Iba con Kotoha felizmente mostrándole el lugar mientras paseábamos por los pasillos, le explicaba cada función de las distintas secciones del edificio hasta que llegamos a la sección prohibida.
- A partir de este punto, no podemos ir más allá, está es la zona privada para el señor Douma, no tenemos permitido adentrarnos para nada, ni siquiera para limpiar. -
Ella solo asintió curiosa intentando descifrar que había más allá, admito que también sentía curiosidad para averiguar qué escondía en los distintas habitaciones, solo había podido estar en una... Donde dormía. Un sonrojo veloz apareció en mi cara recordando aquella noche.
Sacudí mi cabeza y continuamos, mientras le mostraba el resto del lugar hablábamos de mi trabajo y mis funciones, repentinamente bajo la mirada un poco cabizbaja, creía saber la razón.- No te preocupes, por ahora no tienes que trabajar. -
- Pero, tú aún herida trabajas, mientras que yo- -
- ¡Vamos! Apenas llevas un día aquí, tómate un tiempo para recuperarte, tanto mental como físicamente. -
Sonreí y salimos al jardín, su mirada estaba totalmente asombrada por tan bello paisaje, me recordó a mi reacción cuando lo ví por primera vez.
Avanzamos hasta el umbral de una puerta torii que se ubicaba en un extremo de los pequeños puentes que atravesaban el lago, los peces brillaban gracias a sus escamas, una brisa fresca recorrió el exterior dando una sensación de paz.
Nos sentamos en la orilla del lago a la sombra de uno de los árboles, era medio día.
Al acomodarnos, colocó a Inosuke sentado en su regazo, miraba curioso el agua y los juncos que se sacudían ubicados en la orilla.
No pude evitar reírme un poco, sus mejillas eran tan adorables que darían ganas de comérselo a besos.
Pasamos unos segundos en silencio disfrutando del lugar, Kotoha le mostraba pequeñas cosas que encontraba a su bebé hasta que me llamó delicadamente.- Disculpa... ¿Cómo llegaste aquí? -
Pensé por unos segundos, quería resumirlo lo más posible, aquella pregunta me había tomado algo desprevenida.
- Bueno, vivía en mi casa echa ruinas y mi hermano estaba moribundo, extrañamente el líder de este culto me encontró en un templo y me permitió quedarme. -
- ¿En un templo? ¿Antes trabajabas en un templo? -
- Oh, no. Robaba y me había escondido de los guardias ahí. Creo que fue suerte. -
- Ya veo... ¡Me alegro mucho por ti! -
Sonrió y volvió con Inosuke, tenía una pregunta que quería hacerle pero me producía cierta inquietud.
- Sí... Una pregunta, uhm. -
- Dime, ¿Qué pasa? -
Contestó con su característica voz amable y tranquila.
- Verás, es que es por mera curiosidad... ¿E-Es difícil ser madre? -
Su mirada se fijó en mi por unos segundos confundida para luego reír dulcemente, un sonrojo de vergüenza apareció en mi cara.
¿En qué estaba pensando?
Se detuvo al cabo de unos segundos para después continuar.
- Siendo honesta, sí.
Pero... La razón por la que te mueves es invaluable y hace que cualquier cosa valga la pena si es en su beneficio. -Dijo mientras abrazaba y arrullaba aquel bultito que sacudía sus manos queriendo escapar de aquellos brazos.
No entendía por qué pero, me llenaba de cierta ilusión tener un hijo, realmente deseaba poder tener una familia. Me miró y sonrió, sentí una calidez indescriptible... Me recordó a una vieja sensación.
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𝐿𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝐻𝑖𝑒𝑙𝑜
Fanfictionˡᵉᶜᵗᵒʳᵃ ˣ ᵈᵒᵘᵐᵃ Desde hace un tiempo, haz luchado bastante para poder mantenerte fuerte y determinada ante la desesperación de las adversidades. Sin embargo, un fatídico día, tu hermano cae gravemente enfermo. Dejándote llevar por la preocupación...