Cautivada por la belleza y la intensidad de ese hombre, queda encantada por él desde la primera vez que lo ve, pero como todos él esconde un secreto.
Y ella no esperaba que al entrar ahí su vida diera un giro tan inesperado, lleno de secretos por de...
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EL ENCUENTRO
Debo contener la respiración y cerrar los ojos unos minutos para que me quede claro que lo que ví es real y no un sueño.
¿Acaso existen hombres tan lindos?
Frente a mis ojos, parado en el escenario, enfundado en un hermoso traje azul oscuro, se encuentra el hombre más sexy que mis ojos han visto.
Es alto de seguro debe estar cerca del metro noventa, unos hermosos ojos de color Celeste esmeralda, cabello café claro casi rubio, una suave barba casi rubia, mandíbula bien definida y a juzgar por lo ajustado que le queda el traje, tiene un cuerpo de infarto.
Mis hormonas se disparan y mis pobres neuronas colisionan.
Me centro en mirarlo más atentamente y tiene un tatuaje en su mano, y también se puede notar que tiene uno en el cuello.
Se vuelve a aclarar la garganta en el micrófono y en ese momento lo miro a los ojos y nuestras miradas conectan.
¡Carajo!
Sin poder evitarlo me pierdo en el intenso color de sus ojos y de repente me siento pequeña e insignificante bajo su mirar, sin poder evitarlo aparto rápidamente la mirada y finjo desinterés ante la situación.
—Buenas noches a todos mi nombre es Austin Miller y soy el principal benefactor de esta universidad —me encantaría escuchar lo que dice, pero me pierdo en el sonido de su voz, tiene un tono autoritario, algo en su voz hace que me ponga intensamente nerviosa, sin siquiera poder evitarlo
Creo que ya termino de hablar, nuevamente nuestras miradas conectan, pero me mira de una forma diferente, de una manera intensa, parece que me está analizando cómo un escáner.
—¿Vamos? —Andre me devuelve a la realidad, casi arrastrandome del brazo.
—Si vamos —respondo al momento en que me paro y no vuelvo a mirar al escenario.
Al salir del ese lugar siento el aire más liviano y vuelvo a respirar con normalidad, algo en él me incómoda, suerte que no lo veré seguido.
Las clases fluyen con normalidad a lo largo del día, sin ninguna duda amo la universidad, aunque aquí la vida es algo difícil, la agetreada vida de los Ángeles no tiene comparación con la inmensa paz que hay en Kansas, pero igual me gusta.
Como ya se me hizo rutina al salir de la universidad voy a mi trabajo en la cafetería, soy mesera.
Al finalizar un largo día, vuelvo al departamento, como es de esperarse Andre no está, me dejó una nota;