44| Ayuda Extra

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Abel se movía de forma sigilosa entre los callejones de la ciudad más cercana a su guarida, junto a él iba Mika, quien lo seguía de cerca; ambos se dirigían al mismo lugar, una sede abandonada de ESDEK, según algunos datos desactualizados del castaño esta sede ahora era algo más, la cárcel de los fenómenos.

-Te ves serio... Más de lo normal.-comento la chica mientras veía su espalda.

-Ahora es morir o sobrevivir, ¿No?.-pregunto algo sarcástico el chico.

-Desal, ¿Qué les ocurre?, Ambos han estado callados desde que perdi-, volvieron.-pregunto la chica con cierta preocupación.

-No todos los días eres casi asesinado por tu ex.-respondió a secas Desal y detuvo su andar en seco.-¿Escuchas eso?.-pregunto mientras se escondía detrás de un muro.

-Un auto.-respondió Mika después de afinar sus odios y verlo gracias a sus poderes.-Es de ESDEK, están aquí.-añadió con seriedad.

-La misión paso de fácil a difícil muy rápido.-respondió Desal viendo a su alrededor.-Según la información de Alex el edificio está a unas cuantas cuadras, lo mejor sería ir por los techos.-opino para ver a Mika quien asintió.

Ambos se movieron sin perder el tiempo y escalaron el edificio que estaba a su lado, corrieron por los techos hasta estar a una buena distancia de su objetivo, la cárcel que solía estar habitada solo por sus reos ahora estaba rodeada por soldados de ESDEK; pero eso no fue lo que preocupó a ambos, lo que les preocupo es quien estaba entre los soldados... Edward, se veía muy bien para haber sufrido tanto daño hace tres semanas.

-¿Qué demonios hace él aquí?.-pregunto con cierta irá la peliazul.

-No lo se.-respondió el chico mientras lo veía atentamente.

-Debemos irnos, es muy peligroso.-dijo la chica lista para irse... Pero Desal no se movió.

-No... Debemos seguir con el plan.-respondió el chico serio.

-Es una locura Abel, debemos irnos.-repitió Mika.

-Si nos vamos no tendremos gente que nos apoye a pelear, si no peleamos moriremos... ¡Si mueren tendré que enterrar a más gente y cargar con sus muertes!.-replico Desal perdiendo los estribos por unos momentos.-Morir no es fácil para mí, pero para ustedes si... No quiero ver morir a mis compañeros, no quiero más muertos.-dijo después de suspirar y calmarse.

-De nada servirá esto si morimos, lo sabes.-respondió Mika.

-Si hay una posibilidad debemos aferrarnos a ella, pelear por los que no pueden hacerlo... Pelear para evitar más muertes.-le contesto Desal serio.-No moriremos.-añadió decidido.

Mika suspiro algo frustrada y vio al chico, ese optimismo era peligroso... Podrían morir por ello, ¿Morir sin intentarlo?, Eso tampoco sonaba bien...

-Bien, vamos.-dijo a secas la peliazul.

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Ambos esperaron cerca de la "cárcel", veían como los soldados de ESDEK se movían de un lado a otro, solo había un punto ciego. Abel se apartó del borde, y luego con toda su velocidad bajo del edificio solo dejando una estela de polvo detrás de él, se acercó a uno de los soldados que estaba solo y le clavó un cuchillo en su cabeza sin darle tiempo de reacción, otro soldado se acercó a la escena pero tampoco pudo saber como acabó su vida. Unos pocos segundos después el chico volvió a aparecer al lado de la peliazul, ahora cargando ambos cadáveres de los soldados.

-Es más fácil así.-dijo el chico y procedió a quitarle la ropa al soldado.

La chica solo asintió con la cabeza e hizo lo mismo que él; después de unos minutos ambos estaban vestidos igual que los soldados. Pudieron entrar a la cárcel sin llamar la atención, el resto de los soldados solo se dedicaba a revisar los alrededores; la instalación era bastante grande, se notaba que había sido abandonado hace un buen tiempo gracias a los pisos sucios y paredes llenas de telaraña; pero justo ahora los soldados y científicos de ESDEK recorrían los pasillos con cierta velocidad.

Los KustermenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora