Capítulo 32

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Fue tanto tiempo el que desee que sucediera lo impensable. Que el chico prohibido me amara, y que me sintiera completa y querida. Que estupidez, ¿no creen? Buscar el amor ajeno. Mendigar cariño. ¿Acaso soy una muñeca que necesita dueño? La realidad es que nada podrá hacerme sentir amada, si no me amo primero. ¿Son esas tonterías que nos repiten de niñas ciertas?

Parece que ya lo conseguí a él, a su corazón me refiero. Conseguí al chico que amo, o al menos que creo amar. ¿Y que es el amor? ¿Se basa acaso en pasión solamente? El amor es un sentimiento, una vivencia...¿que? No lo sé. ¿Acaso conozco el verdadero amor? ¿Acaso amo a Nico Di Angelo?

Una ilusión puede ser. Tal vez me he convencido todo este tiempo que el amor es solo la atracción o el cariño que siento hacia el. ¿Y si no? ¿Y si es real? ¿Que es real en este mundo? Hace unos meses los dioses no eran reales para mi, el nombre del chico al que me encuentro besando no existía, esta vida era inimaginable... entonces, ¿como sé que es amor lo que siento?

Me parece increíble que no pueda ser capaz de controlarme a mi misma y que me encuentre siempre en manos de alguien más para procurar alejarme de alguna equivocación. Él hecho de que me manejen y yo no pueda manejarme me hace un objeto. Que degradación a la persona y a mi misma. ¿No soy yo lo suficientemente fuerte como para saber decir que no?

Tantas dudas y ni una respuesta. Lo único que sé en este momento, es que debo volver a la realidad.

Fue ahí que nos separamos del beso. Aunque pareciese  más tiempo, solo fueron unos pocos segundos.

Vi sus ojos, el resto se me olvidó. Oscuros. Muy oscuros. Penetrantes.

Él deslizó sus dedos por mi rostro.

   - ¿Te parece si nos vamos? - Sonrió.

   - Me parece bien. - Sonreí.

Olvide todo lo que había pensado durante el corto beso, pero era algo que por mi bien, debía recordar.

Mi cabeza giró instintivamente a ver al amigo que acababa de perder. Seguía en el suelo, pero su rostro había cambiado. No estaba furioso, sino herido. Dañado. Traicionado por personas que consideraba familia y que amaba.

   - Lo siento. - Le dije.

   - No lo sientes. - Respondió mientras una lágrima caía. Se levantó y por última vez me miro. - Al igual que me mintió a mi, te está mintiendo a ti. - Acto seguido se alejó.

   - No le hagas caso, vámonos. - Comentó mi acompañante.

   -¿A qué se refiere? - Le pregunté dudosa.

   - Esta delirando, se encuentra dolido. Hablando de dolor, acompáñame a la enfermería, el hombro aún me molesta. - Añadió.

Instintivamente me acerque a su hombro sangrante, y sin pensar lo bese. La herida instantáneamente dejó de sangrar y se cerró.

Nico, sorprendido, me miró.

   - Creo qué hay muchas cosas que no conozco de ti.

   - Créeme, yo tampoco las conozco.

Me desanimo la idea de no ser capaz de conocerme, el no saber que puedo o no hacer. Si no se lo básico
de mi, no podré amarme y no podré amar. Y de vuelta viene a mi cabeza la pregunta: ¿que es el amor?

   - ¿Estas bien, Alex? - Me preguntó.

    - No me había dado cuenta que los campistas nos rodeaban. - Dije al mirar a mi al rededor. Mi vista comenzó a nublarse y sentía la tierra temblar. - Creo que estoy un poco mareada.

   - ¿Alex?

No recuerdo que más pasó. Solo veía todo negro. No había nada. Sentía presión en mi pecho, pero al fijarme, estaba vacío. Quería despertar pero no sabía cómo. De repente una pequeña luz comenzó a alumbrar la marca de mi brazo e hizo que esta se encendiera. No sentía miedo, sino incomodidad. Entonces me di cuenta de lo que sucedía realmente. Siempre lo supe, pero no la escuchaba. Ella me llamaba pero yo no quería hacer caso. Huía de quien era.

¿Me escucharás ahora, hermanita?

¿Qué es lo que quieres?

Tú eres lo único que siempre he querido, lo sabes.

No tengo nada que te sirva. Déjame tranquila.

Te equivocas, lo tienes todo, y lo quiero de vuelta.

¿Mi vida? ¿Eso quieres? Quítamela si puedes, te recuerdo que nos hicieron iguales.

Nunca me olvide de eso, al contrario que tú.

Estoy de vuelta, ¿me extrañaste?

Iré a buscarte, y te encontraré.

No lo harás, estarás muerta antes de eso, yo te habré asesinado con mis propias manos.

Soy Gaia, la diosa de la tierra y te he vencido por milenios. La última vez que nos enfrentamos te deje siendo mortal.

Esta vez yo te dejare siendo nada. Puedo ser la menor, pero en definitiva soy la más fuerte.

¿Entonces como te he controlado por tanto tiempo?

¿Como sabes que no fue al revés?

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HOLAAAA
Bueno, para los que no entiendan, el próximo capítulo explicará mucho más el tema .

Espero que les haya gustado ❤️

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