Llegó un nuevo día a la mansión y como siempre, los jóvenes se encuentran esperando al nuevo reto en la sala principal. A pesar de ello, las chicas deciden juntarse y jugar verdad o reto para no aburrirse. A excepción de Annabelle, pues sigue con el mismo miedo que tuvo desde un principio y esto le hace difícil concentrarse en otras cosas como simplemente dejarse llevar.
—Okey Taylor, te toca —dice Elizabeth—. ¿Qué eliges, verdad o reto?
—Hummm... Creo que voy a elegir la verdad. Ya no quiero saber de retos.
—¿Cuál es la mayor locura que has hecho por dinero? —le pregunta Annabelle.
—Mmm... déjame pensar.... Una vez me comí una mariposa por 50 pesos.
—¡Asco! —Todas las chicas empiezan a reír
Por otro lado, Brayan está hablando con Manuel respecto a lo que pasó ayer.
—Oye, no sabía que a ti también te gustaba la medicina —dijo Brayan.
—Si, es una de las formas más increíbles de ayudar a alguien. Aunque la química se me da fatal.
—Yo puedo ayudarte con eso. No veo la hora de que salgamos de aquí para enseñarte.
—Por cierto, lamento lo que le pasó a tus padres. Fuiste muy afortunado al no estar con ellos.
—¡Jackson! —susurró Brayan mirándolo con descaro.
—Supongo que sí. Aunque igual me hubiese gustado estar ahí con ellos. Pero como siempre dice mi abuela: ''Todo pasa por...''
—¡Ahoy, muchachos!
—Tengo un mal presentimiento —dice Gabriela. dando un suspiro.
—Hoy quiero que se dirijan a la sala que tiene la puerta marrón.
—¡Sí mi capitán! —Alexander le sigue el juego y se ríe. Pero en realidad, siente miedo ya que todos saben que cuando Misterio aparece nunca es una buena señal.
Los jóvenes llegan al lugar y ven que todo está oscuro, lo que hace que el miedo se intensifique. Pues no saben qué cosa los podría estar acechando ahí adentro. Cualquier cosa es posible estando en este sitio.
—Hoy quiero que jueguen quemados, pero esta vez lo harán a mi manera. Y como me encantan las armas pero a la vez soy un hombre moderno, no jugarán con esas pelotas convencionales. Si no que jugarán con... —Las luces se encienden—. ¡Cañones automáticos!
—Ya veo que no voy a sobrevivir más de un mes aquí —dice Annabelle al ver las armas. A lo que Ámbar asiente.
—Ustedes tienen que esquivar las balas de estos cañones y llegar al otro lado, donde van a encontrar varios cofres que contienen las indicaciones para desactivar estas máquinas. Pero las instrucciones no son lo único que tienen adentro. —Misterio suelta una risa leve pero lo suficientemente siniestra como para causar inquietud al grupo.
—¡A la carga, Marineros de agua dulce! —agrega Misterio con voz de pirata marcando el comienzo del reto.
Impulsados por la curiosidad de saber que hay dentro de las cajas. Los jóvenes comienzan a correr con cierto grado de confianza: Puesto que no es el primer reto en el que tienen que esquivar para llegar a su objetivo, así que se puede decir que ya tienen algo de experiencia en este tipo de retos. Aunque la presión que ejerce esto es mayor, ya que las balas de los cañones van a una velocidad bastante alta.
Mientras tanto en la estación de policía, el caso avanza dando un paso a la vez. Para este caso decidieron contactar a uno de los mejores detectives de la agencia: Pese a su poco tiempo en el negocio, ha demostrado ser capaz de resolver incluso casos archivados de más de cinco años. Todo esto junto con el oficial Fernández; un auténtico veterano y mano derecha del detective.
—Hummm... —El detective está leyendo la poca información que tiene acerca de la desaparición de los jóvenes.
—¿Ha encontrado algo? —le pregunta el oficial Fernández al detective entrando a su despacho.
—De hecho si, mire. —El detective abre todos los folders con la información en dirección al oficial para mostrar su descubrimiento.
—Según los reportes: Todos los jóvenes desaparecieron en la misma zona, el mismo día, y con sólo unos pocos minutos de diferencia, lo que significa que, sin duda alguna, es obra de ese tal Misterio.
—Sí pero, aunque fuese algo planeado. Incluso tratándose de Misterio, ¿no crees que es imposible que un solo individuo sea capaz de secuestrar a tanta gente en tan poco tiempo?
—Eso es lo que aún sigo investigando, pues me dijeron que este tipo suele recurrir a ciertos contactos. Pero de todos modos solicite los expedientes de todos los asesinos en serie que tiene esta ciudad. Y revise los archivos de los casos que se dieron desde que apareció Misterio. También quiero que revisen las declaraciones de los familiares y amigos cercanos.
—De acuerdo —suspira—. Ojalá esos chicos sigan con vida.
•• <<────≪•◦ En la mansión ◦•≫────>> ••
Los jóvenes están esforzándose al máximo para llegar a salvo al otro lado del lugar donde están situados los cofres que contienen lo que necesitan para frenar los cañones.
A los jóvenes se les hace difícil esquivar las balas, pero Ámbar y Jackson las esquivan con mucha agilidad y logran llegar hasta el lugar donde se encuentran los cofres. Sin perder el tiempo se colocan frente a dos de ellos y tratan de juntar el valor para abrirlos, solo para llevarse una terrible sorpresa.
—Son, s-son... —dice Ámbar tartamudeando por lo que está observando.
—¡Estas cosas tienen restos de animales! —Exclama Jackson igual de sorprendido—. ¿Soy yo o en tu cofre está la cabeza de un ciervo? —le pregunta Jackson a su compañera señalando su cofre, causando que el miedo de Ámbar se intensifique y la haga gritar.
—Sorpresa... —Misterio se deleita al ver las caras de los primeros desafortunados y no puede evitar soltar una profunda y macabra carcajada.
Los jóvenes tratan de ignorar el contenido y buscan las instrucciones que necesitan para desactivar por lo menos dos de los cañones y ayudar a sus compañeros. Pasan las horas y con dificultad Elizabeth, Manuel, Annabelle y Javier logran unirse a la búsqueda. El olor de los restos no es muy agradable, por lo que la mayoría tienen ganas de abandonar el reto y vomitar.
—Siempre quise saber cómo se sentía sostener esto —dice Javier sosteniendo el estómago de un conejo—. Está tibio.
—Este chico me agrada —añade Misterio con una sonrisa de satisfacción para luego dirigir su mirada para ver como los demás se las arreglan para buscar en los cofres.
Algunos todavía se encuentran esquivando las balas tan rápido como pueden. Ellos se deslizan y se mueven de todas las maneras posibles. Entre ellos Nicole que hace lo que puede con la poca energía que le queda.
—¡Ya apaguen estas cosas de una buena vez! —Exclama Alexander quien es uno de los que siguen corriendo.
—¡Ya terminamos! —responde Elizabeth.
—¡¿Y entonces por qué aún queda un cañón disparándonos?! —exclama Taylor.
Los jóvenes se miran entre sí y ven que Annabelle es la única que no ha desactivado el cañón correspondiente a su cofre. Ni siquiera ha tocado lo que tiene dentro, por lo que todos la miran con enojo.
—Pobres criaturitas... —dice Annabelle mirando con lástima los restos de aquellos animales, pese a escuchar el ruido de los cañones— No quiero tocar esto, no puedo.
—Permiso —le dice Manuel intentando ser amable y moviéndola para encontrar las instrucciones. Él las encuentra al fondo y logra desactivar el cañón.
—¡Lo logramos chicos! —dice Gabriela con una enorme felicidad.
—Pero no gracias a esta llorona. —Jackson mira a Annabelle con enojo y luego sale del lugar en dirección a la recámara que comparte con sus compañeros. Javier siguió a Jackson con la mirada, una mirada que sorprendió a Ámbar.
—¿Pero qué le pasa? —pregunta Alexander mirando a sus compañeros.
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Meses De Agonía ©
Horror°• Ganadora de los Wattys 2022 en la categoría Horror •° Una historia que comienza como cualquier otra, pero que va a explorar tus peores miedos y jugará con tu mente cuanto más lejos vayas. Una historia en donde nada parece tener sentido, pero al m...