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Ambos caímos al agua, yo encima de él.

Pero estando en el fondo, abrí mis ojos, viendo como él se golpeó la cabeza y el cuerpo con una enorme roca.

Ahí me di cuenta de que caímos tan mal, sobre todo porque el peso de ambos provocó esto.

Inmediatamente, lo acerqué a mí y lo saqué como pude del agua, llevándolo a rastras hacia la orilla.

Fijé mi vista hacia arriba y pude ver como los Nephilims se alejaban, dejándonos solos, por el momento.

Miré a Kyle, el cual tiene su boca entreabierta y no reacciona, lo que realmente me comienza a preocupar ya que no es normal.

Se supone que los seres sobrenaturales como él, aguantan todo, pero ahora, no daba señales de vida.

Comencé a hacer unas compresiones en su pecho.

   —Por favor, vuelve. – murmuré, viendo como su cuerpo se movía tan solo por la presión que yo ejercía. – Kyle...

Pero él no reacciona.

Miré hacia mi pecho y vi el llamador de ángeles.

Ese llamador que Meg me obsequió y que me ha ayudado tanto.

Sin pensarlo, lo agité.

Tan solo pasaron unos segundos antes de que el cielo comenzara a revolucionarse con las nubes, dando entrada al Arcángel que salvaría nuestras vidas, sin pensarlo.

Las alas negras descendieron y su enorme espada brilló con la luz de los relámpagos que comenzaban a aparecer en el cielo.

Christopher se encontraba frente a mí.

Su cabello castaño seguía largo y su torso desnudo mostraba algunas cicatrices de batallas.

Él me miró y yo inmediatamente señalé a Kyle, pidiendo su ayuda para sacarlo de este bosque y llevarlo a su casa.

Christopher lo tomó en brazos y me miró.

   —No puedes quedarte aquí. – dijo y yo tragué saliva.
   —Estaré bien, primero debes ayudarlo a él.
   —Arella...
   —Como mi arcángel guardián debes ver por mi bienestar, y yo solo estaré bien si Kyle lo está. – retrocedí un poco. – Por favor...
   —Está bien. – asintió. – Contactaré a Jackson para que venga.

Yo asentí.

Christopher se alzó en el aire y salió disparado hacia el cielo, para así tomar el camino hacia la casa de Kyle, la cual no se encuentra tan lejos de aquí.

Yo di un gran suspiro antes de caminar a lo que parecía ser la salida del bosque, justo hacia la carretera.

El frío es tan insoportable, sobre todo ahora que estoy tan húmeda y no tengo con que cubrirme.

Ahora en enero el frío se avecinaba aún más fuerte y hay probabilidades de nieve, lo que es peor para mí, porque puedo congelarme de verdad.

Pero mi salvación llegó, por suerte.

Jackson y Gabriella se acercaron en el jeep, al cual me subí inmediatamente y en silencio, partimos hacia la casa de Kyle.

Elizabeth ya se encontraba en ese lugar, junto con Christopher, el cual decidió no despegarse de Kyle hasta saber lo que realmente sucedía y saber por qué no tenía el mismo poder de ellos, que siempre tuvo durante sus miles de años.

Los tres entramos a la casa y vimos como Kyle se encuentra en el sillón, respirando entrecortadamente, mientras sus labios se comienzan a pintar de un tono azulado, lo que en un humano sería una etapa de congelamiento, pero para un ángel custodio, no sabemos con exactitud.

[COMPLETA] ✓ARCÁNGEL: La Maldición de los Reinos II [SAGA: ARCÁNGEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora