𝟏𝟖. 𝓗𝓾𝓰𝓸

3K 401 976
                                    

"¿Cómo sucedió que sus labios se juntaron? ¿Cómo sucede que los pájaros cantan, que la nieve se derrite, que la rosa se despliega, que el amanecer se blanquea detrás de las formas rígidas de los árboles en la cima temblorosa de la colina? Un beso, y todo fue dicho".

Lugar elegante y hasta cierto punto resplandeciente. Poca gente, indicio de exclusividad entre ellos y música tenue que era casi imperceptible, pero lo suficiente confortante para no caer en un silencio incómodo.

Algo gomoso para su gusto.

Estuvieron varios minutos sin decir alguna palabra, el contrario lo miraba con sus facciones rígidas y labios apretados y sin embargo el que realmente estaba enojado era él.

Era preciso que Joseph mejorara su actitud si no quería que lo dejara solo en aquel restaurante lujoso.

—Es la tercera vez, Joseph. La tercera en la que me amenazas y me tratas de mala manera. —tamborileó sus dedos en la mesa—Y no creas que voy a disculparme por la bofetada, la tenías merecida.

—Louis...

—Déjame hablar. —dijo seriamente al azar su mano para detener al publicista—Han habido tres veces en las que hemos tenido este tipo de situaciones cuando no debió haber siquiera una. El estar en un trato juntos básicamente me obliga a pasar bastante tiempo contigo, pero no te da ningún jodido derecho a limitarme o incluso, celarme con alguna persona que esté a mi alrededor.

Joseph miró sus ojos azules y distantes. Quiso tratar de estirar su brazo para acariciarle, pero decidió optar por comenzar a jugar con los dedos de sus manos en un evidente nerviosismo.

—Me tienes harto, Joseph. O cambias tu actitud o llamo a Vanessa en este mismo instante para que rompa todos los contratos que firmé con las revistas gracias a ti. —chasqueó la lengua—¿Crees qué me interesa conservarlos? Me importa mucho más mi dignidad y no dejaré que sigas diciendo y haciendo estupideces por tus impulsos idiotas para dejarla por el suelo.

El hombre frente a él apretó los labios y acomodó su corbata.

Aclaró su garganta para prolongar el tiempo que le tomó pensar en una correcta elección de palabras, teniendo que jugar bien sus cartas si no quería que entre los dos hubiera aun más espacio, y relajó su semblante para intentar apaciguar las emociones iracundas del ojiazul.

—¿Puedo hablar ahora? —Louis asintió sin dejar de fruncir su ceño—Yo... lo lamento. Sé que pensarás que son palabras tontas o vacías, pero realmente no quiero que pienses mal de mí. —volvió a pasar saliva—No debí reclamarte, ni mucho menos celarte de la manera en la que lo he hecho, lo siento. Tengo que empezar a dejar que mis sentimientos no se entrometan así en mis comportamientos contigo, sé que no me correspondes de ese modo y creo que ese hecho aún no ha calado en mí del todo.

Louis suspiró y pasó sus manos por su pelo al estar envuelto de nuevo en el tema de su enamoramiento con él.

Habían tenido esa conversación varias veces en el pasado, Joseph siempre terminando con un rechazo en forma de un ofrecimiento de amistad que encajaba como la opción más correcta que él le hubiera podido ofrecer.

A veces se sentía mal por ello, un poco triste incluso, pero prácticamente le era imposible sentir algo más que cariño fraternal por el publicista y eso pareció tener sus atrasadas consecuencias en aquel viaje de trabajo.

𝐌𝐄𝐑𝐀𝐊𝐈 ✦ 𝑳.𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora