18- Asesinos

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¡Nuevo Capitulo, disfruten la lectura!

Adeline PoV

Algo estaba mal, fui muy cobarde al escapar de esa manera, pero no tenía otra opción, solo esperar a que el asesesino estuviera bien, donde fuera que este.

Tenía todo mi cuerpo adolorido, decidí entrar por la ventana trasera, con mucho cuidade me acerqué a aquella avertura que estaba a un metro del suelo, la abrí intentando hacer el mínimo ruido posible. Lo que resultó correcto con mi plan.

Con un leve impulso adentré una pierna en mi casa, mordi mi labio cuando todas y cada una de mis magulladuras hicieron contacto con la pared. No hice ruido alguno, no quería preocupar a nadie. Realmente no necesitaba que se preocuparan por mi siendo que yo misma me busque esa situación. Volví en sí, dejando los pensamientos tontos de lado, inmediatamente pase el resto del cuerpo. A diferencia de la primera vez, no dolió tanto.

La casa estaba bañada en un silencio sepulcral, algo horrible en una pelicula de terror.

Aunque este, agradecidamente, no era el caso.

Subí las escaleras, quejandome de dolor a cada paso, cuando logré entrar a mi habitación ingresé al pequeño y blanquesino baño.

Del botiquín tomé un poco de alcohol y algodon. Luego es esto lo roce en mis piernas lastimadas.

El ardor era inhumano, casi como una quemadura, pero eso tenía que aguantar ya que no quería una infección grave. Seguí haciendo el mismo procedimiento hasta que el ardor -en su mayoría- cesó. Guardé todo ordenadamente devuelta en la blanca caja, para luego volver a dejarlo en su lugar.

Cuando salí del baño me encontré a el asesino, malherido en el frío piso. Corrí hacia él y lo ayude a recostarse en el sofá. Este no dejaba de tocer, una tos seca y ronca. De su bolsillo sacó un frasco naranja para luego tomar una pastilla. Me sorprendí un poco de su extraña seguridad con aquel medicamento, tome el frasco en mis manos. Al leer su etiqueta abrí mucho los ojos.

-¿De donde demonios sacaste esto?- Una vez que recuperó el aire hablo.

-Cuando fui a matar al psiquiátrico las saqué de ahí. Una enfermera lo tenía en su bolsillo, y vi adecuado llevarmelo.- Llevé mi mano a la cabeza intentando pensar bien las cosas.

-Jeff, esto no te va a curar de una enfermedad como la esquizofrenia, no tiene cura.- Exclamé.- Estos son calmantes.

-Si me quita el dolor de cabeza me sirve.

-¡No puedes tomar algo que no te dijeron! ¡Que te puedes morir!- Grité fuera de mis casillas, este apretó los puños y tensó la mandibula. Sus ojos negros brillaron del enojo.

-¡Eso es lo que quiero todos y cada uno de mis días! ¡Deja de meterte en mis cosas!- Bajo la cabeza y murmuro estas ultimas palabras.- Que no quiero hacerte daño.

Suspiré completamente frustrada, cuando llegaría el día que no hubiera problemas de cualquier tipo. El arruinaba mi vida.

-Ademas, quien era Tim. ¿Porque nos perseguía?

-No puedo decirte, no creo que sea lo correcto.

-No, dímelo.- Me acerqué a él, intentando amenazarlo, pero su sonrisa tallada daba mucho más miedo.

-Adeline, ya se que quieres besarme, deja de mirar mis labios.- Sonrió burlón, aguante las ganas de golpearlo.- Bien, son un grupo de idiotas. Brian, Tobías y Tim. Son solo unos idiotas que se creen asesinos. Pero como ya dije son idiotas.

-Pero, ¿Porque nos buscaban?- Me senté a su lado, sus ojos me inspeccionaban completamente.

-Soy su competencia, quieren eliminarme, y tambien a ti.- Frunci el seño, esto se estaba volviendo raro.

-¿Porque a mi?- Él sonrió tristemente. Luego de unos segundos siguió hablando. Su voz ronca y pesada se había vuelto algo común, asi como sus ojos negro y su gran sonrisa.

-Nos ven, saben que eres la única persona a la que no he matado pero sigo teniendo contacto.- Eso era la realidad, y era extraño, ya que tener un asesino a tu lado no era muy bueno. Pero era eso o frentarlo y que me matase, como siempre amenazaba.- Y saben que si te hacen daño a ti, me hacen daño a mi.

Con esas simples palabras mi corazón dio un vuelco, por unos segundos en sus ojos pude ver al tímido Jeffrey, él estaba allí, detrás de esa dura coraza de sufrimiento estaba el pequeño Jeffrey.

De un impulso intenté abrazarlo, pero desgraciadamente no pude hacerlo, él me tomo de los hombros y me separó de él. Sus manos eran frías y el contacto con mi piel hacía que me dieran nervios.

-No, no puedes acerlo, no me lo merezco. He hecho tu vida una mierda, no merezco que nadie me de cariño.- Me apartó completamente y se paró lentamente soltando un quejido lastimero.- Me tengo que ir, cuidate mucho Adeline.- Dijo con la misma frialdad, sentía su dolor, y me daba mucha pena. No me gustaba que fuera tan frío, nunca un abrazo estaba de más. Pero él no me dejaba que me acercase.

Abrió la ventana, y dificultosamente saltó. Instantaneamente me acerqué a la ventana y lo vi correr hacia la oscuridad ya plena en el pueblo. Miré mis piernas, las cuales estaban enrojecidas, decidí colocalme un pantalón que no fuese ajestado para que mis magulladuras no hicieran contacto con la tela.

Luego de ello, intenté distraerme de alguna forma. Intenté todo, leer, escuchar música, estudiar, hasta perdí la vista por un momento en mi ventana, pero lamentablemente en ninguna de estas instancias logre sacar al asesino de mi mente.

Él ya estaba allí, y formaba parte de mi vida, por más que quisiera nunca me lo sacaría de encima. Algún día me mataría, eso lo sabía y me lo recordaba todo los días de mi vida, pero realmente ya le perdí cuidado, no había forma de evitar mi proximo repentino final. El cual estaba completamente en manos de Jeff.

Solo espero que sepa lo que hace.

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He vuelto, CHAN CHAN CHAAAN

Bueno subo este capitulo rapido porque simplemente se lo merecian estuve mucho tiempo ausente y era una forma de agradecerles su paciencia.

Muchisimas gracias a las chicas que votan y comentan en cada capitulo❤ son lo mejor del mundo mundial.

Eso era todo, hasta la proxima.

Paralyzed - Jeff the KillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora