•CAPÍTULO 25•

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—Hola, mamá perdón por no llamar desde hace días —hablo ni bien respondo la llamada, pero lejos queda el sermón que esperaba por su parte, su respiración se encuentra demasiado agitada como si estuviera llorando de forma fuerte desde hace rato —¿M...

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—Hola, mamá perdón por no llamar desde hace días —hablo ni bien respondo la llamada, pero lejos queda el sermón que esperaba por su parte, su respiración se encuentra demasiado agitada como si estuviera llorando de forma fuerte desde hace rato —¿Mamá qué ocurre? —hablo en total alerta, esto no es para nada normal

—Es...es tú hermana —habla en llanto, los peores pensamientos surcan en mi mente, el silencio y ahogado llanto por parte de mi madre no colabora en lo más mínimo con mis nervios que ya se encuentran a flor de piel amenazando con explotar en cualquier momento por la incertidumbre.

—Mamá por favor, dime qué ocurrió con Rebe —ruego en un susurro, intentando que se calme y me explique lo que pasa antes de que colapse.

—Ella desapareció Dai, no hay rastros de tú hermana por ninguna parte —su llanto no cesa y la desesperación en su voz me parte en dos el corazón, esto es absurdo ella no desaparecería así como así, no tiene sentido en absoluto.

—Mamá debe estar en la casa de alguna amiga —intento buscar una práctica solución a esto, no hay otra.

—Hija por el amor de dios el pueblo es demasiado chico y ya hemos hablado con todas y cada una de sus amigas ella desapareció como por arte de magia hija, nadie la vió, nadie sabe absolutamente nada y yo solo quiero saber dónde está, tenía la esperanza de que estuviera ahí contigo, pero acaban de morir.

—Tranquila mamá iré a casa cuánto antes, juro que la vamos a encontrar, ella está bien, cálmate por favor —corto la llamada y sin más salgo del departamento como alma llevada por el mismo diablo.

¡Esto no puede ser!

Mi hermana no pudo desaparecer, el hecho de que su embarazo sea de riesgo me pone aún más nerviosa, el miedo me invade por completo un extraño frío recorre mi espalda, seguido de una sensación horrible que se instala en mi pecho como un terrible presentimiento, juro que si algo le ocurre a mi hermanita muero, ella es como mi mejor amiga...es todo siempre me juré protegerla y acabo de fallar, mi mente está a punto de estallar en conjunto con mis emociones,  en ese momento cruzo la calle sin mirar y un fuerte rechinar de neumáticos seguido de un pequeño golpe hace que mi cuerpo caiga al suelo en seco, aunque el impacto del golpe es totalmente inofensivo entro en un estado de shock, mi corazón late de forma descomunal, mi respiración olvidó su ritmo normal y entro en una especie de trance en ese momento todo comienza a correr en cámara lenta, la gente se aglomera a mi alrededor, pero gracias al cielo estoy segura que no tengo ni un solo rasguño.

—Estoy bien —hablo para que todos me oigan mientras me levanto sintiendo sus murmullos demasiado distantes y comienzo a abrirme paso entre la gente sosteniendo fuerte mi mochila, en ese momento una jaqueca insoportable se apodera de mí y siento como si comenzará a soñar despierta, de pronto todo lo que está enfrente a mí se desvanece, pero yo continuó caminando.

(***)

—Buenas noches princesa, ¿Me permite esta pieza? —sus ojos azules se apodera de mi alma y con una enorme sonrisa uno mi pequeña mano con la suya que es muy grande y varonil.

Inexplicable ConexiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora