El detective, acaba de aparecer en una especie de bosque húmedo. Se encuentra totalmente solo, y su única compañía es la luz casi extinta de la luna creciente. No hay sonido alguno más que el de las hojas y ramas que va pisando, y los truenos que indican una segunda tormenta.
Sin idea alguna de donde se encuentra, el detective sigue caminando en busca de alguna persona que lo ayude. Pero acaba de escuchar el crujido de algunas hojas detrás suyo, algo que lo hizo voltear. Pero todo su cuerpo se estremeció al ver una silueta sonriente de ojos brillantes.
No lo piensa dos veces y comienza a correr, pero la sombra no está dispuesta a dejar a su víctima. No importa cuánto corra, la criatura lo persigue con una agilidad sobrenatural, y sin darse cuenta ya lo tiene al lado. Y por si fuera poco, el detective se tropezó gracias a una rama. Levantó la mirada solo para darse cuenta de que ahora la criatura está justo frente a él.
Paralizado e indefenso, la silueta se acerca lentamente hacia él mientras se escuchan unas perturbadoras risas de fondo. La criatura permanece en silencio, mirándolo fijamente a solo un pelo de distancia. El detective no puede evitar fijarse en su mirada: mirando atentamente, se puede ver el símbolo de la muerte en los fríos ojos de su adversario. El silencio se rompe y la criatura se abalanzó a toda velocidad, emitiendo un sonido estremecedor. Muy parecido al grito de un alma en pena.
El detective se acaba de despertar sudando frío y mirando en todas direcciones en busca de aquel monstruo. Al no encontrar nada inusual se dispone a dormir, pero al recostarse y mirar al frente, observa cómo la criatura lo está saludando desde el otro lado de la ventana.
El detective se despertó del susto, dándose cuenta de que esa fue otra pesadilla, pero sabe perfectamente de quién se trata.
—Está cerca...
•• <<────≪•◦ En la mansión ◦•≫────>> ••
—No, no, no... ¡No puede ser!
Brayan está buscando por todas partes, volteando todo a su alrededor. Resulta que hoy ellos iban a leer la última carta que dejó el constructor de la mansión antes de desaparecer, pero al llegar a la sala principal y buscar en el lugar donde Brayan la escondió, esta ya no estaba. Sus compañeros se unen a la búsqueda de la misteriosa carta.
La preocupación que sienten se hace cada vez más grande a medida que van buscando la carta. El miedo justificado de tan solo pensar que tal vez Misterio se haya dado cuenta de su descubrimiento y le haya hecho algo. Después de todo, él conoce este lugar mejor que nadie.
Luego de casi una hora, los jóvenes se reúnen de nuevo en la sala de estar: No hacen nada más que preguntarse entre sí si alguno encontró algo y mirar atentamente a todos lados para ver si hay algo de lo que no se dieron cuenta. Y tampoco es que tuvieran muchos lugares donde buscar, puesto que los cuartos están nuevamente cerrados bajo llave y bajo las estrictas reglas de Misterio; Las cuales deben cumplir si no quieren que las cosas vayan de mal en peor.
—¿Buscaban algo? —Escuchar esto les erizó la piel, y Misterio no puede evitar reírse al ver como la cara de sus víctimas palidece al darse cuenta de que tiene la última carta. Aunque, por alguna extraña razón, Misterio les ha dejado la otra carta justo donde ellos la habían ''escondido'' de él.
Los jóvenes no dicen ni una sola palabra. El miedo los está comiendo por dentro, y después del castigo que recibieron anoche y recordar las cosas que les hizo a sus compañeros, ninguno tiene la audacia de preguntarle qué hizo con la otra carta. Aunque eso signifique quedarse con la duda de saber qué pasó con aquel hombre que pudo ser la clave para salir de este lugar.

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Meses de agonía ©
Horror°• Ganadora de los Wattys 2022 en la categoría Horror •° Una historia que comienza como cualquier otra, pero que va a explorar tus peores miedos y jugará con tu mente cuanto más lejos vayas. Una historia en donde nada parece tener sentido, pero al m...