•CAPÍTULO 4•

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EL CASTIGO

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EL CASTIGO

Dos semanas han pasado desde aquel encuentro con Austin, no puedo sacar a ese hombre de mi cabeza y verlo todo los días no ayuda en absoluto.

Se preguntarán ¿Por qué lo veo todos los días?

Muy simple, el desgraciado además de ser guapo y millonario, también es profesor.

Y como la suerte parece haber abandonado mi vida él esta suplantando a una de mis profesoras, así que lo veo tres días a la semana en mi clase y el resto de los días lo cruzo por los pasillos, se ha convertido en algo así como mi crush.

Ahora estamos de camino a el aula de clases con Andre, hoy es lunes y para variar venimos llegando tarde ya que ambas nos dormimos e ignoramos las alarmas.

—¿Ansiosa por ver a tú enamorado?

—Andre te lo he dicho muchas veces, él no es mi enamorado, además apenas se percata de mi existencia -hago una cara de desagrado y bebo del café que traigo en la mano.

—Cómo tú digas —responde burlona mi amiga.

Dejo los ojos en blanco porque se que discutir de esto con ella es en vano ya que nadie le saca esa idea de la cabeza. Golpeamos la puerta y cuando la vos del antes nombrado nos da permiso para ingresar entramos.

—Se puede preguntar ¿Por qué están llegando 15 minutos tarde? —al escucharlo dejo los ojos en blanco convengamos que mi humos por las mañanas no suele ser el mejor y encima él nos habla de malos modos.

—Mire es increíble que siendo alguien tan distinguido como lo es usted, no sepa ser educado, un "Buenos días" jamás esta demás y tampoco llegamos tan tarde —lo reto con la mirada y tras hablar hasta yo me sorprendo de mi acción, wow no creí tener el valor para hablarle así.

—Perdón profesor —habla rápidamente mi amiga —nos detuvo el transito —miente por ambas intentando cubrir mi reciente discurso.

—Señorita Spencer —me habla ignorando por completo a mi amiga —esta castigada, al finalizar el horario se quedara conmigo en la biblioteca corrigiendo pruebas y recuperando los quince minutos perdidos de clase, ahora por favor ambas se sientan y dejan de interrumpir mi clase —habla furioso me atrevo a decir ya que esta algo rojo y la vena de su cuello saltada, se nota que el señor no esta acostumbrado a que lo contradigan o le respondan.

Lanzando dagas por mis ojos lo miro y apenas respondo un —ok.

Cuando termina su clase rápidamente guardo mis cosas para salir del aula.

—Señorita Spencer, venga un momento por favor —Andre hace el intento de quedarse conmigo pero él enseguida habla —usted espere afuera por favor —mi amiga me mira con cara de compasión y sale.

—¿Necesita algo? Digo ya es demasiado con que me haya castigado —hablo molesta ya que llegaré tardea mi trabajo por su estúpido castigo.

—Deja de hablarme así, eres demasiado insolente y sabes que te iba a quitar el castigo, pero al acabar las clases te veo en mi oficina que se encuentra en la segunda planta de la biblioteca.

—Pero...

—Pero nada, demasiado has medido mi paciencia por hoy, ah y por cierto no quiero que llegues ni dos minutos tarde —dejo los ojos en blanco y salgo sin responder absolutamente nada.

Mi amiga me esta esperando fuera.

—¿Qué paso? —interroga ni bien me ve.

—Nada, me iba a quitar el castigo, pero por mi bocota al final me lo dejo —ella se comienza a reír a carcajadas.

—¿Se puede saber que es tan gracioso? —pregunto casi molesta.

—Es que todo esto es muy gracioso, desde que te animaras a hablarle así, hasta que te quiera tener sola en su oficina, ya has imaginado todo lo que pueden llegar a hacer sobre el escritorio...

—No digas tonterías Andre y vamos a nuestra próxima clase.

Aunque me gustaría negarlo, mi cabeza si imagina algunas locas y para nada decentes escenas en el escritorio, alejo esos pensamientos y en el camino a nuestra próxima clase llamo a mi trabajo y aviso que hoy no podre ir, para mis suerte ellos no se enojaron ya que les dije que me siento un poco indispuesta.

En nuestra siguiente clase logro relajarme, ya que como tarea la profesora nos hace escribir una novela corta, lo positivo es que la podemos hacer en equipo y la entregaremos en la próxima clase, como es de esperarse con Andre lo haremos juntas.

La planeamos y nos da para escribir cinco páginas, la verdad amo a escribir, tengo varias novelas escritas y terminadas, solo que jamás me he animado a subirlas a ningún lado, porque me da vergüenza.

En las siguientes clases ni pienso en Austin y el castigo. Cuando es la hora de la salida, acompaño a mi amiga a su auto que se encuentra en el estacionamiento.

—Suerte amiga —me habla ella.

—Tú tranquila, puedo con esto —le sonrío y ambas nos comenzamos a reír.

—No lo dudo amiga, solo no hagas mucho ruido, no queremos que nadie te escuche mientras te follas al sexy benefactor barra profesor.

—Es que eres tonta a veces, ya vete —la empujo al auto.

—De acuerdo, te espero en casa, para que me cuentes todo —mueve sus cejas de forma insinuante y luego se va.

Yo respiro hondo y me dispongo a atravesar a paso lento el patio de la universidad hasta llegar a la biblioteca. Cuando entro no hay nadie, literalmente el lugar se encuentra vacío, con un poco de suerte olvido mi castigo y se fue.

—Creí que no pensaba venir, las clases acabaron hace casi quince minutos —me habla desde le segundo piso de la biblioteca, dejo los ojos en blanco y me dispongo a subir por las escaleras.

¿Este hombre siempre será tan controlador? pienso.

Cuando subo encuentro la puerta de su oficina y entro, se encuentra sentado en el borde de su escritorio de brazos cruzados, esta serio, lleva los dos primeros botones de su camisa desprendida y por fuera del pantalón, dejando a la vista un hermoso tatuaje. También se quito su corbata y por alguna razón en ese momento me parece más sexy que otras veces, siento que el calor sube a mis mejillas.

Mis hormonas se van al carajo, en este momento lo único que viene a mi cabeza viéndolo así es mi estúpido sueño, eso causa estragos en mi ropa interior, hago el intento de alejar esos pensamientos y me acerco un poco más.

—Te puedes sentar —me dice mientras separa la silla de escritorio.

Respiro hondo e intentando no parecer nerviosa me siente, en un rápido movimiento él gira la silla en su dirección y me acorrala apoyando sus manos en los posa brazos, se aproxima a mi y siento su aliento chocar en mi cara, sabe a menta.

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Hola mis algodoncitos de azúcar, espero que estén muy bien.

¿Les va gustando la historia? ¿Qué opinan de los personajes?

La verdad es que como siempre me encantaría saber sus opiniones.

No olviden votar y comentar, muchas gracias por leer.

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