27- Tontas Decisiones

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AdelinePoV


-Adeline, sal ya de ahí.- Grito mi hermano, yo como de costumbre decidí ignorarlo, como si nunca hubiera dirigido la palabra. Este siguió golpeando la puerta de madera repetidas veces, bufando tras cada intento fallido, hasta que se dio cuenta de que no iba a salir de allí, me abandono. Escuche como bajaba por la escalera lentamente, después de unos minutos una voz me sorprendió.


-Oh, vamos no es para tanto.- Murmuro el asesino, mientras se recostaba en mi cama colocando ambas manos bajo su nuca.- Solo la mataste.- Dijo como si fuera algo común que todos hicieran todos los días, como salir a caminar al parque, o ir de compras con amigas, algo aterrador.


-Jeff, no se lo que sucedió esa noche.- Murmure al borde del llanto, trague saliva y pestañe rápidamente intentando no llorar de nuevo frente a el, como ya dije antes odiaba que las personas sintieran pena por mi, era algo desagradable y mas débil me hacia sentir.- Yo... La mate, Jeff mate a Gina.- Mi voz estaba entre cortada, su pelo estaba ta sedoso como siempre, tan negro como la propia oscuridad, mientras que el mio, seguía siendo un poco platinado, pero esta vez mas sano que de costumbre, ya había subido de peso. Estaba mejor aunque no era lo optimo según la nutricionista.


Este suspiro mientras cerraba los ojos momentáneamente, seguro que ahora mismo estaría maldiciéndome.- ¿Y si tu no eres así?- Su voz sonó tan inexpresiva, que me sorprendió su frialdad, el no era frió al hablar con migo, no como hace un año.


-¿A que te refieres?- Fruncí el ceño, este seguía con su pasiva expresión en su dañado rostro. Su piel daba una sensación de ser escamosa, era demasiado pálida, dándole un toque tan putrefacto y mortir, que helaría el cuerpo de la persona mas valiente del mundo.


-Me refiero a que, y si en realidad no lo sientes, si en verdad te gusto matarla.- Me pareció una locura, completamente descabellada, y sin razón aparente.


-¿De que demonios hablas? Es que estas mal de la cabeza.- Levanto ambas cejas.- ¡Jeff por dios! Hace una semana que estoy encerrada lamentándome.- Hice un ademan de manos, y luego aguarde silencio esperando la reacción de Jeff, que seguramente seria enojarse también con migo, siempre se enfadaba con migo, ya era hasta costumbre, algo común entre nosotros. Ambos teníamos personalidades muy fuertes y por ello no congeniábamos en nada parecido.


-Pero... ¿Y si tu conciencia dice otra cosa?- Y la verdad que si, ahí, el tenia razón, había disfrutado por una parte matarla, es mas no me sentía arrepentida. Decididamente algo malo me estaba pasando, y quería averiguarlo, seguramente había sido parte de los ruidosos sonidos que se hacían presentes tanto para Jeff como para mi. ¿Y si el Operador estaba haciendo algo conmigo? Algo como un lavado de cabeza o alguna estupidez mas. Mi cabeza daba vuelta por esas hipótesis de que mi cordura estaba desvaneciendose, solo me aterraba quedar como Jeff.


-Jeff.- El asesino levanto la cabeza.- ¿Que mas sabes del Operador?


-Que en realidad muchos lo llaman Slenderman, pero yo le digo idiota. No te preocupes todos creen que es peligroso aunque no estén en lo correcto, solo es algo mas paranormal.


-Y lo dices tan naturalmente, como si fuera algo normal.- Soltó una pequeña risa que estremeció todas las paredes de mi pulcra habitación.


-Créeme para mi ya no hay nada que pueda sorprenderme, todo es tan extraño, mi vida es extraña.- Miro su cuchilla detenidamente.- Creo que necesito un arma nueva, ya esta muy gastada.


Fruncí de nuevo el ceño.- ¿Y yo soy la indicada para decirte si es verdad o no? Vamos Jeff, yo no soy como tu.- Sonrió.- Y no me lleves la contra.


Guardo silencio, al igual que yo. Hacia tiempo que no pensaba en frió, desde que había terminado el instituto todo había cambiado, todo estaba tan... Irreal. Con los chicos nos veíamos todos los días, pero ya eso no importada, ya no eran mis amigos. Nadie excepto Jeff era mi amigo. Ya que mi punto de ver la vida había cambiado notablemente.


-¿En que piensas?- Murmure.


-En que ya es de noche.- Admitió con la voz un poco ronca.


-¿Y?


-Que tenemos que salir a matar.- Antes de que pueda refutar volvió a hablar.- Si ambos, y no me dirás que yo, ya sabes lo que soy, y no estaría mal estar un poco acompañado.- Jeff siempre estaba solo y era un poco extraño que reclamara compañía y mucho mas en las situaciones en las que se requiere silencio absoluto.


-Esta bien, si tu quieres, iré.- Toda mi vida me arrepentiré de haber tomado esa decisión.

Paralyzed - Jeff the KillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora