Paralyzed - Jeff the Killer

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Nota: sigo de vacaciones, pleno Miami y yo escribiendo ^.^

Adeline PoV

Y ahí estabamos ambos, el asesino y la chica temerosa que solo creía poder jugar a juegos de 'grandes'. Pero la realidad era otra, yo no era la misma. Algo había cambiado rotundamente, dandome un leve sabor erroneo en la boca. Algo un tanto literal para su comprension. Solamente un simple indicio de que todo estaba mal. Y creanme, estaba en lo correcto.

-¿Lista?

-Creo que es hora de que me arrepienta.- Murmuré mirando fijamente el oscuro pasillo de la ciudad. Sostenía mi cuchilla con mucha fuerza, intentando desvanecerme de allí y aparecer feliz y contenta en mi habitación.

Pensandolo bien, eso nunca pasaría. Aunque siempre hay que preservar las esperanzas ante todo.

-Vamos, es solo un juego Adeline.- Murmuró, el graznido de su garganta volvió a producirme escalofrío. Como si eso no fuera de esperarse con Jeff.

-Es una mala idea, creo que volvere a casa.- Inmediatamente me di la vuelta pero este me sostuvo el brazo con tanta fuerza que me obligo a soltar un gritillo ahogado.

-Tu no te vas, hazme caso.

La advertencia heló cada uno de mis huesos, asenti sin pensarlo, como un simple reflejo ante la fija mirada provocativa del asesino. Esa mirada de ojos negro azabache, tan profundos como si nunca fueras a tocar su final.

Indudablemente seguía imponiendo miedo ante mi.

-Piensa bien las cosas, y todo saldrá bien. ¿si?- Una sonrisa forzada se dibujo en la cara, esto indicaba que cada vez quedaba menos cordura en su mente. Y eso no era para nada bueno.- Ahora, mira ese tipo de allá.

Asenti mirando fijamente a la sombra que se notaba en la oscuridad, este estaba tan tranquilo apoyado contra la pared, seguramente segado por los efectos del alcohol. O por algún otro laxante.

-Vas, te le acercas y lo haces.- Suspiré sabiendo que no me servía de nada negarme a su petición.

Con un temblor constante en las piernas y casi todo el cuerpo me encamine hacia el hombre hasta ahora desconocido. Este seguía con la misma forma de reposar hasta que volteo su cabeza hacía mi.

Su primer gesto fue observarme fijamente, aunque luego -sorprendentemente- sonrió. Retrocedí unos pasos pensando en que esa no debería ser su reacción aunque seguí mi camino.

Una vez que ya estuve a unos solos pasos de aquel desconocido, empuñe muy fuerte la cuchilla preparada, aunque temerosa, para cualquier situacion.

Pero de pronto todo mi mundo se cayó al escuchar unas escasas palabras, habían vuelto. No, yo los busque.

-Otra vez, Adeline.- Detrás de esa mascara blanca estaba el mismo del hospital abandonado.

Inmediatamente me di la vuelta y corri, aunque fue en vano. Este tomó mi hombro y de un solo movimiento me inmovilizó.

Otra persona bajó del techo con un gran salto. Era su comprañero. Uno de ellos. Seguía con sus hachas un tanto sucias.

-Vaya, vaya.- Murmuró este último.- Pero si tenemos a la perra. ¿Donde esta tu amigo?

Mire a ambos lados pero Jeff estaba muy lejos como para poder apreciar esto.

-Ahora, dime. ¿Eres la novia del sonrisas no?- Negue sintiendo una leve punzada en el estomago.- Pues mira, alguien a quien no ha matado. Que pena que yo me encargar de ello.

La sangre abandono mi cara junto a el color. Mis ojos se humedecieron y ambos soltaron una carcajada. Mi rostro dse contrajo por el terror.

-¡Adeline! ¿Estas bien?- Gritó Jeff mientras se escuchaban sus pasos. Los otros dos asesinos se miraron, el enmascarado llamado Tom, tapó mi boca aunque no se movió. Mientras el otro huía.

-¿Que demonios? Rogers. ¿Que haces?- Pude sentir el movimiento que hizo el pecho de Tobías al reirse.

-Sonrisitas, tanto tiempo.- Hizo un lece pausa.- Prometimos vengarnos, y eso mismo estamos haciendo.

Jeff apretó sus puños, y al mismo tiempo su cuchilla.- Tobías hijo de perra, sueltala ahora mismo si no quieres que funda tus putos organos en la hogera.- Volvió a reir.

-Oh vamos Jeff, si no matas a nadie con esa fachada de asesino de pelicula de acción. Eres un idiota.

Este se acercaba cada vez mas a Tobias, temía por lo que fuera a hacer. Aunque por otro lado confiaba en el ya que ¿El me protegería? Si, sonaba extraño, pero sabía que el me protegeria de estos idiotas que solo querían joderlo. No lo lograrian por suspuesto que no.

-Jeff, te conocemos, no eres nadie, solo eres otro niño que se cree poderoso por hacer miseria la vida de otros. Eres solo un niño. Nunca vas a ser nada aqui, nunca amaras a nadie y nadie te amara nunca, tu vida siempre sera la peor de todas. Y nosotros queremos ayudar a que eso sea posible.- Sonrió tan cínicamente como Jeff solía hacerlo, aunque me causaba mas miedo. Mi boca seguia grapada con su mano la cual no tenía un olor lo mas agradable posible. Pero no estábamos para ver eso.

-Tu, Tom y el maldito Slender me estan jodiendo demasiado, y creeme que me estoy quedando sin paciencia, y saben algo; si quieren joder a alguien no lo hagan conmigo y mucho menos la metan a ella.- Levanto el dedo y pude ver como temblaba, tenía miedo. Eso no era muy buena señal.- Asique dejenos solos, y vayan a joder a sus putas madres
-Eso seria genial, no me gusta seguir tu sucio trascero, pero son ordenes del Operador.- Jeff frunció el ceño.- Tu no quisiste ser proxy, ahora te jodes.

-¡No quería ser el esclavo de un estúpido!- Grito con todas sus fuerzas.- ¡Esto harto de todo! Dejenme en paz, solo quiero seguir con mi maldita vida que está mas cagada de lo que creen, no la he pasado bien y creanme que no hace falta que la sigan jodiendo.- Una sombra fue apareciendo por su espalda, acercandose sigilosamente.- Movi la cabeza intentando safarme y advertirle del peligro, aunque fue el vano. El otro asesino el cual faltaba apareció propinandole un golpe tan fuerte que Jeff solto un grito lastimero.

Mis sollozos se escuchaban mientras este seguia golpeandolo continuamente hasta que se desvanecio. Luego ambos voltearon a mi, y con un simple golpe todo se volvio completamente oscuro.