Capítulo 36

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- Bébanlo, les ayudará a hacerse más fuertes. - Dije mirando a los líderes de cada cabaña que se encontraban frente a mi.

Sus rostros pálidos me hacían saber que les parecía una idea descabellada y un tanto morbosa. Lamentablemente, por muy raro que sonase, era lo mejor para prepararlos.

- Mira Alex, digo... Alexandra - Comenzó a decir Leo. - Seguro que como has visto a Nico todo pálido y misterioso pensaste que era mitad vampiro, pero por muy sorprendente que sea no lo es... o eso creo. Solo se que los demás somos completamente normales y no chupamos sangre así que por favor, ¿nos darías otra solución para todo esto? - Continuó haciendo referencia al brebaje que les ofrecía.

- No hay otra solución. Mi esencia los hará poderosos. - Defendí.

- ¿Así que estamos confirmando que esta es tu sangre? - Preguntó Piper.

- Es mi gracia.

- Tu sangre. - Afirmó Percy.

- Llámenlo como quieran. - Suspiré. - Esto los mantendrá con vida y potenciará sus habilidades.

- Es algo sádico que nos pidas beberla, ¿no crees? - Agregó Jason.

- Solo háganlo. - Ordené.

- Última pregunta. - Dijo Annabeth. - ¿Como se supone la repartirás a todo el campamento? Sería demasiada sangre que tuvieras que quitarte.

- Esa es una buena pregunta Annie. - Respondió Leo. - ¿Estas planeando desangrarte Alexandra?

- ¿Algún día dejarán de hacer tantas preguntas? - Me quejé.

- No lo creo. - Contestó aquel que acusaron de ser mitad vampiro.

Di un largo suspiro.

- Solo tuve que quitarme unas gotas y eso lo multiplique para que así pudiera dar de beber a todos los campistas.

- ¿Se supone que ahora eres Jesús? - Se burló el hijo de Hefesto nuevamente.

- Entiendo que te gusten las bromas, - Comencé a decir - pero acabas de burlarte de las creencias de otras personas que aunque no las compartas, debes respetar. Y respondiendo a tu pregunta: No.

Pareció estar avergonzado. A pesar de eso no me pareció fuera de lugar lo que dije, alguien debí decirlo.

- Ahora beban. Todos.

Obedecieron. Al deslizarse la sangre por su garganta, sus ojos emitieron un pequeño resplandor amarillo parecido a los míos cuando usaba mis poderes. En ese instante pude verlo todo. Cada pequeño recuerdo escondido en sus mentes, cada temor y sueño, cada fortaleza y debilidad. Estaban conectados conmigo. Ahora podría protegerlos y saber cuando necesitarán de mí. Y ellos serán más capaces de defenderse.

- Me siento muy bien. - Comenzó a decir Percy aún con los ojos iluminados.

- Así deberías. - Respondí. - He comenzado con ustedes, los líderes de cada cabaña, porque les explicaré cuáles son sus "mejorías": Los hijos de Apolo ya no solo controlarán la luz sino que la crearán, con sus propias manos o su propio cuerpo. "Luciérnagas gigantes" como diría Leo. - Comenté sonriendo a aquel que acababa de regañar. El sonrió de vuelta. - También podrán curar heridas sin necesidad de ningún utensilio, solo su voluntad. Claro, dependerá de la gravedad de esta. Los hijos de Afrodita tienen la habilidad de cambiar su apariencia por completo. Los hijos de Atenea pueden ver el futuro a corto plazo y ver exactamente los movimientos del enemigo en combate. Los de Demeter pueden hacer crecer todo tipo de plantas en cualquier lugar, no importa que sea un lugar desértico. La cabaña de Ares puede y tiene todo tipo de armas a su disposición, solo debe pensarlo y aparecerán en sus manos, a demás cuentan con el triple de potencia en cada golpe. La cabaña de Hefesto puede generar fuego de la nada y en cantidad ilimitada, pero eso Leo ya lo tenia. Los hijos de Hermes, para mantener su puesto de genios del engaño, tendrán la capacidad de multiplicarse como hologramas, pero solo uno será el verdadero. En fin... las habilidades que se supone debieran tener son aumentadas. Por favor cada uno tome suficiente gracia de los tarros qué hay en la mesa y lléveselo a sus hermanos. Ah y... a todos ustedes su fuerza se les fue duplicada. Pueden irse. Mientras tanto quédense ustedes tres. - Añadí dirigiéndome a Nico, Percy y Jason.

Todos obedecieron y salieron de la habitación, menos los ya mencionados.

- Prefiero decirles en privado lo que pueden hacer ahora. - Dije. - Verán... ustedes eran los que ya de por si tenían más poder, decidí darles un poco de los míos. Percy, ahora puedes utilizar el hecho de que cualquier cuerpo de un ser vivo tiene cierto porcentaje de agua e incrementarlo para así ahogarlo desde dentro. También puedes compartir tu poder de respirar debajo del agua con quien desees, para que así ellos puedan hacerlo de igual manera. Jason, tú puedes generar rayos con solo pensarlo y utilizarlos en combate. Nico, tú puedes utilizar el dolor de la persona o... monstruo, en su contra. Generas recuerdos jamás ocurridos o utilizas los miedos para destruir por dentro al sujeto.

- No se que decir. - Respondió Percy sorprendido.

- Eso es nuevo. - Aclaró Jason haciendo alusión al comentario de su amigo.

- Todo eso, a demás que lo que ya poseían, está también "mejorado". - Continué.

- ¿Por qué a nosotros nos lo debías decir en privado? - Indagó el hijo de Hades.

- Verán, al beber mi gracia ustedes se han vuelto parte de mí.

- Eso se escucha raro. - Comentó el hijo de Poseidón.

- No solos los he vuelto un poco más... yo, por así decirlo, sino que yo también me he vuelto más ustedes. He conocido todos y cada uno de sus pensamientos habidos en sus mentes y también los presentes.

- ¿Todo? - Preguntó Jason asustado. Sonreí.

- Sí, todo. Ahora yo también puedo ver a través de los campistas. Así cuando uno de este campamento esté en peligro, les avisaré a ustedes tres para que puedan ir a salvarlo, porque yo no podré.

- Porque estarás con tu hermana.

Asentí.

- Confío en que ustedes los protegerán mientras yo no esté.

- Haces bien, - Agregó Percy. - Solo me asusta que sepas lo que pienso en cada momento.

- Eso ya lo sabía desde antes. - Sonreí. - Lo único nuevo es que ahora conozco todas sus vidas.

- Aterrador.

- Depende desde qué punto lo veas.

- Desde cualquier punto lo es. - Replicó Nico.

- Puede ser, aunque no desde el mío. Bueno... pueden irse.

- Gracias Su Majestad. - Rió Jason. - ¿Desea usted algo más? - Término burlándose.

- Largo. - Reí.

Y salieron rápidamente de la habitación. Había estado tan solo un par de horas y ya había fortalecido a los semidioses, faltaban aún mejorar las armas y hacerlos entrenar. Debía idear un plan de guerra. Debía buscar la forma de ganar.

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