31. Novedades

75 9 1
                                    

Capítulo 31

-eso fue espantoso... ¿Vieron sus alas? Les salen de la espalda rompiendole la piel, debe ser doloroso -decía Elizabeth, quien no superaba aun el asunto de las alas de Elena, yo tampoco lo había hecho, pero no decía nada al respecto.

-si, Elly, debe ser doloroso ¿quieres experimentar la sensación? Porque si no te callas, te abriré la espalda con mis manos -dijo Carol, su paciencia era tan pequeña como la estatura de la chica que estaba regañando, Carol sacó una navaja de un escondite en su vestido. Elly bufó.

-relaja las te...

-¡callense ya! -gritó Anabelle- Elly, si no sierras el pico te pondré cinta adhesiva y Carol, deja de amenazar a la gente con cosas sangrientas, es enfermizo.

-okey... Aguafiestas -dijo Carol guardando la navaja.

-pero, enserio... Sabia que Elena era mitad hada, pero no sabia que era de la realeza. ¿Soy a la única que le impresiona? -Elizabeth parecía un pequeña niña después de ingerir mucho azúcar.

-a mi me ha impresionado, amiga -informó Olaph con su acento encargándose de remarcar la "r" en cada oración.

-dices amigo después de cada oración, ¿es costumbre?... Apuesto a que si -dijo Lucas, sin dejar que el vampiro contestara- oigan, y que se creía el hombre polilla... "oh si miren que sexy soy, tengo alitas y musgo en el culo"-dijo Lucas imitando la voz grave del hombre semidesnudo.

-no era musgo, era una enredadera -aclaró Anaiah.

-¿y tu que hacías viendole ahí abajo? -inquirió Lucas.

-¡no finjas que no le miraste también! -gritó Anaiah riéndose.

-¿por qué el hombre tenía alas y las otras personas que hemos visto, tienen cuernos? ¿Ambos son hadas? -pregunté.

-si, son dos grupos diferentes, los cornudos son más rápidos y fuertes físicamente, pero los alados... Simplemente son mas divertidos por tener alas -informó Javier mientras reía.

-los alados tienen mejores habilidades en la magia -dijo Carol después de un rato.

Caminábamos por uno de los senderos adoquinados, los edificios a nuestro alrededor eran altos, la luz del sol se reflejaba en el oro y las gemas de éstos, creando la ilusión de luces coloridas por toda la ciudad.

Entrábamos a cada edificio, y hablábamos con los residentes, le informábamos que la batalla era mucho más próxima de lo que se creía... Todos reaccionaba igual: alarmados, furiosos y felices, si, todo eso al mismo tiempo.

Una de las edificaciones, era realmente alta, terminaba en punta y casi perforaba una nube. Entramos sin mucho entusiasmo. la tarea de informar era más estresante y difícil de lo que pensaba. Por dentro, el edificio era muy lujoso, un candelabro gigantesco se vislumbraba en lo alto y las paredes tenían rosas hechas con rubíes, ¿o eran rubíes con forma de rosas? No lo se, pero, parecía lujoso.

Una mujer fue quien nos recibió, vestía como dama victoriana; un abultado vestido con un corsé que marcaba su figura como un reloj de arena, guantes aterciopelados y un sombrero con orquídeas blancas; por debajo de éste se elevaban dos imponentes cuernos floreados. La sonriente mujer se movía con gracia hacía nosotros, y nos dijo en una voz dulce: -¿en que les puedo ayudar?

-oh, no necesitamos lada, es usted muy amable -habló Olaph-. Venimos porque, debemos informarle que, el deber llama.

-oh, señor, lo lamento, pero no he entendido a lo que se refiere -confesó la mujer con vergüenza en el rostro.

EDEN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora