Capítulo 25

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Pasaron dos semanas desde el accidente. Nadie en el campamento se enteró de lo ocurrido aquella tarde. Percy fue quien me encontró y, asustado, al ver que no cesaba el dolor, me cargó y me llevó a la enfermería. El resto es historia. Una mancha extraña apareció en mi brazo, la intento tapar con maquillaje para no preocupar a nadie, pero cada vez se hace más notoria, opté por comenzar a usar manga larga.

Era de día y todos estaban muy emocionados por el baile. Así es, leyeron bien, un baile. A Quirón y a una tipa llamada Reyna les pareció una buena idea reunir a los dos campamentos (yo ni enterada que habían dos campamentos) Romano y Mestizo en una celebración por no se qué cosas que me dan igual. El tema es qué hay un baile y yo definitivamente voy a ir. Las fiestas siempre fueron lo mío.

- Entonces... ¿Ya tuviste relaciones con Percy? - Pregunté sin pensarlo a Annabeth. Ella rápidamente se sonrojó y Piper me miró alarmada. - ¿Qué?

- Eso... es privado Alex - Respondió Piper con una sonrisa nerviosa. - No es necesario que no lo cuentes Annie. - Se dirigió hacia la rubia nerviosa.

-Yo...

- Annie somos tus amigas, puedes contarnos todo. - Insistí.

Ella no respondía, no negó lo preguntado, así que supuse lo contrario.

- ¿Cuándo fue? - Continué. - ¿Ósea... dolió?

-¡Alex! - Rió Piper nerviosa.

De parte de Annie salió únicamente una carcajada. Y yo no estaba sorprendida, claro, solo habría preguntado eso si estaba segura de cómo reaccionaría. Que tan estúpida no soy.
Al terminar de reír, me miró y suspiró.

- Sabía que en algún momento terminarías preguntando eso. - Señaló.

- Entonces...¿Podrías resolver mis dudas? - Sonreí. - ¿Qué hay de ti Piper? ¿Eres tan virgen como yo o tan experta como Annie?

La hija de Atenea volvió a reír. Piper se quedó callada. Ella también había experimentado cosas nuevas.

- Parece que soy la única pura y casta en esta cabaña. - Continué.

- Ya quisieras ser pura y casta.

- Okay chicas, necesito consejos porque no planeo ser virgen hasta la muerte.

- Bueno... planeas dejar de ser virgen con el hijo de la muerte. - Comentó Piper. - Y el... bueno... tú no alcanzas sus estándares por lo que tengo entendido.

No pude contenerme la risa. Piper me había ganado y había conseguido una venganza por el momento incómodo. Jason tuvo suerte al encontrarla.

- Amén hermana. - Dijo Annie y ambas chicas chocaron palmas.

- Ya, supongo que esa me la merecía.

- Y no solo por esa. - Rieron ambas.

- Bueno si no piensan ayudarme le pediré ayuda a Elena que ella de seguro la perdió hace tiempo. - Ahí reímos todas. Sé que no está bien reírse de alguien cuando no está presente pero hicimos una excepción esa vez. Debía estar preparada para saber qué hacer, ¿no?

- Bueno niñas... tenemos que elegir vestidos. 

- ¿Y de donde se supone que los vamos a sacar? Se supone que no podemos salir del campamento y debo decir que no tengo ningún vestido en mi armario. - Dije.

- Las ninfas llegarán pronto, ellas traen la ropa y los accesorios. Lo difícil no es hacer que lleguen al campamento, Alex, lo complicado es pelear por el mejor vestido. - Annabeth y Piper sonrieron con malicia. - Como es tu primer baile en el campamento y además queriendo conquistar a Nico, creo que tú quieres el mejor, ¿no?


La mañana se pasó rápido, después de la comida las chicas y yo íbamos a ir a pelear por los vestidos. Comimos rápido y salimos corriendo hacia el campo de batalla, que era donde todo eso se iba a realizar. Las ninfas iban a entregarlos a las 2pm en punto, y nosotras llegamos a la 1:50 pm. Lamentablemente todas las semidiosas se encontraban ahí, algunas llevaban sus escudos, otras una armadura completa, otras - como yo- solo tenían una mochila para guardar el vestido y los accesorios que usaría para que nadie se los robara. 

    - Bien chicas saben las reglas - Comenzó a decir una hermosa ninfa que se encontraba arriba de nuestras cabezas, montada sobre un pegaso. - Nada de manchar las prendas, el daño físico a otras solo es permitido si no llega a nada grave, si rompes algo que nosotras te damos, - Comentó señalandose a sí misma y a sus hermanas - nosotras te romperemos a tí. La guerra terminará cuando toque el silbato y las que tengan un vestido en sus manos se quedarán con él por esta noche. Buena suerte y esperamos que queden hermosas. Chau chau.

De repente, todas las prendas estaban en el aire, y las chicas saltaban para conseguirlas. Las hijas de apolo, en su astucia, utilizaban muy ágilmente los arcos y flechas para conseguir su vestido deseado, lanzándole una flecha que lo llevaba exactamente al punto que ellas querían. Mientras que yo seguía sin ver donde estaba el hermoso vestido de esa noche, el vestido que tal vez... solo tal vez haría que él se fijara en mí. 

Volteé hacia la izquierda y vi a piper usando su embrujahabla contra una chica que tenía el vestido que ella quería. Volteé a la derecha y vi a Annabeth en la cima de una pila de chicas que parecían querer el mismo vestido que ella tenía, y por lo que ví, era exactamente el que yo también buscaba, el vestido perfecto. 

Decidida, corrí hacia ella. Annie pareció esperarse lo siguiente, predijo mis movimientos y los esquivó. 

   - Lo siento Alex, pero yo también quiero este vestido. - Sonrió.

La miré divertida. Esto será interesante, pensé. 

Golpeé. Lo esquivó. Golpeé. Lo paró. Golpeé. Me lo devolvió. 

No funcionaba lo que yo hacía, ella llevaba más años de práctica y yo era una novata, ¿Qué podía hacer? Necesitaba pensar en algo lo suficientemente bueno para ganar a la hija de Atenea. El hoyo, pensé. Claro, eso es. Mi prisión personal. 

Annie seguía atacando y no me dejaba concentrarme. De repente la cosa se volvió loca y el hoyo no aparecía debajo de ella, sino de otras chicas. Ella se comenzó a dar cuenta de mi plan, y comenzó a moverse más para que yo no pueda lograr hacerla caer, de pronto, la mitad de las chicas habían desaparecido, estaban encerradas. Yo seguía queriendo aquel vestido. El tiempo se agotaba, veía a las ninfas muy entretenidas con todo eso, pero la guerra llegaba a su fin. La misma de antes se elevaba en su pegaso y se preparaba para soplar el silbato. Yo aún no tenía el vestido. De repente, sentí algo en mis manos, como un cosquilleo. Luego miré a la tierra, y me fijé en las plantas, crecían rápido. Yo les pedía crecer. Rápidamente elevé mi brazo derecho hacia Annie. Atrápenla. En ese instante se escuchó un Piiiiii . La pelea había terminado y yo no tenía el vestido. 

La ninfa se acercó hacia donde nosotras estábamos y me miró. 

   - Bueno, se acabó todo. Te agradecería que soltaras a todas esas chicas que te comiste, por favor que vuelvan sanas y salvas. - Me dijo. 

Asentí y me concentré en hacerlas aparecer, pero al no tener vestido me quedé con el que más me gustaba  deje a una pobre chica sin uno. También aproveché y tomé unos accesorio que otras tenían. No era perfecto pero era algo. 

Al devolver a todas me volteé a ver a Annabeth. Me dirigió una sonrisa. Yo se la devolví. Caminé hacia ella. 

   - Ese debía ser mi vestido. - Comenté. 

   - No eres la única que quiere sorprender a su chico esta noche, Alex. 


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