Infierno para ambos - Capítulo 41

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Conforme me iba despertando, un dolor agudo repentinamente azotó mi cabeza, me dolía a tal grado de sentirla pesada y a duras penas podía soportarla. Mi vista lentamente se acostumbró a la oscuridad con la tenue luz de el amanecer, me di cuenta que no continuaba en el callejón tétrico en el que había llegado a parar, si no en la habitación del líder provocándome una sensación de paz. Mi mirada recorría el lugar lentamente hasta que me percaté que Douma se encontraba a mi lado con una expresión sombría acariciando lentamente mi cabeza, se iluminó su mirada al darse cuenta que estaba reaccionando.

- ¡D-Despertaste! -

Mustía mientras su mano se deslizaba por mi rostro, sentir su calidez fue reconfortante y posé mi mano en su mejilla acariciándolo. Noté que aquellos ojos que alguna vez fueron fríos y aterradores, estaban cristalinos.

- D-De v-verdad lo siento... -

Murmuraba y de mis ojos comenzaron a brotar lágrimas reprimidas, intentaba no recordar todo lo que había sucedido hace unas horas pero fue en vano: tal experiencia me había roto por dentro. Intenté incorporarme pero rápidamente él me lo impidió.

- No te muevas... Por favor. -

Sus caricias no ayudaban a controlarme y después de unos minutos me lancé a él ignorando el dolor abrazándolo fuertemente mientras dejaba ir mi llanto.

- S-Solo... Abrázame... -

Le rogué entre dientes y él rápidamente correspondió, sentirlo tan cerca me consolaba. No quería más en la vida, solo tenerlo a él cerca.

- ¿Qué sucedió?... -

- Y-Yo... Iba a aprovechar que Neun y el señor Makeoto partían a la casa de su amigo para poder comprar unas cosas para lograr ocultar el embarazo, p-pero... -

Conforme relataba lo sucedido, mi voz se quebró al darme cuenta de lo que había sucedido realmente: e-el... Me golpeó en mi vientre. Tratando de soportar el dolor, me di unos segundos para recuperar el aliento y continué entre murmullos.

- P-Pero el general Tsukimoto me encontró y me arrastró hacía un callejón, m-me golpeó hasta no sentir nada. Uno en especial apuntó a mi vientre haciéndome escupir sangre. D-Después de eso... dijo que él había matado a mis padres hace unos años debido a una orden. Juró que me iba a asesinar a mi y a mi hermano cueste lo que cueste. -

Contaba tratando de calmarme, le tenía un miedo terrible a aquél hombre que tanto me atormentaba. Sin embargo, noté cómo Douma aumentaba la fuerza del abrazo, supuse que por tristeza o algo parecido.

- No dejaré que te vuelva a hacer algo... Nunca más. -

Su tono era serio dificultándome saber que sentía. Pasaron los segundos y me dio sin advertencia un beso en mis labios para luego recostamos en el futón mientras continuaban sus caricias haciéndome sentir segura, el abrazo fuerte seguía como si no nos quisiéramos separar nunca más, sentía como mi corazón latía fuertemente al estar tan cerca y me dejé ir por la calidez del ambiente.

Al abrir los ojos nuevamente, me encontraba sola en la habitación dándome cuenta que era medio día, me había quedado dormida nuevamente debido a la fatiga del día anterior.

Seguramente fue a atender a sus seguidores... Aún debemos guardar apariencias.

Mientras me incorporaba me daba cuenta que estaba llena de vendajes nuevamente pero no me sorprendió, estaba de cierta forma acostumbrada.
Trataba de ponerme de pie para asegurarme que mis piernas no estuvieran rotas pero el dolor adormilado rápidamente se despertó dificultándome moverme: tan solo respirar era realmente una tortura.

𝐿𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝐻𝑖𝑒𝑙𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora