Capitulo 24
El día anterior había sido bastante agotador, desperté con jaqueca y unas ganas incontenibles de devorar, mi estómago rugía como leones enjaulados.
Después de tomar una ducha y cambiar de ropa decidí dar un pequeño paseo por el castillo, había despertado temprano, no tenía nada que hacer aun, y en el tiempo que llevaba en Eden, nunca lo había recorrido por completo, era un castillo realmente enorme y hermoso.
Me sumergí en un enorme pasillo de paredes oscuras, tenía dos ventanas pequeñas por las cuales se podía apreciar un hermoso jardín, sentí curiosidad en acercarme a aquellos arbustos de rosas tan coloridas, aun así seguí caminando por el pasillo para seguir descubriendo.
Se percibían unas escaleras en forma de caracol al final del pasillo, estas conducían a un nivel inferior, continué con mi camino, los peldaños de metal parecían estar oxidados, y la escalera en sí parecía muy inestable, tambaleaba a medida que descendía por ella.
Llegué a un pasillo lleno de luz, no tenía paredes, solo columnas, la luz entraba gracias a los jardines que yacían a ambos lados de éste, por un extremo estaba el lindo jardín de rosas coloridas que había contemplado por la ventana y de el otro lado un espacio lleno de verdes caminos, parecía ser un laberinto de arbustos, era realmente precioso y atrajo mi curiosidad por completo.
Por cada paso que daba, me sentía mas perdido, no creí realmente que me perdería dentro del laberinto, por eso decidí regresar, cosa que hubiese sido una decisión inteligente si supiese como regresar, pero no recordaba como hacerlo.
Seguí caminando por un par de minutos más y llegué al centro de el laberinto, había una pequeña fuente en forma de copa, un ave pequeña estaba en el borde ésta, cantaba muy lindo... Luego otra hermosa ave llegó y se posó a al lado de la otra, ambas cantaban ahora, una hermosa tonada me hacía sentir tan... ¿feliz?, si, me daba una sensación de calma y plenitud, era fantástico.
De un momento a otro legaron más y más aves cantoras, el hermoso sonido parecía cada vez más fuerte, cerré mis ojos y me senté en un pequeño banquillo de madera que estaba al lado de la fuente.
-¡James! - abrí de inmediato mis ojos para darme cuenta que Carol estaba frente a la fuente, tratando de ahuyentar las aves con los brazos, estas poco a poco se marchaban dejando caer plumas por todas partes.
-¿que sido todo eso? - pregunté exaltado.
-si seguías escuchando su canto, podrías haberte quedado dormido por un largo tiempo... Son canarios de morfeo, su canto es un somnífero perfecto.
-¿que tanto tiempo dormiría?.
-de dos a tres meses.
-increíble, pero... No es peligroso que andén por ahí durmiendo gente.
-no, todos saben que no deben escuchar su canto, solo un idiota... Digo...
-no hay problema Carol, se que soy idiota - dije en tono burlón.
-tus palabras, no las mías - soltó una pequeña carcajada- y, ¿que rayos hacías aquí solo?
-levanté temprano y quería recorrer el castillo.
-si quieres te ayudo con el recorrido ¿que opinas?
-fantástico- me levanté de la banca y caminé en dirección a Carol.
-bien, sígueme.
Ella caminaba rápido y encontró la salida fácilmente, como si hubiese entrado y salido de ese laberinto una y otra vez. Nos acercábamos a al otro jardín, el de las rosas coloridas.
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EDEN
ФэнтезиUn par de palabras carentes de sentido, le abrieron las puertas a un alma desorientada, le llevaron por un sendero nuevo con abundantes rosas: hermoso a la vista, con aroma exquisito... Y rodeado espinas. *estoy editando esta caca. Esta historia la...