Nuestros rostros parecen demostrar sorpresa y es cierto, nos sorprende verla ahora, después de esta noche dura y tanta información que podría ayudarnos a acabar de una vez por todas lo que nos aterra.
Pero, ella hizo un movimiento con sus manos y algunos ángeles salieron volando, mientras que lo que se quedaron, se acercaron a nosotros y con facilidad, tomaron a mis amigos de los brazos, dejándonos inmóviles.
Lilith se acercó a mí y con una sonrisa me tomó de la mano e inmediatamente me alzó por los aires, alejándome de mis amigos y llevándome hacia el reino, en el cual, la soledad se puede apreciar.
Las calles que eran transitadas por tantos habitantes, ahora se encuentran solitarias, con tantos papeles en el suelo y algunas casas destruidas, con manchas de sangre en ellas, lo que me hizo tragar saliva, pensando lo peor, lo que Lilith pudo hacer.
—Ah no. – dijo ella y la miré mientras caminábamos. – Yo no lo hice, fueron las guerras.
—Que tu propia gente provocó. – dije, sintiendo una lágrima recorrer mi mejilla.
—En mi defensa, yo estaba sin comunicación alguna. – se encogió de hombros. – A mí no me dejaron salir, todo por culpa de la maldita bruja que me dejó hecha piedra. – suspiró. – Pero ahora. – sonrió y comenzó a dar vueltas fuera del reino, para luego mirarme. – Soy libre.
—¿Cómo es que lo estás? – la miré. – Si la bruja te dejó atrapada... ¿qué sucedió?
—Alguno de los demonios debió asesinarla. – se encogió de hombros. – Solo eso detendría el hechizo.
—¿Qué...?Ella solo sonrió y abrió las enormes puertas, dejándome entrar, a pesar de que me encuentro tan confusa y herida por dentro.
Si ella está muerta, entonces nunca podría recuperar a Alexander, ya que solo ella puede arreglar todo lo malo que ocurre aquí.
Mis esperanzas comenzaban a desplomarse, hasta que Lilith me mostró una pantalla.
—Esto te agradará. – sonrió y encendió la pantalla, mostrando a un Robbie que miraba mucho lo que parecía ser la cámara.
—Ese es...
—Robbie. – dijo Lilith. – Mi querido hijo, el cual asesinaste, pero finalmente, pude revivir, aunque no del todo. – hizo una mueca y la miré. – Se que sería decirte mucho, pero... no soy mala. – alcé la ceja y ella sonrió. – Solo quiero lo mismo que tú, acabar de una vez por todas lo que me daña, tanto física como emocionalmente.
—¿Mamá? – dijo Robbie, lo que me hizo erizar la piel. – ¿Me escuchas?
—Claro que sí, hijo. – dijo ella. – Ahora muéstrame al príncipe.
—¿Al príncipe? – alzó la ceja y Lilith asintió.
—Al arcángel, Alexander.Al pronunciar su nombre inmediatamente alcé la vista, sorprendida por eso.
—No puede salir. – dijo Robbie y Lilith se cruzó de brazos.
—¿Qué hiciste? – preguntó ella.
—Me sacó de quicio y le hice daño.
—Robbie... ¿qué hablamos sobre los invitados? – dijo, con voz de regaño severo.
—Que no debemos dañarlos. – dijo Robbie, mientras rodaba los ojos, como si eso se lo hubiesen inculcado tantas veces que lo cansa.—Muéstralo.
—Bien. – dijo a regañadientes y se alejó un poco.
—Es un amor. – dijo Lilith, volteando a verme con una sonrisa.Pero mi atención se vio interrumpida por la llegada de ese chico que me tiene loca, que amo y que necesito de nuevo conmigo.
Alexander se encuentra frente a la cámara, Robbie lo sostiene como si fuese un juguete que le muestras a tu madre de niño, mientras que Alexander está semi inconsciente, con sangre saliendo de su boca, algunos cortes en su pecho y un ojo morado e hinchado, como si lo hubiesen golpeado tantas veces, con furia.
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[COMPLETA] ✓ARCÁNGEL: La Maldición de los Reinos II [SAGA: ARCÁNGEL]
RomanceSEGUNDO LIBRO DE LA SAGA "ARCÁNGEL". Las muertes parecen no terminar. Un nuevo año, nuevas amenazas. Tras la asociación secreta de criaturas sobrenaturales, se esconde un secreto que podrá afectar la vida de Arella. Los Nephilims han decidido actuar...