Cursed / Draco Malfoy (Traducción)

capítulo 34

—¿Cómo dormiste?—Amelie estaba parada en la puerta de la sala de estar en una camisa de dormir, casi el doble de su tamaño.

Draco se pasó una mano por el pelo, gimiendo mientras se sentaba en el sofá.

—Bien—murmuró—Dormí bien.

Sus pies se sintieron fríos contra las tablas de madera que cubrían el piso de la cabaña; los escalofríos recorrieron sus piernas desnudas por el aire fresco de la mañana.

Amelie siempre se despertaba mucho antes que Theodore, y apreciaba el momento que tenía a solas cuando el sol salía entre las montañas.

Afuera se había vuelto más frío, lo notó por las manchas de congelación, que crepitaban por las ventanas por la mañana y las hojas estaban cubiertas de verglas.

—¿Cómo dormiste?—Draco volvió a llamar su atención, y su cabeza se inclinó para mirarlo.

Su cabello rubio caía desordenadamente sobre su piel cenicienta.

Amelie no pudo evitar sonreír al chico cansado frente a ella, Su columna vertebral descansaba contra el respaldo del sofá mientras las sábanas cubrían la mitad de su cuerpo.

Sus ojos lo recorrieron, estudiándolo antes de aterrizar en las cicatrices talladas en su pecho.

Parecía doloroso, incluso si la mayoría de ellas estaban curadas y solo se mostraban los contornos de la tortura, parecía que todavía dolía.

—Dormí bien—Amelie trató de sonreír —Me sentía un poco sola.

Draco resopló, sus manos acariciaron su rostro para quitarse la fatiga de sus ojos.

—Yo también —susurró, dejando que sus brazos cayeran a su lado mientras la miraba de nuevo.

Él también la estudió, Observó cómo los dedos de sus pies se retorcían sobre el suelo frío, sus rodillas temblaban levemente al salir de la fría habitación y sus dedos agarraban los bordes de sus mangas.

En realidad, se veía ridícula, de pie con esa camisa de gran tamaño parecía que podría ahogarse en ella, con el cabello enredado por el sueño profundo, pero para él, ella era más que perfecta.

Draco adoraba los pequeños detalles sobre ella, de cómo en realidad no le importaba cómo se veía frente a él, Ella tenía confianza en él y eso lo valoraba.

—¿Puedo leerte algo?—Amelie susurró desde el otro lado de la habitación, su labio inferior se mordió entre los dientes con vacilación.

La cara de Draco se suavizó cuando asintió con la cabeza hacia ella, doblando el borde de la ropa de cama a un lado para que ella se deslizara por debajo en el sofá junto a él.

Su rostro se iluminó y sus ojos brillaron con esperanza cuando se acercó a los muebles y se dejó caer a su lado, Draco la envolvió con la sábana, asegurándose de que el aire helado no la molestara.

—¿Leerme qué?—Murmuró, mirándola por encima del hombro—No terminó tan bien cuando me leíste algo la última vez.

Amelie tragó saliva, sintiendo que la timidez la vacilaba ante lo que decía.

—Lo siento—Exhaló, extendiendo la mano por encima de sus piernas para agarrar el libro que descansaba sobre la mesa de la sala.

Los ojos de Draco se abrieron de par en par.

—¿Por qué podrías lamentarte?

La barbilla de Amelie se levantó y vio que el rabillo de sus ojos se movía, Parecía exhausto.