Histéria - Capítulo 36

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- ¡Ouch! -

Exclamé quejándome por la reciente herida que me provoqué mientras cortaba algunos vegetales. Rápidamente me miré la mano asustada esperando que la cortadura no fuera profunda.
Sin embargo, justo al lado mío se encontraba Aiko preparando onigiris; angustiada al ver como la sangre recorría mis dedos, velozmente se me acercó y tomó mi mano nerviosa mientras me revisaba preocupada.

- ¿¡Estás bien?! Vaya, ¡cuanta sangre!, deja te curo... Se te podría poner peor. -

Decía mientras acelerada a la vez que comenzaba a lavar los paños en agua caliente para mitigar el dolor y limpiar mi herida, trataba de detenerla amablemente pero permanecía ahí de todas formas.

- ¡No es necesario! Estoy bien, no es la primera vez que me lastimo así. -

Respondía con una sonrisa tranquila más no me escuchó ni una palabra mientras me continuaba curando.

- Eres tan terca Aiko... ¡N-No era necesario! -

- ¡Tú eres la terca! ¿Acaso quieres manchar la cocina con sangre? ¿O quieres que se te infecte? -

Al darme cuenta que tenía razón, desvíe la mirada apenada y guardé silencio, aún no me acostumbraba a recibir alguna atención médica a pesar de todos los accidentes que me han sucedido.

¿Qué sé comparan unos meses de buen trato a años de hambre y penuria?

Pensaba un poco decaída recordando todo lo que había pasado, estaba tan agradecida de continuar con vida, sin embargo...
Ahora que lo pienso, lo que le pasó a Samiku incluso con las extrañas explicaciones, su desaparición no me cuadraba... Al igual que el de Kotoha e Inosuke.
Tenía la sensación de que algo realmente malo les pasó.
Me sobresalté ante una idea que se me había ocurrido sobre su desaparición al mismo tiempo que Aiko le daba un tirón a mi vendaje improvisado.

- ¡Aiko! ¿Recuerdas el asesinato de hace 2 semanas? ¿Y si tiene que ver con Samiku y Kotoha? -

Ya habían pasado 2 semanas desde aquel acontecimiento tan crudo, los oficiales que habían investigado nunca encontraron al culpable a pesar de la intensa búsqueda, la única pista que tuvieron fue su extraña causa de muerte.

- ¿Uh? ¿Quieres decir... qué es probable que fueron desmembrados al igual que ese hombre?... -

- ¿Q-Qué? ¡No no! N-No digo que desmembrados. Si no... Pensé que tal vez se podría tratar de la misma persona...-

Ella me miró pensativa mientras continuaba curándome para después suspirar mientras meneaba la cabeza de un lado a otro.

- No creo que fuera así... ¿Por qué dejaría esta vez la evidencia logrando desapariciones "perfectas"? -

- Es verdad... -

Dije mientras bajaba la mirada desanimada, aún me causaba cierta angustia de aún no encontrar ninguna pista sobre ellos y me adelantaba rápidamente ante cualquier acto criminal.
Al ver que terminaba de sanarme le agradecí con una sonrisa mientras hacía una pequeña reverencia. Ella me miró con el ceño fruncido.

- Déjame me encargo de los vegetales, ¿Aún queda arroz? -

Me acerqué para revisar a donde estaba preparando los onigiris, estos estaban mal hechos en su mayoría y eran enormes para poderse comer adecuadamente. Me dió un poco de risa al descubrir que ella no era muy buena cocinando.

- Uhm, Aiko, les pusiste demasiado arroz y te lo terminaste. Tendré que ir al mercado por más. -

- Si si, llévate una sombrilla ya que el sol esta super fuerte, esperemos que no haya otra época de sequías, está así desde la semana pasada y parte de la anterior. -

𝐿𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝐻𝑖𝑒𝑙𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora