Cursed / Draco Malfoy (Traducción)

Capítulo 99

⚠️Este capítulo contiene la muerte de personajes importantes, junto con acciones violentas, sangre, trauma emocional y otros temas perturbadores. Por favor lea con precaución.⚠️

———

"Fuiste tú"
———

Amelie subió las escaleras de su casa, subiendo paso a paso para no tropezar con el vestido que llevaba. Ese vestido significó mucho para ella. Era la misma prenda que Draco le había comprado para Navidad. Fue el primer vestido que tuvo que no cubría todo lo que había sobre ella.

Este vestido le permitió ser ella, con todas las cicatrices pecaminosas y las marcas de los demonios. Nunca se sintió avergonzada por ello, y había esperado lo que le pareció una eternidad para finalmente poder usarlo, y ahora podía hacerlo.

Lo guardó para una ocasión especial, y nada encajaba mejor con ese criterio que este día.

El día que se casaba su mejor amigo.

—¡Teddy!—Llamó a su amigo, llegando al último piso y apuntando a la habitación de Draco y ella.

Malfoy pensó que era una buena idea que Theodore se preparara ahí, ya que le pidió prestado al moreno una corbata para el traje azul marino que vestía.

Cuando era niña, Amelie tuvo una conversación con su madre, y ella hizo su promesa en su lecho de muerte, justo antes de caer en el olvido del sueño, que honraría sus deseos de conseguirle a Theo algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul.

Su madre sabía, incluso si era muy joven en el momento de su muerte, que no podría ver crecer a su hijo. Ella nunca asistiría a su boda, lloraría mientras él caminaba por el altar, lo abrazaría cuando hubieran dicho que sí, le arrojaría flores una vez que salieran corriendo, bailaría con él bajo las estrellas. Su madre lo sabía. Ella entendió que se iría mucho antes de que Theodore tuviera eso y que Amelie no lo haría.

Amelie estaría allí. Amelie se paraba a su lado, y le hizo prometer a esa niña que se lo daría todo a Theo una vez que llegara el momento. Y esa ... esa era una promesa que Amelie no rompería por nada del mundo.

Draco simplemente se rió de ella mientras trabajaba en los detalles de este día porque no sabía cuán importante era esto para ella. Esto no fue solo para Teddy. Esto también fue para su madre.

Entonces Amelie hizo eso. Ella trabajó y trabajó para que cada pieza de este día fuera perfecta.

Hizo que Narcissa le consiguiera un traje azul, algo azul. Ayudó a Atlas a juntar un adorable brazalete con hilo y perlas que Narcissa le había dado, algo nuevo. Se aseguró de que Draco le tomara prestada una de sus corbatas favoritas, algo prestado. Y Amelie, buscó y buscó para conseguirle la última pieza perfecta del rompecabezas de Theodore Nott, y el otro día, la encontró. Su viejo libro de Romeo y Julieta, algo viejo.

Perfecto, sonrió para sí misma cuando lo encontró de pie frente al espejo. Parecía más un desastre de lo que ella pensaba. Sostenía una capa espantosa que parecía romperse en cualquier segundo.

—Teddy, ¿qué pasa?.

—¿Soy un idiota?—Se atragantó, volviéndose hacia ella con ojos llenos de terror—¿Por hacer esto? Tengo diecinueve años, Amelie, y él veinte. ¿Qué demonios estamos haciendo? Hace unos meses, ni siquiera nos conocíamos, y antes de eso, me daba una paliza cada vez que podía, así que dime, ¿soy un idiota por hacer esto?

Ella tragó. Su corazón le dolía por cada latido por él mientras dejaba que su mano descansara sobre su estómago, y sintió una leve sonrisa formarse en sus labios.