•CAPÍTULO 8•

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LA CITA

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LA CITA

Estamos de camino a la universidad con Andre, acabamos de dejar a las chicas en el aeropuerto y ambas ya se fueron a casa, ahora estoy rezando por no encontrarme a Austin en la universidad.

Llegamos y comenzamos con normalidad nuestro horario.

Me estoy dirigiendo a mi próxima clase charlando entre risas con Andre, cuando mi celular suena, lo tomo y es un mensaje de un número desconocido, lo abro y es Jacob.

Hola hermosa soy Jacob, ¿Quieres hacer algo hoy?

Hola, si por supuesto, pero en la tarde trabajo.

No te preocupes, hoy es mi día libre, así que si quieres podemos salir en la noche.

Me parece genial, yo salgo a las 19:30 del trabajo.

Me pasas la ubicación y puedo recogerte con justo.

Excelente idea, en la tarde te la envió, ahora debo entrar a clase así que adiós.

Sin mas dejo el celular y continuo caminando.

Me encantaría hacerme la boba y preguntarte el porque de esa sonrisa, pero ya se el motivo —habla mi amiga.

Nos miramos y a la misma vez decimos —Jacob —entre risas.

—Si me invito a salir hoy —le cuento.

—Eso me parece estupendo, además te hará bien conocer a otros hombres, para olvidar al idiota.

—No quiero ni nombrarlo —hablo con rabia —además deja de hablar como si hubiéramos tenido algo, solo fue un beso.

—Tienes todas las razones para no querer hacerlo —me apoya ella —solo fue un beso pero admite que tú querías mucho más.

—Si bueno, Jacob parece un buen chico —comento ignorando su último comentario

—Tuve la misma impresión —esta de acuerdo.

Cuando llegamos enfrente de la puerta de nuestra próxima clase respiro hondo, porque se que veré a Austin.

—Amiga solo ignóralo, puedes hacerlo —me anima.

Me preparo para entrar y cuando lo hago para mi buena suerte quién esta sentada en el escritorio es mi profesora y no él, en ese momento siento un gran alivio se apodera de mi cuerpo y el resto de la clase transcurre con normalidad.

Al salir de la universidad como es costumbre me retiro a mi trabajo, la tarde esta bastante tranquila y no hay mucha gente, me encuentro dejando un café a una pareja que esta aquí merendando cuando suena la campana de la puerta de entrada, la verdad no presto demasiada atención y me dirijo a buscar mi libreta, para preguntarle al nuevo cliente que desea.

Inexplicable ConexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora