•CAPÍTULO 18•

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Me giro para ir a buscar el pedido que me acaban de solicitar y choco de bruces con un fuerte pecho

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Me giro para ir a buscar el pedido que me acaban de solicitar y choco de bruces con un fuerte pecho.

—¡Auch! Mire por dónde camina —protesto sujetando mi nariz que me duele un poquito por el reciente choque.

—Nos vamos de aquí —suena en mis oídos la voz de Austin, levanto la vista y definitivamente es él, se encuentra con el ceño fruncido y cara de muy enojado.

—Lo siento estoy trabajando —respondo.

—Ni en... —respira hondo y se aprieta el puente de la nariz —ya no es necesario que trabajes de mesera, por favor vayamos a casa.

—No voy a aceptar que me mantengas —hablo orgullosa.

—Lo mío es tuyo y lo tuyo es mío, ¿Recuerdas?

—Ni que estuviéramos casados para esas mierdas —respondo.

—Por favor Dai, prometiste que me dejarías enseñarte este mundo, por lo tanto para empezar deja este trabajo y solo quiero que te centres en la universidad, ¿De acuerdo?

—No quiero dejar mi trabajo, además ellos no tienen a quien poner en mi lugar ahora —explico.

—Te espero a la salida —resignado porque sabe que no cambiaré de opinión deja un beso en mi frente y sale del lugar.

Yo continuó mi turno con total normalidad, sin ningún otro percance, a la hora de mi salida 19:30 tal y como me dijo me está esperando fuera del coche, me aproximó y me da un intenso beso que provoca que el suelo bajo mis pies se mueva, le sonrió y nos subimos al auto.
Conduce a su casa con música de fondo y al llegar vuelve a atacar mis labios de forma apasionada, me toma en sus brazos y me guía a la habitación al estar ahí me deposita con sumo cuidado en la cama y nos continuamos besando, poco a poco la ropa comienza a quemar sobre nuestra piel. Comenzamos a desvestirnos de forma mutua, él acaricia cada parte de mi cuerpo enviando grandes olas de placer por todo mi sistema nervioso, de pronto siento como entra en mí, estoy tan absorta en el placer que ni siquiera note cuando se puso el preservativo pero si sé que lo lleva porque lo siento.

Lo hace de forma lenta, se deleita con mi cuerpo y el reacciona de forma excelente al tacto de Austin, sus movimientos son lentos pero profundos a la vez, nos encontramos mirándonos directamente a los ojos, jamás he hecho el amor, pero creo que esto es lo más parecido, los gemidos de ambos inundan la habitación, nos encontramos sudados y con la respiración a mil por hora.

—No quiero que trabajes más —me sorprende.

—No es un buen momento par... Ahh —él hace un movimiento profundo que me corta el habla —para hablar de eso —termino de explicar.

—Yo creo que sí, por favor confía en mí —pide y ataca mis labios, me veo tan envuelta en el placer que no le respondo —por favor responde.

—No y se terminó el tema —intento cortar el tema.

—Por favor hazlo, déjame mostrarte bien esto, lo estamos intentando pero debes colaborar —se hunde en mi cuello, justo en ese hueco que me vuelve loca y me hace perder la razón, acompañado de sus movimientos me hace sentir como si estuviera tocando el cielo —vamos mi ángel promételo.

Inexplicable ConexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora