41| Una Familia Destruida.

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Abel yacía algo cansado y con una cuantas heridas; pero su contrincante, Jess, se veía que estaba mucho peor que él, con muchas más heridas, cansada.

-Eres una estúpida.-dijo Desal viéndola.

-Y tu un monstruo.-respondió Jess viéndolo.

-¿No lo entiendes?. Solo eres la carne de cañón Jess, a Bellatrix no le importas.-le respondió el chico indiferente.

-¡Tu asesinas te a la única persona que me amaba!.-le reclamo con odio y sus ojos brillaron de un tono azul oscuro.

-Que hipócrita eres, haznos un favor y muere.-respondió serio pero sonriente.

El chico se movió lo más rápido que pudo mientras que en su mano llevaba un cuchillo, hoy acabaría definitivamente con ella; en el momento que estuvo por atravesar su cuello con el cuchillo se detuvo bruscamente y retrocedió... ¿Por qué todos los "zombies" de Isaac le había disparado a él?. No tenía tiempo, todos los "zombies" que estaban cerca de ellos empezaron a soltar todos sus ataques contra él, poderes, balas, cuchillos, todo iba contra el chico; esquivo todos los ataques que iban contra el pero no cesaban, eran demasiados, debía hacer algo ¡Ahora!.

-¡Mierda!.-grito el chico al sentir como una llama azul impacnto contra su espalda y la quemó casi toda.

El dolor recién obtenido evitó que el chico se moviera, recibió de lleno todos los disparos de los "zombies" que lo rodeaban. Abel yacía de rodillas, con todo su pecho agujereado y con sangre saliendo de los agujeros, le costaba respirar y poco a poco dejaba de sentir su cuerpo, estaba muriendo; todos los "zombies" se quedaron quietos viendo al chico moribundo, Jess por su parte lo vio con una sonrisa de superioridad, había ganado.

-¿Tienes algunas últimas palabras? Cariño.-le dijo con burla en su voz y apunto directo a su cabeza.

-Ojalá... No te tengan piedad.-dijo a duras penas el chico y cerró los ojos, esperaba su muerte.

La cual nunca llegó, por el contrario escucho disparos pero ninguna bala lo llego a tocar, cuando abrió los ojos encontró a Jess, apuntándole a otra persona... ¡Abba!. La morena se acercó corriendo mientras desviaba las balas con sus poderes, creo una llama roja que cubrió todo su brazo y golpe de lleno el rostro de Jess, la cual retrocedió y gritó de dolor al sentir como su rostro se quemaba, pero antes de que pudiera hacer algo un gran pedazo de tierra con rocas voló contra ella y la arrojó metros lejos de ahí, por su parte los "zombies" no tuvieron un mejor destino, otras rocas y tierra los aplastaron. Abba se movió hasta donde estaba Abel y con fuego cerro varias de las heridas, en su rostro se veía la preocupación.

-El cabello de anciano nos traicionó.-dijo la morena molesta.

-No.-se limitó a decir Killian.-Hay un francotirador oculto.

-¿Y eso qué?.-exigió una respuesta.

-Ese tipo hizo algo. Debo ir a ver como está Isaac.-dijo para irse.

-Y-yo tam-también voy.-dijo sin casi fuerzas el chico.

-No, debo sacarte de aquí... No soportas mucho sin atención médica.-le respondió Abba preocupada.

-El encapuchado... El francotirador... ¿Perdimos?... ¿Morimos?.-soltó como últimas palabras el chico y cayó desmayado.

-¡Abel!. ¡Abel ni se te ocurra morir! ¡Abel!.-grito la chica mientras lo agitaba, debía sacarlo de ahí.

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Killian se movió con rapidez por el campo de batalla, cerca de donde se suponía que estaba Isaac hacia un frío descomunal, el ciego se movió de forma precavida y pudo sentir una presencia.

Los KustermenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora