Capitulo XII

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Era más de mediodía, el primero en despertar fue Zeldris quien se sentó en la cama y estiro el cuerpo mientras lanzaba un bostezo rompiendo así el silencio que reinaba en la habitación. Miro hacia su reloj despertador y descubrió que este marcaba las doce y veinte de la tarde.

No se preocupó debido a que era domingo y no tenía nada que hacer, volteo el rostro hacia su lado izquierdo y contemplo con felicidad a Gelda y Alexander aun dormidos. La rubia dormía recostada de costado con dirección hacia el pudiendo apreciar como algunos mechones de cabello le cubrían el rostro y el resto de la cabellera esparcida por la almohada mientras que el niño estaba tapado hasta la cintura con brazos y piernas extendidos, el dorso de su mano izquierda estaba sobre la mejilla de Gelda.

Sonrió con alegría.

Nunca había dormido tan bien como anoche, tenía en su pecho instalado una sensación de paz y tranquilidad, emoción y felicidad. Se sentía completo.

Se recostó nuevamente permaneciendo de costado y una mejilla apoyada en una de sus manos contemplando la visión, no quería despertarlos aun, quería disfrutar de esto un poco más, no quería salir de ese pequeño mundo.

Sin embargo, Gelda comenzó a moverse un poco y lentamente abrió sus ojos mientras lanzaba un pequeño bostezo. Lo primero en ver fue a Zeldris mirarla con una sonrisa, los ojos del pelinegro reflejaban amor y adoración. Sus mejillas se sonrosaron al percibir esos sentimientos, habia pasado mucho desde la última vez que vio esos sentimientos por parte de Zeldris.

-Bonjour mon amour.-le saludo Zeldris con cariño.

Gelda no sabía francés pero reconocía y sabia algunas frases y palabras así que supo que Zeldris le había dicho "Buenos días mi amor".

-Bonjour mon petit amour.- le saludo también utilizando su poco conocimiento del idioma.

Zeldris rio. Estaba seguro que el "petit" era por su estatura.

-¿Qué hora es?- pregunto Gelda mientras se sentaba y estiraba el cuerpo para desperezarse.

-Casi doce y media.-le contesto el pelinegro-.teniendo en cuenta que estuvimos despiertos hasta tarde es normal que nos despertemos a esta hora-

-¿Quieres almorzar directamente?-

-Claro.-

Gelda miro a Alexander y sonrió al ver a su hijo dormir tranquilamente. No quería despertarlo aun.

-Dejémoslo dormir un poco más.-dijo la rubia mientras se levantaba.

-De acuerdo.-dijo Zeldris también levantándose.

Salieron con cuidado de no hacer ruido en la habitación, Gelda fue a su habitación para cambiarse, Zeldris había tomado un poco de ropa antes de salir de su cuarto y fue al baño que había en el pasillo, normalmente utilizaba el baño que estaba en su dormitorio pero haría ruido y despertaría a Alexander.

Cinco minutos después, Zeldris estaba en la cocina pero no había señales de Gelda, supuso que aún no terminaba de cambiarse. Por su fallido matrimonio aprendió que una mujer puede tardarse bastante en alistarse en las mañanas o cuando había que salir a un algún lugar.

Normalmente llamaría algún restaurante con delivery pero no sabía si Gelda quería cocinar ella o no, así que decidió esperar a la rubia para decidir ambos. Tomo asiento en el sofá mientras prendía la televisión.

Mientras cambiaba los canales comenzó a recordar lo que había sucedido la noche anterior, sus mejillas se sonrojaron. Gelda había sido muy cariñosa y realmente estaba dispuesta a tener sexo, se había arrojado a los brazos de ella con ansias, pasaron muchos años desde que habían estado juntos de esa manera. La había extrañado mucho.

Amor En Invierno [Geldris] [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora