𝐿𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝐻𝑖𝑒𝑙𝑜

Lo que no debió ser - Capítulo 33

Mientras llenaba la vasija de sake, lograba sentir como mi cara continuaba colorada a la vez que se me dificultaba calmar aquellos jadeos, mi corazón se había acelerado gracias a la emoción de aquellos segundos. 

S-Señor D-Douma...

Pensaba mientras revivía lo que había sucedido hace unos minutos, una extraña sensación en mi cuerpo crecía de manera veloz haciéndome temblar mientras apretaba mis piernas hasta que me percaté que el sake se desbordaba. Rápidamente cerré el dispensador y regresé al salón tratando de aparentar que nada sucedía. 

Al llegar a este, continúe mi trabajo tratando de estar lo mas concentrada posible, pero había algo que me lo impedía, la sensación que cada vez crecía daba la impresión como si estuviera enferma pese a mis enormes esfuerzos de ocultarla. Sin embargo algo no me ayudaba, la penetrante mirada del líder que seguía cada uno de mis movimientos de arriba a abajo, me ponía tan nerviosa que casi derramaba el alcohol, hasta que me hizo una seña para que le sirviera.
Al acercarme y comenzar a llenar su vaso, me percaté que disimuladamente metía su mano por debajo de mi ropa acariciando mis piernas. A la vez que su mano iba subiendo lentamente me ponía tan ansiosa que derramé un poco, lo voltee a ver y solo me sonrió.
Terminé por alejarme de ahí y continuar con los demás invitados evitando por completo al líder. 

 - Pss. -

Me susurro Aiko mientras estaba descansando un poco junto a Yoshiko, me acerque para ver que necesitaba. 

- ¿Uh? ¿Qué pasa? -

- ¿Cuál de todos los invitados se te hace mas lindo? ¿Ehhh? A mi me gusta el que esta cerca del fusuma. -

- ¡Aiko! ¿Cómo se te ocurre decir eso? -

La regañaba Yoshiko mientras tiraba una de sus trenzas, era un poco gracioso verlas pelear, suspiré y miré de reojo al líder. Nuestras miradas se cruzaron por unos segundos y rápidamente desvíe mi atención.
Pasaron más horas atendiendo cada mínimo detalle para que todo saliera perfecto hasta que por fin se marcharon. Estaba algo cansada y comencé a ayudar a recoger todo lo que se había utilizado hasta que me hablo el señor Makeoto.

- ¡Hey! Ya pueden irse a dormir, yo me encargo de eso. -

- Oh, gracias. Que descanse.

Me despedía tranquilamente tratando de esconder mi emoción y nerviosismo.
Al salir de el salón, noté que el líder me estaba esperando en la penumbra cerca de la sección restringida, no pude evitar correr hacía él y abrazarlo fuertemente, gracias a la oscuridad de el ambiente no se lograba ver lo roja que estaba.

- Veo que no pudiste estar tranquila.  -

Me susurró con delicadeza, ante la emoción del momento, le robé un beso que rápidamente aumentaba de intensidad a la vez que acariciaba su mejilla mientras nos apegábamos más y más.

- Y-Yo l-lo necesito... -

Murmuré entre jadeos agitados mientras bajaba la mirada avergonzada, comenzó a acariciar mi mentón.

- Yo también te necesito... -

Acariciaba mi rostro mientras sus gélidos ojos fijaban su atención en mi boca, rápidamente se hizo presente un beso húmedo, tomábamos pequeños descansos para recuperar aliento.