Cautivada por la belleza y la intensidad de ese hombre, queda encantada por él desde la primera vez que lo ve, pero como todos él esconde un secreto.
Y ella no esperaba que al entrar ahí su vida diera un giro tan inesperado, lleno de secretos por de...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Bueno creo que nos quedó muy bien ahora corregido —habla Trevor sonriente mientras mira nuestro trabajo concluido.
—Opino igual —lo apoyo igual de sonriente —y reitero que hacemos un gran equipo —respondo sincera, ya que realmente se nos hace muy fácil trabajar juntos.
—Estoy más que de acuerdo contigo —responde con una sonrisa, como que está muy sonriente hoy —¿Tienes algo que hacer ahora? —me interroga con cara de entusiasmo.
—Emm si quedé con mi cuñada de ir de compras —respondo en tono de disculpa.
—¿Tienes novio? —pregunta sorprendido mientras abre grande sus ojos y en tono de lo que parece decepción.
—Si... Se llama Austin.
—Oh lo lamento mucho de verdad no tenía ni idea —se disculpa, mirando para otro lado.
—No te preocupes, no tenías como saberlo.
—¿Es de aquí de la universidad? —que chismoso que es este hombre y después dicen que las mujeres somos bien metiches, ja que ironía.
—No, él es algunos años mayor —simplifico, ya que por algún motivo no me siento cómoda hablando de mi relación con él, lo cual es normal según yo, es que apenas lo conozco.
—Oh y... —va a continuar.
No lo dejo terminar —y eres bastante curioso por no decir chismoso —lo corto con gracia mientras sacudo la cabeza.
—Lo siento —se sonroja y esquiva mi mirada.
—No te preocupes —comenzamos a guardar nuestras cosas y salimos por fin de la biblioteca.
Al salir Sara ya está fuera en el auto —mmm está guapo ese chico —mueve sus cejas de forma insinuante cuando llegó a su lado.
—Jajaja —me carcajeo —es un chismoso —le cuento con gracia.
—¿Por qué? —me coloco el cinturón y comienzo a contarle —¿Y no lo aceptaste? —me mira como si tuviera dos cabezas.
—¿No? —la duda tiñe mi voz mientras la miro sin entender su punto.
—Dai una salida no se le niega a nadie, que falta de respeto, acaso tus papás no te enseñaron educación —sacude la cabeza con cara de decepción.
—Claro y tú quieres que a tu hermano le de un ataque de celos al volver —le digo, pensando y recordando cómo se puso con Jacob.
—Ay tonterías —le resta importancia ella con la mano.
Continuamos hablando de un montón de cosas, la verdad estoy amando pasar tiempo con ella, me siento súper cómoda y hay una complicidad difícil de explicar que me encanta, es como si la conociera de toda la vida.