𝟏𝟑. 𝓓𝓪 𝓥𝓲𝓷𝓬𝓲

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"Todo conocimiento comienza por los sentimientos."

Lo volvería a ver. No era nada nuevo, lo hacía dos o tres veces a la semana dependiendo de los turnos asignados. ¿Una más que cambiaría?

Lo suficiente como para dar un giro de ciento ochenta grados o sencillamente una minuciosa insignificancia que lo dejaría a una deriva desierta y superficial.

Era un paso desmesurado para ambos o un estancamiento profundo para él mismo. Uno del que esperaba, fuera fácil salir sin corromperse y sucumbir ante la tristeza que le causaría tener el corazón roto.

El caso era qué tal vez no podría, estando demasiado hundido como para poder siquiera pensar en regresar o dar un par de pasos para retroceder en sus acciones y pensamientos ya ejecutados.

Sólo el tomar la decisión de seguir adelante o quedarse inmovilizado, hasta que Louis se dignara a darle una señal de que podrían seguir adelante, parecía ser la única opción disponible y Harry llegaba a temblar inquietamente al imaginar en lo que derivaría el tomar el camino incorrecto.

Pero en ese momento, no pudo tomarse la molestia de lamentarse.

Acomodó el cuello de su camisa y se miró al retrovisor dando una sonrisa y mostrando sus dientes. El lindo pañuelo blanco con motas rojas en su cuello le hizo ver tierno en contraste al conjunto completo, sus botones superiores estaban desabrochados dejando ver apenas las esquinas de las alas de las golondrinas que adornaban la parte superior de su pecho y se sintió sumamente afortunado de poder tener los recursos suficientes para adquirir toda esa ropa de diseñador que le quedaba perfectamente a la medida.

Bonito, con las clavículas levemente marcadas y la mandíbula recién afeitada, tan hermoso como algunos le habían asegurado y tan pulcro como evitaba presumir sin mucho egoísmo de por medio.

Salió de su auto con cautela y caminó hacia la entrada del estudio. Dio su nombre en la recepción y subió el único piso que le tomaba el llegar a la puerta del lugar donde pintaba diariamente a Louis y a Shayla, con una diferencia abismal en las emociones que experimentaba respectivamente con cada uno de los modelos.

Bastante amplias, alejadas en el sentido de significar cosas completamente opuestas, y algo complejas para detallarlas con un debido detenimiento.

Saludó a todos como era costumbre y fue inmediato al notar que el hombre que mantenía cálido su corazón ya se encontraba en el lugar habitual situado frente a su caballete.

Sonrió apenas levantando las comisuras de sus labios y se acercó a él con pasos lentos mientras volvía a acomodar su camisa sin ser realmente necesario.

—Buenos días, Lou-

—Buenos días, Harry. —interrumpió el modelo enseguida—¿Podríamos empezar ya? Tengo cosas urgentes que hacer hoy.

Su tono no fue grosero. Pareció ser despreocupado e indolente, como si no le interesara ni un poco el estar allí.

Harry carraspeó y arremangó su camisa por encima de los codos. Calmó sus perturbados pensamientos sobre la actitud de Louis y se dispuso a seguir con la rutina de siempre.

—Sí, eh, claro. —balbuceó mientras se acercaba al contrario—Sólo colócate...

Y antes de que pudiera tocar su rostro, Louis apartó su mano mirándolo apáticamente.

𝐌𝐄𝐑𝐀𝐊𝐈 ✦ 𝑳.𝑺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora