- ¿Entonces...? - Preguntó Nico sacándome de mis pensamientos. Aún un tanto distraída, dejé de observar el cielo y miré directamente al semidiós a mi lado.- Entonces, creo que te debo una disculpa - Comencé. Él no borró su ligera sonrisa torcida y simplemente siguió en silencio. - Todo lo que te hice pasar cuando aún no recordaba quién era, aunque fue bastante placentero para ti por lo que sé, no fue adecuado y además te coloqué en una posición en la cual no debería encontrarse nadie.- Finalicé con las supuesta disculpas. Sabía lo que él estaba pensando, no pensaba retenerme en leerlo, con él no me encontraba en una verdadera deuda. Hasta diría que él me debía a mí.
- ¿Son esas tus mejores disculpas? - Comentó sarcástico sin cambiar la expresión de su rostro. Sus manos se encontraban dentro de los bolsillos de su pantalón y aún estando su espalda algo encorvada, yo aún debía levantar la mirada para ver sus oscuros ojos. Todo cambió en mí menos la apariencia.
- Pensándolo mejor, eres tú el que debería disculparse. - Agregué mientas adoptaba su misma expresión. - ¿No crees que de los dos tú fuiste el más abusivo?
- Lo admito. - Suspiró. - Pero bien sabes que nunca prometí nada. Siempre fui claro contigo.
Me quedé en silencio y borré la sonrisa de mi rostro. Ciertamente fue claro conmigo desde el principio, se podría decir que hasta yo me busqué el maltrato psicológico. Pero no era lo que me sucedió a mí lo que me molestaba.
- No es el hecho de haber sido tu ¨entretenimiento¨ lo que sucede, es lo que hiciste a quienes realmente te amaban. - Respondí no sin antes leer sus pensamientos. Su sonrisa se borró después de escucharme.
Ah, eso. Era lo único que pensó. No pude evitar sentir sienta desilusión aunque conocía bien todo su ser.
- Nunca fue mi intención que terminara así. - Se sinceró. Puede ser Nico Di Angelo muchas cosas, pero mentiroso no es una de ellas. - Fue algo del momento, supongo. No lo sé. Primero pensé que fue por la reunión con Quirón luego solo... - Dió una pausa de pocos segundos intentando buscar las palabras adecuadas. Yo ya sabía las que recorrían su cabeza. - Solo me sentí impulsado.
- No. - Dije al instante. - Olvídalo. Sabes que sé lo que piensas, conozco tus sentimientos. - Aclaré. - No es lo que tú crees, nada de eso.
Él, aún consciente de a qué me refería, solo bajó la mirada e hizo una mueca de desaprobación. Volvió a elevarla.
- No se sintió como si no fuera nada. - Agregó. - Y agradecería que no entraras en mi cabeza por favor. - Se quejó en tono amargo.
- No he dicho que no fuera nada. - Ignoré su última frase. - Solo digo que no fue eso.
- ¿Eso qué exactamente? - Preguntó sabiendo la respuesta. Sólo quería que yo lo dijera.
Suspiré. - Amor. - Dije finalmente. - No era amor.
Él, con su conocida mirada neutra, no respondió. Yo decidí no invadir su privacidad más. Miré a otra parte, nuevamente al cielo. Las estrellas habían comenzado a aparecer. Bajé la mirada esta vez hacia los campistas, todos ellos amontonados en el campo de entrenamiento aún preparándose para el día de mañana. Volví la vista hacia el hijo de Hades, cuya mirada seguía clavada en mí.
- ¿Entonces qué era? - Terminó diciendo.
- Cariño, afecto... llámalo como quieras. - Respondí - Lo que en un principio sentiste con Will y con Percy lo volviste a sentir conmigo, pero nunca llegó a ser amor. Sólo lo has confundido.
- ¿Estás diciéndome que nunca he amado? - Suspiró. Su voz era del tono normal, cualquiera diría que no le importaba el tema. Su rostro, era inalterable. Pero sus ojos, reflejaban dolor ante tan aclaración.
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La Protegida
FanfictionNo me reconozco. Mi nombre es un misterio, su significado se perdió en un mar de mentiras. Sin embargo, a él sí lo reconozco. Sí. Sus ojos me revelan la verdad escondida detrás de las palabras de quienes he amado. O no. Tal vez su boca también me mi...