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Ahora podía ser más consciente, como si tuviese el poder de combatir el vasallaje, algo que no siempre sucede.

   —Estás confundida. – dijo, negando con la cabeza, mientras mostraba una sonrisa nerviosa. – Crees que eres controlada, pero tus verdaderos sentimientos son estos...
   —Kyle...
   —Esto. – me tomó de la cintura y me acercó a él. – Esto que sientes es amor, amor hacia mí... estos sentimientos son reales... nadie te controla...
   —No... – dije, soltándome de su agarre. – No es real...
   —Si lo es, solo no quieres aceptarlo. – se acercó y yo negué con la cabeza.
   —Sé que mi mente está hecha un caos... Sobre todo, lo de Alexander y.... la verdad sobre mi familia... tengo tantas cosas en la mente, pero eso no quiere decir que no sepa nada sobre mis sentimientos, mis verdaderos sentimientos. – tragué saliva.
   —Puedo ver tu confusión. – se acercó y puso sus manos en mi rostro. – En tus ojos puedo ver lo que deseas... puedo ver que, quieres estar conmigo...
   —Kyle... – bajé la mirada. – No estoy lista para superar la ida de Alexander, y menos sabiendo que está vivo.
   —¿Qué...?
   —Lo vi. – tragué saliva. – Lilith me lo mostró y él... él está vivo.
   —Pero no podrá salir de ese lugar. – murmuró. – Esta será una despedida...
   —No... yo confío en que regresará. – sollocé un poco.
   —¿Lo sigues amando? – preguntó, con un hilo de voz. – ¿Tu... tú lo amas?
   —Si...
   —¡Mírame a los ojos y dime que lo amas! – gritó y yo me sobresalté. – Por favor...

Suspiré cerrando los ojos, para luego abrirlos y mirarlo, aunque las lágrimas siguen recorriendo mis mejillas.

Pero debo ser sincera, a pesar de que sus ojos muestran dolor y sufrimiento, no puedo mentirle.

Es cierto que, si siento algo por Kyle, en este tiempo me siento extraña, pero los besos no son reales, al menos no de mi parte por el control que tienen o tenían sobre mí.

Pero mi corazón siempre le pertenecerá a Alexander.

Mi amor hacia Alexander es real, nunca ha sido falso ni controlado, desde que fui más chica me sentí protegida y estando a su lado, me siento de la misma forma.

Y eso es algo que nadie podrá controlar ni evitar.

Así que con seriedad le respondí a Kyle, aunque esto le afecte, decidí decirlo finalmente.

   —Lo amo y siempre he amado a Alexander.

Y eso fue la gota que colmó el vaso.

Kyle me soltó y retrocedió sin dejar de mirarme, pude ver dolor en su mirada, lo que lo hizo más difícil.

   —Puedes quedarte con el vestido y usarlo en el baile, ese obsequio sigue siendo para ti y eso nunca cambiará. – murmuró y se acercó a la puerta de la habitación.
   —Kyle...
   —Necesito estar solo...

Y finalmente, salió de la habitación, dejándome sola con el vestido entre mis manos y mi corazón hecho pedazos por lo que acaba de suceder.

Me senté en la cama y comencé a llorar, sacando todo lo que no he podido sacar en todo este tiempo.

Además de perder a Alexander, comienzo a perder a Kyle, lo que duele, a pesar de lo que ha hecho, sé que todo es por mí, por protegerme.

El ocultar algo que tenía que ver con mi madre, sé que lo hizo para que no sufriera, aunque no era lo correcto, él creyó que sí.

Aunque, ahora que lo pienso, todo el mundo me ha ocultado cosas en toda mi vida, a excepción de Gabriella, o al menos eso quiero pensar.

Me puse de pie y sequé mis lágrimas antes de salir de la habitación y toparme con Roy, el cual no supe a qué hora llegó, pero sé que escuchó parte de la conversación.

   —Escuchaste todo... ¿cierto? – lo miré y él asintió.
   —Sé que es difícil, pero... hiciste lo correcto, Kyle vivió enamorado de ti desde... hace muchísimo tiempo, pero muchas veces el amor no tiene por qué ser correspondido y no por eso eres una mala persona. – se acercó y me abrazó. – No es tu obligación el amarlo y menos cuando tu corazón le pertenece a alguien más... sé que no he sido el mejor padre del año... – se separó de mí y me miró, mientras posaba sus manos en mis hombros. – Pero debes saber que te quiero... eres mi hija y eso no había querido aceptarlo antes, pero ahora... he cambiado y mi humanidad sigue intacta. – suspiró. – Mi relación con Meg ha mejorado y.... sinceramente, es una chica increíble de la cual me he enamorado, a pesar de lo que le depare en el futuro...
   —Sé que ustedes formarán una hermosa relación y un lindo matrimonio... a pesar de lo sucedido, te agradezco por mejorar esto...
   —Vamos, necesitas beber un poco de chocolate. – sonrió y me abrazó por los hombros, llevándome hacia la cocina.

Sinceramente, el pasar tiempo con mi padre fue bueno, ambos tomamos un delicioso chocolate caliente y al finalizar, él me llevó a mi casa, en donde debí ir anteriormente.

Al llegar me bajé del auto y entré a la casa, dejando la caja con el vestido junto al sillón.

Un ruido en el baño me hizo reaccionar y dirigirme hacia allá, en donde se encuentra Meg agachada frente a la taza, pareciendo vomitar en ella.

Rápidamente me acerqué y tomé su cabello, retirándolo para que sea mejor el vomitar.

Cuando finalizó, le bajó al baño y se limpió, para luego voltear a verme.

   —¿Estás bien? – pregunté y ella asintió.
   —Si...si, debe ser algo de mi enfermedad o algo que comí. – suspiró. – Solo necesito descansar...
   —Está bien. – sonreí de lado y la llevé a su habitación.

Ella se acostó y yo salí, para luego dirigirme hacia la mía y tirarme a la cama, cansada de todo lo que sucede en mi vida.

Me senté en la cama y tomé el cuaderno que utilizaba para dibujar, lo primero que hice fueron unas líneas irregulares, que al final se transformaron en un rostro, un rostro que no podía dejar de dibujar, hasta que al final, se pudo apreciar con claridad el rostro de Kyle en él.

Sé que es estúpido, pero él me confunde tanto.

Suspiré y comencé a dibujar más, lo que se me viniera a la mente, demonios, alas, ángeles, el reino y al final, algo nuevo, un reino que quizá no existe, pero en él se encuentra un ángel con alas negras tan tenebrosas y una marca en su cadera, una mariposa negra que solo tenían pocas criaturas.

Dejé a un lado el cuaderno y abracé mis rodillas, pegándolas a mi pecho.

La oscuridad de mi habitación me traía temores, me traía pensamientos tenebrosos sobre lo que sucedería en los próximos días o meses y el próximo año.

Mi vida está tan planeada, yo nací para morir rápidamente, sin que alguien pueda detener el destino planeado.

Es terrible el saber que, de todas formas, tu vida terminará, pero a la vez, es bueno, ya que podría disfrutar lo que me resta de vida.

Teniendo a mis amigos y familia junto a mí, esperando a que termine todo.

Quizá así será...

Quizá mi vida terminará de manera pacífica, todos en una habitación y yo en cama, esperando a que mi corazón se detenga gracias a la magia.

Pero algo si tengo muy claro...

No moriré sin tener a Alexander junto a mí.

Suspiré y me acosté en la cama, cubriéndome con las mantas y finalmente, cerrando los ojos, así cayendo en un profundo sueño.

 

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[COMPLETA] ✓ARCÁNGEL: La Maldición de los Reinos II [SAGA: ARCÁNGEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora