque quiero gustarle, pero no parece sentir lo mismo.

—No tienes que sufrir por eso. Hay mucha gente en el mundo que te quiere tanto como tu la quieres a ella, y una de esas personas puede estar más cerca de lo que crees. —Brayan desarregla el pelo de su compañero y se aleja con una sonrisa mientras que Alexander se queda meditando.

—Eres muy generoso con él, ¿lo sabías? —le dice Jackson mirando como su amigo se recarga en la pared imitando su posición.

—No lo suficiente —le responde con una sonrisa sutil.

—Muchachos... —Los jóvenes por instinto se reúnen en la sala tan rápido como escucharon la voz de Misterio, temerosos de saber que les tiene preparado para esta ocasión—. ¿Están listos?

—¡Por supuesto que no! —exclama Elizabeth con total rechazo—. Lo que hiciste ayer fue imperdonable.

—No entiendo por qué son tan ingratos.

—¿A qué te refieres?

Tal vez no lo entiendan ahora, pero si lo que vivieron ayer en realidad hubiese sucedido, la historia hubiese tenido un final totalmente diferente. Tal vez para ellos, lo que pasó solo se trató de un reto inhumano y cruel, pero en realidad no se trata más que de un método de Misterio para asegurar que esto dure un poco más. Pues al final, para él no son más que ovejas que hacen lo mismo que haría el otro, y es justo eso, lo que quiso evitar.

—Veo que esta charla ha durado demasiado tiempo, así que es hora de ubicarlos. —Los jóvenes acaban de aparecer en la entrada del salón, lugar donde van a realizar su nuevo reto.

—Verán, hoy tendrán que atravesar este campo láser, —Por alguna razón, esto emocionó a algunos, entre ellos Elizabeth y Ámbar, pues es algo que ya vieron antes en las películas de acción—, pero estos láseres no son como los demás, ya que estos se moverán y rebanarán todo lo que esté a su paso.

—¡¿Qué?! —Ese detalle los tomó por sorpresa, ya que pensaron que se trataban de láseres de seguridad y que formaban parte de una dinámica totalmente diferente.

—Como escucharon. Así que empiecen, y traten de no perder la cabeza. —Esta expresión la usó más que nada para burlarse de Taylor y Nicole, recordándoles lo que pasó hace unos días.

Al principio, solo algunos se atrevieron a realizar el reto, pero en cuestión de minutos el resto los acompaña. Ellos tienen la suerte de que estos láseres no van tan rápido, de lo contrario, sería casi imposible que llegaran siquiera a la mitad del cuarto. Mientras tanto, Misterio como siempre disfruta de ver como sus víctimas una vez más se juegan la vida para estar otro día atrapados. En su retorcida mente, sigue viéndolos como unos pobres niños ilusionados, creyendo ciegamente en una promesa cuando en realidad, él solo espera el momento el que uno a uno corra el mismo destino que Annabelle. Solo le interesa ver cuánto más pueden aguantar sus frágiles cuerpos, pues si algún día se cansa de ellos, no dudará en matarlos y seguir su verdadero objetivo.

Los jóvenes intentan llegar al punto seguro a toda costa. Muchos lo llevan se toman su tiempo y se mueven despacio, mientras que otros hacen todo lo contrario. Pero para uno de ellos el tiempo será el menor de sus problemas.

Michael se encuentra con una presión incalculable porque no solo está intentando sobrevivir, sino que también está detrás de Alexander, intentando cuidarlo para que no le pase absolutamente nada ya que en este momento, él es toda la familia que tiene. Su mente se encuentra tan agitada que no tiene idea de lo que está a punto de pasar.

Michael recién se da cuenta de que su brazo izquierdo se siente más ligero y que está algo húmedo, esto último es lo que llama su atención y se entera de que de alguna forma, uno de los láseres acaba de cortarle la mano. Él mira su extremidad en el suelo, totalmente asustado y está comenzando a entrar en pánico; no puede gritar por el miedo, le falta el aliento y siente como todo se balancea a su alrededor. Para Michael, todo se mueve en cámara lenta, mientras se balancea y ve todo borroso. De repente, este se desmaya y se desploma en el suelo. Misterio evidentemente se da cuenta de esto, pero le parece mejor que el resto se de cuenta de esto por sí solos. Aunque esto lo desconcertó porque esperaba que por lo menos lo cortaran a la mitad mientras veía como sus órganos se iban saliendo uno por uno.

Pasaron unos minutos y el resto del grupo acaba de terminar el reto. No todos lo hicieron al mismo tiempo, porque decidieron ir despacio para no ser las ''primeras'' víctimas del campo láser.

—En las películas lo hacen ver muy fácil —Elizabeth le dice esto a sus compañeros sin creer cómo es que salió de ese lugar prácticamente ilesa.

—Eso te pasa por creer en la magia de Hollywood —le responde Gabriela con un tono burlesco mientras se limpia el polvo que su ropa recogió durante el reto.

Entre risas y golpes sutiles por parte de algunos. Alexander acaba de notar algunas manchas en la suela de sus zapatos, lo que llama su atención y hace que revise el suelo. Todo esto solo para darse cuenta de que hay un rastro de sangre que va desde el campo láser hasta el cuerpo de su hermano, quien se encuentra desmayado en el suelo. Sin pensarlo dos veces, y temiendo lo peor, llamó a sus compañeros para que corrieran a ayudar a Michael. Ahora se encuentran con él en la sala principal.

—Okey, debe haber algo en esta casa que nos ayude. —Alexander busca frenéticamente por todas partes junto con sus compañeros. De repente, las luces se van y al momento de volver, una bola de estambre bastante gruesa aparece frente a los jóvenes junto con una aguja de coser casi igual de gruesa.

—Nos estás jodiendo, ¿verdad? —preguntó Jackson totalmente desconcertado al ver lo que Misterio les dejó.

—Si quieren que se desangre, pueden tirarlo a la basura. Quien sabe, tal vez el cuerpo de su compañero le sirva de cena a Cherokee.

—sin ninguna otra opción, Jackson da media vuelta con la bola de estambre en mano— Bueno, ¿algún voluntario?

—Yo no voy a hacer eso ni aunque me paguen —declara Nicole evitando mirar el brazo de su compañero.

—Ya que —dice Brayan tomando los materiales de la mano de su amigo—, al menos no va a patearme como el caballo de mi papá el día que quisimos castrarlo.

Meses De Agonía ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora