El día había terminado y los profesores involucrados se encontraban de regreso en los dormitorios, habían acordado con la policía y uno que otro héroe, entre ellos Hawks, que debían investigar en dónde es que se encontraban escondidos los de la liga y por ningún motivo hablar con Endeavor.
Fue difícil hacer entender al héroe alado, sólo bastó prometerle que buscarían cualquier excusa para que pudiera trabajar en una misión con su ídolo.
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– ¡Hasta que llegas!, ¿sabes cuánto llevo esperando?, ¿por qué tardaste tanto, imbécil? – Hawks estaba histérico.
– Tranquilo nene, tuve un pequeño problema, pero ya lo solucioné – Dabi tan despreocupado como siempre.
– ¿Por pequeño te refieres al hijo menor de Endeavor?
El pelinegro lo miró cómo si se hubiera convertido en un fantasma, ¡¿CÓMO LO SABÍA?!, ¿acaso lo vigilaba? Estaban saliendo, pero eso ya era muy creeppy por parte del rubio.
– ¿De qué tonterías hablas?
– Soy héroe, imbécil.
Ahhh, sí, tal vez olvidó ese pequeño detalle. Si Keigo sabía lo de Shoto, quiere decir que intentan rescatarlo y aún no sabía la razón por la cuál Tomura lo secuestró.
– ¿No vas a decir nada?
– Soy inocente del secuestro del mocoso, pero culpable por robarte el corazón, pimpollo – dijo con una sonrisa y guiñándole el ojo.
– Ahora no Dabi, ¿por qué hicieron semejante estupidez?
– La idiota de Toga y sus brillantes ideas, pero nadie sabe quién es el niño.
– ¿Y tú por qué si sabes?
¿Ahora qué?... ¡BINGO!
– Lo acabas de decir – su amorcito llega a ser tan estúpido como él, ahora entiende porque son pareja.
– Cierto, ¿y por qué lo tienen?
– Baby, ya te dije que Toga lo propuso y cuando estuvo con nosotros ya no sabía que hacer con él, ¡hasta lo quiso hacer picadillo!, ¿lo puedes creer?
Hawks se puso las manos en el pecho, indignadísimo, ¿por qué existían personas sin cerebro?... un momento... ¡ÉL ESTABA SALIENDO CON UNO!, pero no sé quejaba, lo amaba, pendejo y todo.
– ¿Y está bien?
– ¡Pues claro que está bien!, ¿con quién crees que estás hablando?, hasta soportamos sus berrinches.
– ¿Berrinches?
– Es bastante remilgoso para la comida.
– Todoquisquilloso ¿eh?, es niño rico, ¿qué esperabas?
– Cooperación, está secuestrado.
– Es un niño, no sabe que corre peligro.
– Pues no sé, creo que sabe lo que hace.
– Imaginación tuya, llévame a dónde lo tienen, quiero verlo.
– Será genial, le vas a caer bien, todos habían preguntado por ti, te echan de menos.
– No puedo creer que me aceptaran, pensé que tenías algo con Shigaraki.
