Capítulo 17

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   -Percy, vete. - Dije, lista para pelear con Nico.

Percy no rechistó, se acomodó la polera y se fue.

   -Tranquilízate Alex. No hay nada más que decir, lo que Percy dijo es correcto. Soy gay.

   -En primer lugar... - Intenté calmarme - ¿Cómo es que entraste a mi cabaña?

   -Bueno, en la tarde viniste a verme pero no era un buen momento así que decidí venir a verte pero...escuché algo sobre Will -Will -y opté por hacer un pequeño viaje sombra hasta aquí. Esconderme entre la oscuridad no fue muy difícil.

   -Está mal escuchar conversaciones ajenas. -Le reproché.

   -Está mal desearle la muerte a alguien. - Siguió.
 
   -No se la deseo a nadie. -Contesté.

   -Alex... tus ojos están amarillos -¿Cómo? - me la deseas a mí.

Estoy molesta, claro que si, no lo negaré pero... no puedo hacerle nada. Lo aprecio demasiado, lo quiero demasiado.

   -No es a tí a quien se la deseo. -Suspiré - Nico... será mejor que te vallas no tengo ganas de discutir.

   -Sólo quiero dejarte claro algo. Si le llega a suceder algo a Will...

   -¿Qué? ¿Vendrás a llevar mi alma al imfierno? - Protesté -No te tengo miedo Nico, solo te diré que no vuelvas a intentar amenazarme. Pierdes tu tiempo. Soy un alma que no piensa arrodillarse ante el hijo de la muerte.

   -Cuídate Alex. -Dijo abriendo la purta de salida.

   -Cuída a Will, lo necesitará. - Continué.

   -No quiero terminar así. - Se quejó -Eres una gran amiga, no quiero perderte. Puedo olvidar esto si así lo deseas, pasarémos página, volverá a ser como antes.

Me acerqué a él sonriente, había dicho lo que quería escuchar.

   - Ya está hecho. - Cerré la puerta en su cara y sonreí para mis adentros.

Lamentablemente mi orgullo no me permitió perdir disculpas y la pelea comenzó.

Pov Nico

Caminé rápidamente hacia la cabaña de poseidón. Las luces se encontraban encendidas, llamé a la puerta y Percy abrió, Annabeth se encontraba con él, veían una película.

   -¿Podríamos hablar? - Le pregunté.

   -Por supuesto. -Respondió.

Cerró la puerta tras él y nos dirigimos al campo de entrenamiento que en ese momento, estaba vacío.

   -¿Acaso era necesario contárselo? -Comencé.

   -Claro que sí, y no me arrepiento. Piper notó cierta vibra...y ella es hija de la diosa del amor, no dudó en contarle a Jason y él me lo dijo a mí. Nico, ella merecía saber, no podía seguir ilusionándose.

   -Eso habría sido lo mejor. Debo elegir y ella no estará contenta con mi decisión. Alexandra es poderosa Percy y tenerla en mi contra no me favorece.

Pareció verse ofendido. ¿Dije algo fuera de lugar?

   -No importa qué es lo mejor para nosotros, sino qué es lo mejor para ella. Así funciona la amistad. Si realmente piensas en ella como una "amiga" deberías saberlo. - Recalcó.

   - Mira... ella eligió y yo también. No fue mutuo y ya está, deberá aprender a sobrellevarlo.

   -¿Acaso tú has hecho eso alguna vez? - Preguntó exhasperado. Cada vez me odiaba más. No importa.

   -Yo estuve enamorado de tí por cuatro años, intenté alejarme de tí todo ese tiempo y finalmente encontré a otra persona. Ella lo superará. Lo sé. -Respondí seguro.

   -¿En serio quieres que Alex pase por lo mismo? ¿Por esas dificultades? Tú sabes que no es fácil.

   -Nada es fácil en esta vida. Si no luchas...te vencen. Y te digo que ella es una ganadora. No es porque se lo desee, es porque sé que no le costará tanto. Lo que le sucede a ella es una ilusión, una visión falsa que tiene de mí. Recién ha conocido mi verdadero ser - Comenté . - Y no le ha gustado.

   -Ella es una buena chica Nico. ¿Y si te lo piensas? -Intentó convencerme.

   -Las fichas ya están puestas, la jugada ya está hecha. - Finalicé.

   -Entiendo. Cuídate - Me abrazó. - Vigílala, que no haga nada estúpido, y... cuída a Will.

Asentí. Caminé sin rumbo alguno, aunque mis pies terminaron llevándome a la puerta de una cabaña que última mente se me hace muy conocida.

Llamé a la puerta y una chica me recibió.

   - Nico -Sonrió -¿Llamo a Will?

   - Por favor.

Pronto Will apareció, sonriente. Cerró la puerta tras él y me miró, sus ojos brillaban, se encontraba feliz.

   -¿Qué te sucede? - Pregunté. -¿Algo nuevo?

   -Conocí a alguien, es una gran chica, fue hace unos instantes pero me agradó mucho, compartimos los mismos gustos y aficiones, creo que llegaremos a ser grandes amigos. - Respondió como si nada.

   -¿Me dirás su nombre?

   - Alexandra, la chica nueva...la que trajiste.

Muy bien Alex, me sorprende tu rapidez, pero yo también soy un ganador y tengo todas las de vencer. Deberías haberme pedido perdón.

Deberías haber suplicado cuando pudiste.




  

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