Capítulo Final

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Caminó unos pasos hacia mi, acortando la distancia que nos separaba. Siempre mantuvo el silencio, poco a poco todo se fue volviendo mas calmo, los cánticos desaparecieron, o quizás solo había sido mi mente los que lo había suprimido. Cuando ya estuvo a unos escasos centímetros de mi, se detuvo.

Mire esos ojos negros, fríos, incapaces de sentir afecto alguno, tan duros como la propia roca que queda después del ardor de la lava corriendo. Tan oscuros como la infinidad del cielo en plena noche, tan inexpresivos como la propia muerte en persona, pero que a la vez sabe expresar hasta los sentimientos mas remotos que puedan sentirse alguna vez en la vida. Esos ojos los cuales estuvieron en mis mas profundas pesadillas, los cuales acompañaron la mayor parte de mis pensamientos nocturnos al momento de velar de un lado a otro bajo la penumbra de mi habitación. Esos ojos a los cuales tanto anhelo.

-Adeline, se que he hecho tu vida un infierno, pero...- Carcajeó mientras pronunciaba esas palabras como su fueran un ronroneo tan profundo.- ¿sabes? Quiero compartir ese infierno contigo.- Me quede inexpresiva, como su blanco rostro, nunca pensé poder alcanzar su blancura. De pronto como un simple impulso de su estrépito corazón tomó mi mano; el mismo cosquilleo de cada vez que tenía algún contacto con el asesino se hizo presente. Y eso importaba, se que hasta esa muestra de cariño a él le afectaba y lo sigue siendo, se que no es una persona normal y nunca lo será. Sus sentimientos son duros, bruscos también, su vida no fue fácil, y así permanecerá hasta el resto de sus días. Hasta que padezca sabiendo que en su vida no ha podido hacer nada mas que daño.

-Jeff...- Me interrumpió dándome una sonrisa ladeada, antes me hubiera causado escalofrío pero ya no, ya era costumbre, ver esa sonrisa casi diariamente, cuidándome desde la oscuridad, viendo cada paso que doy en falso, abrazándome en los momentos difíciles.

-Todo este tiempo de soledad, me he dado cuenta que te quiero, se que no me merezco ser feliz, se que estoy condenado al peor de los castigos, pero quiero compartir mis últimos momentos de vida junto a ti, quiero poder sentir el calor de alguien, pero de una manera distinta al placer.

-Yo no...

-Quizás sea un poco apresurado, quizás nunca lo pueda sentir realmente, nunca sabré lo que es el verdadero amor en toda su hermosura, quizás nunca te pueda dar la vida que mereces, pero te quiero Adeline, es mas, te amo, eres la persona que me ha sacado aunque sea unos minutos de este mundo tan extraño, que me ha hecho soñar, que me ha hecho sentir normal, y por esto estoy totalmente agradecido, quiero demostrarte que detrás de esta faceta de asesino esta el Jeffrey Woods que conociste ese día en la cafetería, te amo Scott.-

En realidad nunca fui alguien que soñó con el amor verdadero, nunca fantasee con encontrar el príncipe de mi vida, porque eso nunca pasaría, mi vida siempre fue normal, hasta un cierto punto. Nunca imagine amar a alguien tanto como poder dar mi vida por él, es más, hasta me parecía la estupidez mas grande que jamas ha existido.

-Oh, Jeff...- Lo abracé, me fundí en un abrazo como nunca lo había hecho, demostrándole todo el amor que sentía hacia él, ya que si señores, amaba a un asesino, quizás el más temido en la actualidad. El mas buscado, el mas cruel y despiadado, el mismo me estaba abrazando. 

Sentía ese extraño aroma en su sudadera blanca, extraño para los demás, pero no para mi, junto con esas manchas de aspecto carmesí que parecían haber estado allí por muchos años recordandole día a día que el no era una buena persona.

-No prometo cambiar, ya que es lo que soy, es mi rumbo en la vida, pero podemos empezar todo de nuevo, podemos irnos a otro pueblo, donde haya menos personas, a un bosque quizás, podemos tener una casa, aunque yo seguiré con lo mío.- Hizo una leve pausa que pareció nunca terminar-, siempre se podrá salir adelante, yo...-

En ese momento lo tomé del cuello con ambas manos y lo besé. Sus labios eran inexpertos, suaves pero fríos.

Tal vez en mis pensamientos mas profundos pensé como seria poder besarle, poder sentir su calor mas haya de un simple abrazo, aunque nunca me imagine que sería de esta forma, en el medio del bosque, escapando de los asesinos, de mis amigos, de mi familia y del mundo entero.

Esta es una realidad nueva para mi. No se si podre acomodarme al mismo, pero esto sera una aventura y no estaré sola, quien sabe, tal vez me mate, o mate a todos a nuestro alrededor, pero eso es lo de menos, lo se suena un poco egoísta pero es la cruel realidad. Este es mi presente, y no dejare que nadie lo cambie. Estoy dispuesta a correr los riesgos junto a él, estoy lista para dejar atrás la rutina, para poder sentir la adrenalina por mi cuerpo, dejar de tenerle miedo a la vida, y sentir afecto hacia alguien.

Me alejé de él un poco, despegando nuestros labios, su sonrisa empezó a sangrar un poco, pero era normal.

En sus ojos había un brillo, el cual nunca había visto antes, un brillo que me demostró que si tiene sentimientos, estarán ocultos detrás de esa barrera de sufrimiento, pero están allí, esperando por ser descubiertos.

-Te amo, Adeline.- Volvió a unir nuestros labios.

Si me preguntaran porque lo amo, respondería que acepto el reto, el reto de hacerlo feliz, de ordenar su perturbada mente, aliviar su pasado y demostrarle que no todo en la vida es sufrimiento, que todos tenemos nuestros días malos, como también los buenos. Jeff sera un reto, y acepto pasar el resto de mi vida junto a el.

Junto a un asesino.

Paralyzed - Jeff the KillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora