3:el Ralato

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Capitulo 3

6:00 am.

—¡James despierta! — fue mi madre, quien me despertó gritando desdé las escaleras, cosa que era muy común, siempre me despertaba de esa forma para ir a el colegio, para desayunar, para decirme que me amaba, incluso recuerdo que me despertó una vez a las cuatro am, solo por que el tío, del vecino, de la hermana de una de sus amigas, había salido en el canal de televisión local.

—ya voy — dije un un tanto adormilado.

  Cuando desperté , intenté sentarme y pude ver la puerta de mi habitación totalmente destrozada, por suerte mi hermano había llegado el día anterior totalmente ebrio y no recordaba nada, y le otorgué toda  la culpa y con respecto a la enorme herida que el predicador me había hecho en el cuello, lo había estado cubriendo con una bufanda, tenía que bajar a desayunar, pero no sabía como ocultarla en ese momento, digo sería muy raro si hubiese ido a desayunar con una bufanda.

  Tomé un poco de dinero de mis ahorros y le dije a mama que yo compraría mi desayuno. Tome mi bufanda mi mochila, corrí hasta la estación de autobuses, solo estuve esperando dos minutos y enseguida un autobús llegó.

  Cuando llegué a el colegio, lo primero que noté, fue que Samantha estaba sentada en uno de los banquillos de concreto que estaban en frente de la entrada del colegio.

— ¡Hola James! — dijo Samantha cuando me hacerqué, luego me saludó y me abrazó, lo cual siempre era un tanto divertido, debido a nuestra diferentes  estaturas, ella media poco mas de el metro y medio, por otro lado este grandulón media 1,85...si la diferencia era notable.

Rinnng!!!!!

  Sonó el timbre,  a clases de matemáticas - ¡a morir!... Digo ¡a estudiar! - y justo antes de entrar al enorme salón, Gareth (la persona que mas odio en toda mi vida) metió su pie en mi camino y como era mi costumbre, tropecé y besé el suelo,  todos se burlaron, me levanté y me dirigí a mi asiento.

—¿por que te dejas tratar hací? — me preguntó Jonis, mi mejor amigo desde el jardín de niños, el era todo lo contrario a mi, era un poco mas bajo de estatura, muy musculoso para tener quince años, y al contrario de mi, el era risas y alegrías con todos... Todos lo adoraban.

—no puedo defenderme, si lo hago el me destrozaría y prefiero que me moleste a que me mate.

—James, Jonis, presten atención o los sacaré del aula — era el Señor Raphael, el temido profesor de matemáticas.

  Después de la hora y media mas larga de toda mi vida, por fin tenía diez minutos de descanso, me senté en uno de los asientos de la barra del la cancha de fútbol, en ese momento estaba solo pero de pronto, sentí algo en mi hombro izquierdo, volteé, y observe a esta chica de nuevo. Carol.

— hola James.

— hola, oye...

— se que tienes muchas preguntas - me interrumpió-, ¿tienes el collar?.

—si, no me le quitado desde lo que me paso ayer en la tarde.

—si, se lo que ocurrió, detectamos actividad de amandios en tu casa.

—como que ¿detectamos?, que acaso, me estas espiando.....

—¡no! Oye solo callate, ven — tomó mi mano y me llevó detrás de él colegio, sacó un extraño cristal de su bolsillo — dame tu mano — le hice caso, ella colocó el objeto en mi mano y colocó su mano sobre éste — sierra tus ojos.

Obedecí y cuando los abrí, ya no me encontraba en el colegio, estaba en una plaza donde había una hermosa fuente de un ángel y dos pequeños niños, el suelo era de pequeñas rocas de colores. El ambiente era tan pacífico y lindo, jamás me había sentido de esa forma... Como si estuviera en mi hogar.

— bien, aquí estamos seguros...

—¿donde estamos?

—estamos en la aldea Amelía.

— jamas había escuchado ese nombre antes.

—hay muchas cosas que no sabes, y puedes preguntarme lo que sea.

—¡¿quien demonios eres y por que todo esta tan raro y por que de la nada estamos en este lugar?! — muy sutil de mi parte, lo se.

—bueno, soy Carol Lineth Maenithzagen, la razón principal por la cual te enrredaste, es por que dijiste las palabras prohibidas delante de un amandio...

—¿un que? — interrupí.

—los amandios son criaturas mitad demonio, no son des esta dimensión pero pueden saltar de dimensiones en dimensiones, y se ocultan con facilidad, pueden cambiar de forma, la anciana del autobús el chófer y los predicadores que te atacaron en tu casa, eran amandios...

—¿y por que me atacan, solo por decir eso? Magra...

—¡callate! no lo repitas. Los amandios fueron creados antes que los humanos... Veras, en la biblia dice que el quinto día Dios creó los animales y bestias terrestres, cuando dice bestias, se refiere a los amandios y otras especies mitad demonio, días después, cuando Adán y Eva comieron del fruto prohibido Dios condenó a la humanidad... Y bueno, Los amandios culpan a los humanos de todas sus desgracias por que creen que Dios los condeno a ellos también,  su dimensión esta maldita. Allí no hay mas que fuego y cenizas... Algunos lo llaman infierno.

—¿y que es lo que significa magra evem?

—no lo digas — cubrió mi boca con sus manos — esta prohibido.

—¿por que? — dije retirando sus manos de mi rostro.

—digamos que ese es nombre de el gran libro de la existencia, el mas antiguo de los libros, desapareció hace años, fue robado por halamek, un malefista, el peor de todos...

—¿pero solo por eso esta prohibido?

—no, el libro tiene las respuestas a todas las preguntas, quien lo tenga en su poder, puede dominar las tres dimensiones Hucle, Menha y Edron, nuestra dimensión es Menha, en ella habitan los humanos, los hechiceros  y la mayoría de las criaturas de luz... Edron es la dimensión maldita, el infierno del que tanto hablan los humanos, en ella habitan los oscuros, criaturas mitad demonio, pero ellas han ido abandonando su dimensión, a estos se les puede encontrar en cualquier dimensión... Como sea, la razón por la cual están prohibidas esas palabras, es que una vez halamek tubo el libro en sus manos rompió la barrera que separaba las dimensiones razón por la cual los amandios pueden ir y venir... el rey Sareeth maldijo las palabras por que ahora representaban la perdición de nuestra dimensión y cada criatura de cualquiera de las tres dimensiones, que mencionase las palabras,sufriría la condena, su lengua reventaría y estarían condenados a perder la cabeza...Pero tu dijiste las palabras, no tuviste ninguna reacción al decirlas, lo cual es muy raro, ¿Por que las dijiste?

—las escuché, la estática de la radio, las repetía una y otra vez

—pero yo estaba ahí también, solo escuché esa asquerosidad que se hace pasar por música...

—que extraño... Bueno, cambiando de tema un poco, ¿Quien es el rey Sareeth?

—el rey de esta dimensión, pero no es la gran cosa, solo puede dominar a los hechiceros y las criaturas de luz, los humanos están prácticamente apartados la dimensión, Son excluidos por ser ignorantes.

—alto ¿por que hablas de los humanos como si no fueras...?, ¿no eres humana?

—soy hechicera, creo que también lo eres, o no se que eres, pero estoy segura que no eres humano. 

—¿no soy humano?

—no — miró su extraño reloj — ya es tarde, terminaré de hablar contigo en otro momento — tomó el cristal de nuevo — sierra los ojos.

Cuando abrí los ojos, estaba en la parte trasera de el colegio, observe la hora en mi teléfono, el tiempo no había transcurrido...

  Y ahora que sabía mas cosas, tenia muchas mas preguntas.

—James — era Samantha — ven tenemos historia llegaremos tarde, y ¿por que tienes bufanda?... ¿Estas loco?, ¿no tienes calor?, Quitatela, de por si ya sudas como cerdito — haló la bufanda sin que yo pudiera hacer algo al respecto y pudo ver la enorme herida que tenia en mi cuello — ¿que es eso James?

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