𝟑𝟐. 𝓦𝓸𝓷𝓭𝓮𝓻

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"Debes haber sabido que estaba solo, porque viniste a rescatarme. Y sé que esto debe ser el cielo, ¿cómo puede haber tanto amor dentro de ti?"

Su cuerpo bailoteó entre los individuos a sus costados y algunos besos y palmadas en su espalda llegaron a él agradeciendo el tenerlos como invitados en su enorme mansión, siendo que intentaba devolverles el agradecimiento atropellando las palabras y los nombres de las personas que le sonrieron con ternura en consecuencia de ver sus mejillas claramente sonrojadas.

El licor floreció en sus venas y se compartió a su dermis suavemente al darle color y hacerle curvear las esquinas de sus labios delicadamente. Balanceó su cabeza y tomó pequeños sorbos a su bebida posada en una de las copas de cristal que raramente usaba fuera de la ocurrencia de aquellos eventos.

Su camisa azul capri le descubrió una pequeña parte de su pecho y sus finas clavículas se mostraron levemente sin llegar a ser demasiado provocativas. Sus blancos pantalones de vestir a la medida se ajustaban a sus suaves piernas y sus zapatos de vestir combinaban con su traje para evitar arruinar desastrosamente la luminiscencia que emanaban las prendas por sí mismas.

Tal vez causando algo de estupor en sus invitados a verlo ante el conjunto tan elegante que portaba, extrañándolos al exhibir un estilo que realmente no acostumbraba y que había sido influenciado por cierto pintor de rizados cabellos color chocolate y ojos del color de los juncos junto a los ríos.

Su vista añil inspeccionó un poco alrededor y Louis alzó su mano sacudiéndola cuando vio a Jeffrey y a su esposa buscando con la mirada algo que su egolatría le hizo pensar, se trataba de él mismo.

—¡Jeff!

El conductor atendió a su llamado al mirar en su dirección con una sonrisa cálida. En su antebrazo posó la mano de la mujer junto a él y regresó el sacudir de su palma hacia Louis mientras se acercaba tratando de ser cuidadoso con la gente presente.

—Buenas noches, joven Louis. —dijo al unísono junto con su esposa.

Louis rió y les besó las mejillas a ambos intentando abrazarlos al mismo tiempo, terminando en una posición un poco incómoda, pero que se compensó al hacerlos esbozar unas sonrisas por su bobería.

—Oh Susan, hace tanto que no te veía. —comentó a la mujer vagamente—Te ves tan bonita, ¿qué tal va todo en la agencia?

Siendo planeadora de bodas, la agenda de Susan era bastante apretada. Teniendo demasiado trabajo con el cual estaba completamente agradecida, pero con el que también recaía en enfados ocasionales gracias a no pasar el debido tiempo para entretenerse en sus intereses personales ni en poder disfrutar con su esposo los días libres que éste tenía a menudo.

Sin embargo, era feliz. Su matrimonio era estable y amoroso, y los sustentos financieros que ambos llevaban a su hogar eran suficientes para tomarse un par de vacaciones cada tantos meses que le devolvían la sonrisa a su rostro una vez la tensión se iba de su cuerpo.

—Todo ha estado de maravilla, joven Louis. ¿Qué tal le ha ido a usted por aquí?

Louis estuvo a punto de responder al buscar a su alrededor, pero no logró encontrar a aquella hermosa persona que hacía sus días más dulces y no le quedó más que rascar su nuca y dar un sorbo a la bebida entre sus dedos.

—Muy bien, eh, demasiado en realidad. —mencionó en medio de su distracción—Te presentaría a mi querido novio en estos momentos para que él pudiera darte un panorama más amplio de las cosas, pero uhm, tendrás que disculparme por tener que ofrecerte mi versión más corta de los hechos.

𝐌𝐄𝐑𝐀𝐊𝐈 ✦ 𝑳.𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora