Meses de agonía ©

Capítulo 20

Un nuevo día ha llegado a la mansión, recibido con algunas quejas por parte de los jóvenes afectados por el reto de ayer. Taylor está revisando sus heridas en compañía de su hermana Nicole, quien no parece estar muy enfocada en eso. Pero como Taylor está más pendiente de sus heridas parciales, aún no se ha dado cuenta de ese pequeño detalle.

—Tuve mucha suerte de que no me explotara uno en la cara. ¿Verdad, Nicole? —Taylor dirige la vista hacia su hermana al no recibir ningún tipo de respuesta—. ¿Nicole?

—Javier es increíble —dice Nicole con ironía—. No puedo creer que después de tanto tiempo haya dejado de confiar en nosotros.

—Relájate —Taylor pone una mano en el hombro de su hermana—. Estoy segura de que tiene una buena razón para estar así, después de todo, perdió a la única persona que estuvo con él desde el inicio. Tú te sentirías igual.

—No lo sé. Creo que no es justo que se desquite con nosotros cuando el verdadero culpable es Misterio.

—Dale tiempo y verás que se le pasará.

Mientras tanto, en la casa de los padres de Alexander y Michael, su madre encuentra a su marido llorando en el sofá de la sala con el teléfono en la mano. Ella no pierde el tiempo y decide preguntarle a qué se debía esto, a lo que él le responde que lo llamaron del departamento de policía diciendo que iban a cancelar la búsqueda de los chicos hasta nuevo aviso.

Ella ya no puede soportar todo esto y rompe en llanto al lado de su pareja. Y así pasó con los demás familiares de todos los jóvenes. Algunos, como el padre de Jackson, no perdieron el tiempo llorando y más bien enfrentaron al detective diciéndole que su trabajo es mediocre y otras cosas que al detective no le importa escuchar, ya que esto solo es un plan que tiene para que así Misterio piense que le hizo caso, y de esa forma seguir la investigación en secreto. O eso es lo que cree...

En la mansión, los jóvenes siguen hablando de sus problemas mientras esperan el reto. Pero algo no parece ir bien porque Misterio ya se ha tardado mucho en dar señales de vida. Es en este momento que la mansión se acaba de quedar completamente a oscuras. Inquietando al grupo.

Las luces vuelven a cubrir el lugar y los jóvenes ahora se encuentran en el segundo piso frente a las barandillas. Pero eso no es lo único que ha cambiado, porque ahora hay una especie de arena de batalla donde antes estaba la sala.

—¡Saludos muchachos y bienvenidos a The battle for survival! Pero antes de comenzar, conozcamos a nuestros participantes.

De repente, el domo opaco que cubría la arena se abre, y deja expuestos a Javier y a Jackson que recién están recuperando la conciencia. Ambos tienen al lado un par de machetes y se encuentran tan confundidos como el resto de sus compañeros, pero a Misterio claramente no le importa y decide continuar.

—En la vida es importante cerrar ciclos, y qué mejor forma que acabar con la competencia. Es justo ese el objetivo del reto de hoy, y si se oponen, acabaré con la vida de ambos.

—Esto no puede estar pasando, tengo que estar soñando. —dijo Brayan, dejándose caer contra la pared de atrás.

—¡Ja! Estás loco si crees que vamos a hacer eso. —Tan pronto como Jackson terminó la frase, recibió una patada por detrás. Y no se trata de nadie más ni nadie menos que Javier, empuñando ambos machetes.

Jackson no lo puede creer. No sabía que el odio que le tenía Javier en serio lo llevaría a esto. En su mente, solo interpretaba las acciones pasadas de Javier como una simple forma de molestarlo. Pero ahora le quedó más que claro que las cosas no son así.

Por su lado, Javier está cegado por la ira y el rencor, y ya no le importa si tiene que matar a Jackson para hacer justicia por sus propias manos. Le quitaron lo único que de verdad lo motivaba a seguir adelante, y ya nadie podrá devolverlo.