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Desperté con un fuerte dolor de cabeza y con cierto mareo tan... terrible.

Me encontraba en una cama desconocida para mí, al igual que la habitación, aunque tenía cierto parentesco con la casa de Roy, a diferencia de que no me sentía en ella.

Me levanté como pude y caminé hacia la puerta para luego salir y encontrarme en un largo pasillo algo estrecho con algunas puertas en él.

Pude escuchar algunas voces que parecían discutir, por lo que caminé hacia ellas hasta escucharlas con mayor claridad.

   —¡No me entiendes! ¡Ella estuvo a punto de morir!
   —¡Mierda, sabía que aprovecharías la oportunidad!

¿Se trataba de Alexander y Kyle?

Al entrar a esa habitación pude ver a las dos personas que hablaban o bueno, peleaban y efectivamente se trataba de ellos.

Los cuales notaron mi presencia e inmediatamente voltearon a verme, me di cuenta de que Kyle se encontraba sin camisa y su cabello húmedo, mientras que Alexander se encontraba vestido completamente de negro.

Alexander se acercó a mí y me puso su chaqueta encima.

Me di cuenta de que me encontraba en un camisón que parecía ser de Kyle, lo noté al ver que la casa era totalmente de su estilo.

Aunque me pareció algo incomodo el hecho de llevar solo eso puesto y estar frente a ambos.

Alexander me miró directamente a los ojos, asegurándose de que me encontrase bien, lo que respondí asintiendo, dándole a entender que ahora, estoy muy bien.

Él puso su mano en mi espalda y me guio hacia la puerta de salida, pero la voz de Kyle lo interrumpió.

   —Le dará hipotermia. – dijo Kyle y ambos lo miramos.
   —No dejaré que ella esté aquí con un asesino.
   —¿Podrías olvidar eso y comenzar a cuidar de ella?
   —¿Qué dices? – dijo Alexander, acercándose a él.
   —Dices cuidarla bien, pero ella se encontraba sola, ¿entiendes?, SOLA en ese bosque. – dijo Kyle, con la mirada dura. – Dime, ¿tu dónde te encontrabas?

Su pregunta me hizo pensar tanto en esto.

Es decir, yo había tenido el entrenamiento con Roy y Alexander también se encontraba ahí, pero después él se quedó para buscar pistas y yo me regresé sola, aunque no recuerdo el cómo llegué a ese bosque y.... con todo lo sucedido, no sabía el porque me sucedían esas cosas, sobre todo lo del cementerio y aquel hombre que se encontraba observándome.

Ambos voltearon a verme, al parecer se encontraban al tanto de mis pensamientos.

   —¿Qué hombre? – dijo Kyle, por lo que lo miré.
   —Aquel con la espada en su mano. – murmuré y me relamí los labios algo nerviosa. – Él me miraba en ese bosque y…. anteriormente no sé si fue producto de mi imaginación o si en verdad sucedió, pero, en aquel cementerio pude ver a Robbie.
   —Pero Robbie murió. – dijo Alexander, frunciendo el seño.
   —Quizá solo fue enviado al infierno. – dijo Kyle, por lo que lo miramos.
   —Pero, yo lo maté, usé la espada y.... pude acabar con él.
   —¿Qué espada utilizaste? – preguntó Alexander, haciendo fuerza con sus puños.
   —La espada de Kyle... – dije y ambos me miraron, pero Kyle lo hizo de una forma tan... diferente.
   —¿Mi espada? – dijo él y yo asentí.
   —Yo... la vi y decidí tomarla para poder usarla contra los demonios. – tragué saliva. – Yo supuse que como... pude tomar la de Alexander entonces... podía tomar cualquiera.
   —No cualquiera puede. – dijo Kyle y noté una pequeña sonrisa en él.
   —Debemos irnos. – dijo Alexander y lo miré.
   —Ella puede enfermar. – dijo Kyle. – Demasiado tuvo con saltar hacia el agua helada y encima, en este frío tan infernal para ella. – se puso a mi lado y me tomó de la muñeca. – Debe quedarse.
   —Ella se irá conmigo. – dijo Alexander, tomando mi otra muñeca. – Yo la protegeré.
   —Chicos...
   —No permitiré que muera. – dijo Kyle. – No debe ser su destino.
   —Nada le sucederá.
   —Chicos...
   —No es tu decisión. – dijo Kyle. – Yo la salvé y ahora quiero mantenerla del mismo modo, ella se debe quedar, aquí podrá tener todo para que pueda sobrevivir esta noche.
   —Los demonios siguen detrás de ti y no permitiré que algo le suceda por quedarse aquí.
   —¡BASTA! – grité y ellos me miraron. – Me quedaré y tú. – miré a Alexander. – También puedes quedarte para asegurarte de que me encuentre bien.
   —Pero...
   —No quiero escuchar más. – dije, soltándome de ambos. – Muero de frío y si se dan cuenta, no traigo conmigo unos pantalones, tan solo mis bragas y eso no es cómodo, sobre todo si me encuentro en medio de ambos, así que... necesito arroparme.
   —Sígueme. – dijo Kyle y lo miré. – Te daré algo para que te cubras.
   —Gracias. – dije y lo seguí hacia una habitación.
   —Lamento el que estés así… – dijo Kyle, algo apenado, mientras saca un pijama de su closet. – Pero debía sacarte la ropa mojada para que no te enfermaras y.... sin querer te vi ya sabes, semidesnuda.
   —No te preocupes. – suspiré, tomando el pijama. – Gracias por salvarme... la verdad no sé cómo llegaste a ese lugar, pero... me trae algo de recuerdos sobre lo que sucedió hace meses.
   —Debo decirte algo... – dijo, pero la voz de Alexander lo interrumpió.
   —Es demasiado tiempo para buscar ropa. – dijo Alexander, entrando a la habitación.
   —Después te digo. – dijo Kyle, para luego salir de la habitación, dejándonos solos.
   —No confío en él. – dijo Alexander, acercándose a mí.
   —Lo sé, pero yo sí. – dije y él me miró confuso. – Aunque haya pasado... eso... él me salvó muchas veces. – relamí mis labios. – No creo que sea realmente malo, él tan solo hacía lo que le pedían.
   —Pero no luchó contra eso.
   —Si lo hizo, muchas veces, por mí. – suspiré y me senté en la cama. – Él también perdió sus alas por mí, por estar luchando contra ese demonio, por salvarme, casi muere en ese bosque.
   —Quizá fue un plan.
   —Tu no estuviste ahí. – lo miré. – Sé lo que sucedió antes de que llegase Christopher y.... casi perdiera la vida.
   —Tú no sabes lo que sucedió mientras te perdimos de vista. – dijo, sentándose a mi lado. – Cuando encontramos el cuerpo lo verificamos y Amber se encontraba muerta, ya no había nada que pudiésemos hacer, pero luego noté que tu presencia ya no se encontraba y cuando me disponía a buscarte, miles de demonios llegaron... nos rodearon por completo, parecía que ellos ya se encontraban en la fiesta porque se encontraban vestidos con traje. – tomó mi mano. – Comenzamos a luchar y Gabriella casi perdía la vida, si no fuese por Jackson, que se interpuso entre el demonio y ella, recibiendo un fuerte rasguño que casi le perforaba el corazón. – lo miré, algo sorprendida. – Yo, por mi parte, me encontraba asesinándolos con mi espada, la cual la tuve perfectamente guardada a las afueras de la escuela y Jackson igual... al finalizar buscamos por todo el lugar, pero no te encontrábamos, por lo que hablamos con Simon y él tenía mayor facilidad de encontrarte... él tenía consigo sus alas. – me miró a los ojos. – En ese momento me odié por permitir que me despojaran de las mías, porque no pude ir yo mismo a rescatarte.
   —No necesitaba ser rescatada. – murmuré, mirándolo. – Yo pude contra ese demonio, no soy débil... puedo luchar contra ellos.
   —Nunca he pensado que eres débil. – sonrió de lado. – Eres la mujer más fuerte que he conocido en mi vida.
   —Te quiero, Alexander...
   —Yo igual te quiero, Arella...

Ambos sonreímos y él salió de la habitación para que pudiese ponerme el pijama que, al parecer, realmente le pertenecía a Kyle, es decir, que él lo usaba algunas veces.

Al vestirme, salí de la habitación y me dirigí a la que anteriormente había despertado, por lo que me acosté en la cama y no tardé en quedarme dormida entre las suaves colchas y el cómodo ambiente que había.

 

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[COMPLETA] ✓ARCÁNGEL: La Maldición de los Reinos II [SAGA: ARCÁNGEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora