•CAPÍTULO 14•

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NUEVA CASA

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NUEVA CASA

De repente estacionamos en una gran casa, las rejas corredizas se corren y él entra el coche. Es simplemente hermoso, al estar más cerca de la entrada hay una gran fuente de agua, la rodeamos y estaciona el auto frente a una gran fachada, la casa es de dos pisos, pero parece una mansión.

Bajamos y un chico de ojos café, toma las llaves del coche y nos da la bienvenida.

—Vamos —Austin toma mi mano y me guía al interior —ellos entrarán tus cosas, tranquila.

—De acuerdo —respondo, entramos y la casa es simplemente perfecta, quedó enamorada de la decoración, todo es perfecto y de leguas de distancia se nota que es extremadamente costoso.

—Te enseñaré la casa —me lleva a conocer cada estancia de la gran mansión, hay muchas habitaciones, la verdad es que lo más probable es que me pase perdiendo en este lugar.

—Todo es muy bonito —le comento.

—Gracias, la verdad mi hermana me ayudó con la decoración.

—Tiene buen gusto para ser sincera.

—Al menos sirve para algo —se ríe de una forma hermosa —es diseñadora de interiores.

—Wow —es lo único que soy capaz de decir.

—Por último te mostraré nuestra habitación.

—¿Nuestra?

—Sí, te quiero en mi cama.

—De acuerdo... —respondo no muy convencida.

Nos dirigimos a uno de los pasillos y entramos en lo que es una hermosa y gigante habitación. Hay una gran cama en la pared opuesta a la puerta, las paredes son de color beige, hay una puerta que parece guiar al baño y al lado hay dos puertas muy grandes que se encuentran abiertas y dan a un enorme armario. Me doy vuelta y en la única pared que no eh mirado hay un ventanal casi del tamaño de la pared con gran balcón.

Ahí hay una exelente vista de la ciudad, simplemente no lo puedo creer, debe ser un sueño despertarse y tener ese panorama.

—¿Te gusta? —la piel se me eriza al sentir la respiración de Austin en mi cuello.

—Me encanta —hablo sincera y la verdad a esta altura de la situación ya no sé si me refiero al paisaje o a él.

—Me alegra saberlo —ahora pone sus manos en mi cintura.

—¿Si?

—Sí, demasiado —lentamente corre mi cabello dejando mi cuello a la vista, a acaricia mi expuesta piel con la yema de sus dedos y con esa acción manda millones de descargas eléctricas que recorren todo mi cuerpo, causando estragos en mi ropa interior.

Inexplicable ConexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora