33. Oscuridad Inicia

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Capítulo 33

Jamas había visto películas de sobre guerras o batallas a muerte, mi madre las odiaba, y a mi hermano no le fascinaban, así que no tenía una idea de como sería el enfrentamiento con los malefistas... Pero estando ahí, en la batalla, todo parecía confuso, apenas reconocía a los malefistas por sus blancas armaduras y las garras enormes, la mayoría estaban teñidas con escarlata y tenían abolladuras...

-es hora -gritó Anabelle, luego se acercó a mi rostro-, podemos con ellos ¿okay? -me besó rápidamente y luego avanzó en la batalla sin decir absolutamente nada.

El tiempo parecía avanzar más despacio de lo normal, las montañas que rodeaban Eden, estaban llenas de hechiceros, malefistas, y demonios... Todos peleaban fuertemente, destellos azulados y rojizos rebotaban en todas las direcciones. Una figura oscura se lanzaba hacía mi, reaccioné al instante esquivándolo, éste cayó directo al suelo de forma violenta, su cuerpo se dobló y empezó a derramar sangre negra, creí que estaba muerto, pero la oscura figura se levantó gruñendo... Segundos después una barra afilada salió por la parte delantera de su pecho, era una espada, miré tras la criatura, y ahí estaba una despampanante chica rubia, la cual no veía desde hace un tiempo.

-Selegna... Gracias.

-no hay nada que agradecer -dijo, y luego sacó la espada de la bestia y se marchó.

Tenía que hacer algo, tenía que pelear... Una silueta conocida se vislumbraba a lo lejos, una figura alta, con un traje de cuero negro, tenia el cabello largo totalmente recogido en una coleta de caballo; Carol batallaba sin esforzarse demasiado, parecía experta en ello, ya que, de hecho, lo era, cada malefista que se enfrentaba a ella, caía al suelo al instante.

En ese momento tenía claro lo que necesitaba, pero primero necesitaba hacer algo... Me escondí detrás de una inmensa roca.

"Himalaya, necesito tu ayuda"... Espere unos segundos, no había respuesta, "Holenerry, por favor" tampoco sucedió nada, "te necesito"

"lo siento James, no puedo ayudarte" tienes escuché aquella voz conocida, sonaba temblorosa, como si estuviese... ¿llorando?

"por favor"

"no... Debes comprender, James... No puedo ayudarte... De verdad lo siento"

-¡no! -grité inconscientemente.

Salí de mi escondite lleno de furia. Pensé en que, tenía que encontrar a Sareeth o bueno, mejor dicho, a Halamek... No lograba divisarlo, corrí hasta una de las colinas más altas, desde ahí se apreciaba una catastrófica escena.

La imagen que observé, causó un torbellino asesino de sentimientos, los hechiceros caían uno a uno... Y a orillas de un pequeño lago, Javier luchaba con uno de los demonios. Una batalla bastante reñida pude notar, pero el larguirucho joven poco a poco empezaba a rendirse ante la bestia; cayó pesadamente en las rocas, y el demonio aprovechó para enterrarle las garras en su abdomen... Arrancó un trozo de piel, dejando que un río de sangre emanara de su víctima, Javier gritó demasiado fuerte, y con un esfuerzo torpe, intentó arrastrarse lejos del lugar... Pero no fue tan fácil para él.

El demonio tomó por la pierna a Javier y usó su cuerpo de la misma forma que un carpintero manipularía un martillo contra un fino clavo de hierro. Una y otra vez, la figura demoníaca chocó la cabeza de Javier contra las rocas, dejando un brillante rastro de líquido carmesí. Por más que el muchacho gritaba, el demonio no se detenía, parecía más fuerte cada vez y con una sed de sangre imposible de cesar.

Para sentirse más satisfecho aun, el demonio tomó al joven, que de momento esta vuelto un ovillo en sus garras, y lo lanzó al lago, junto con cientos de rocas que quiso arrojar después... El agua cristalina se manchó con una sutil capa escarlata, que parecía desprenderse de el cuerpo en pleno hundimiento. Ahí se despedía un alma... El corazón me golpeaba desde adentro a forma de reclamo, y fue inevitable dejar que las lágrimas cayeran.

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