Cursed / Draco Malfoy (Traducción)

capítulo 75

⚠️Este capítulo contiene acciones violentas, menciones de muerte y trauma emocional. Por favor lea con precaución.⚠️

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"Pájaros, ¿no?"

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La respiración de Theodore se sentía como si estuviera en llamas por caminar por el largo camino a través del bosque.

Las heridas en sus mejillas y sobre sus manos le escocían mientras sangraban. Había estado tropezando con ramas y raíces en el suelo.

Todo estaba tan oscuro.

Su piel se estremeció cuando se enfrentó al enorme castillo frente a él. Sus ojos parpadearon a través de los detalles tallados de cráneos y serpientes a medida que se le daba forma a la fachada.

Fue realmente aterrador, incluso si estaba a plena luz del día, aquí mismo, rodeando esta mansión, estaba nublado y oscuro. Una luz tenue se asentó a su alrededor mientras sus dedos se apretaban alrededor de su varita.

—Por aquí—gruñó el hombre frente a él en voz baja antes de subir las escaleras, y Theodore no pudo hacer nada más que seguirlo.

Constantemente echaba un ojo por encima del hombro, comprobando para sí mismo que nadie saldría de las sombras y lo atacaría por detrás.

No es que él creyera que sucedía, no, lo querían aquí por una razón.

Los pies de Theodore tropezaron, sus manos se agarraron a las paredes cubiertas de ladrillos para no caer, e hizo todo lo posible por mantener la vista fuera del suelo. No se atrevió a mirar todos los cuerpos apilados por el suelo.

Le dolió salvajemente en su tímido pecho ver eso. Ver cómo los cuerpos de los niños y de sus padres habían sido apilados como si no fueran nada, como si fueran basura.

Al mismo tiempo dolió y enfureció al chico. La muerte y el asesinato no eran algo con lo que Theodore estuviera de acuerdo.

—Aquí—el hombre se detuvo, su larga capa se arremolinaba a su alrededor mientras señalaba hacia dos enormes puertas metálicas—Te está esperando.

El hombre se alejó rápidamente mientras la vista de Theodore se arrastraba tras él mientras se alejaba.

Todavía aterrorizado más allá de toda explicación. Se le erizó la piel con el mayor cuidado que pudo; dejó que sus nudillos pálidos chocaran con el metal.

Un fuerte chillido resonó a su alrededor cuando las puertas se abrieron lentamente y el sonido atravesó sus oídos.

La entrada conducía a una habitación aún más oscura, y con un manto espantoso en el rostro, Theodore se tambaleó hacia adelante.

Las puertas se cerraron de golpe tan fuerte que se estremeció aún más, y se dio la vuelta para ver el metal mientras se cerraba.

Casi se congela, en ese mismo momento. Estaba atrapado: si alguna vez hubiera una salida de este edificio, nunca podría abrirla.

—Siéntate, muchacho.

Theo se volvió de nuevo. Una fina capa de sudor se había formado en su frente debido al pánico que sentía correr a través de él, de la cabeza a los pies.

No vio a nadie.

Ni un alma a la vista se exhibió para él mientras vacilante se detuvo, negándose a mover un músculo, muerto de miedo de que fuera peor.