Capitulo X

572 28 19
                                    

La tensión estaba en el aire, Gelda estaba sentada en el sofá en silencio dándole la espalda a todo el mundo. Ren, quien estaba sentada detrás de ella, tenía sus manos en los hombros de la rubia a modo de apoyo. Elizabeth estaba sentada cerca de Ren. Zeldris miraba preocupado a Gelda, luego de confesar su intento de suicidio de hace ya varios años atrás, la rubia simplemente se había quedado parada mirando prácticamente a la nada sin decir ni una sola palabra. Su amiga fue quien la sentó en el sofá.

Dedujo que fue un Shock para Gelda.

La conocía bien y sabía que a la rubia no le gustaba causar problemas o sufrimiento a alguien, mucho menos a él. Por lo tanto supo que causo un gran sentimiento de culpa en su amada.

Sus padres aún no se iban pero al menos su madre ya estaba más calmada, Meliodas y su padre la calmaron pero su furia seguía allí, latente como un depredador que estaba acechando a su presa, el enojo de su madre aguardaba el momento para atacar... otra vez.

Perséfone siempre había sido muy protectora y recelosa con él y su hermano, no le sorprendía la manera en que reacciono cuando imagino la historia de los hechos a partir de lo que había visto.

Zeldris repaso los acontecimientos de las últimas horas, su madre lo vio a él besándose con Gelda en medio de un ambiente romántico y sensual al llegar al penthouse, se entera que había estado en una relación sentimental con Gelda durante la adolescencia pero terminaron tiempo después de la graduación luego de eso él se asumió en una profunda depresión llevándolo tres días después a tomar la decisión de terminar con su vida pero sobrevivió gracias a que su madre lo encontró a tiempo y en el hospital pudieron salvarle la vida pero nunca se abrió a sus padres y ni les dijo cuál fue el motivo detrás de aquello.

Solo lo sabían el, la psicóloga y el psiquiatra que había visto luego del incidente pero debido a la confidencialidad médico-paciente y de que él ya era mayor de edad cuando eso, sus padres nunca obtuvieron la verdad. Lo habían intentado pero no habían conseguido nada de los profesionales mucho menos de él.

De algún modo logro seguir adelante con su vida acostumbrándose a la ausencia de su amada Gelda pero se había convertido en alguien triste, melancólico y distante sin olvidar su adicción por el alcohol. Debido a eso debieron retirarles sus antidepresivos aunque de todas formas él nunca los consumía luego su arresto por posesión de drogas, eso había sido un malentendido pero el había pedido probar la marihuana después su accidente con el auto donde no le ocurrió nada de milagro seguido de su internación en un centro de rehabilitación para alcohólico.

Y como broche de oro, su fallido matrimonio que había sido un claro intento por reacomodar y reiniciar su vida al lado de una mujer que no amaba pero había tenido una pequeña esperanza de tener sentimientos por ella pero eso no fue así y eso llevo al matrimonio en fracaso.

Su mundo se había vuelto oscuro y por momentos gris pero cuando Gelda volvió a aparecer, los colores regresaron acompañados de la alegría de que tenía un hijo junto con la mujer que amaba.

Pero teniendo en cuenta todo lo demás antes de eso ultimo al momento en que su madre vio a Alexander, un niño que era físicamente una combinación perfectamente balanceada de Gelda y el, y que se veía de una edad que coincidía con los años que dijeron que habían pasado desde que terminaron. Perséfone había llegado a la conclusión de que eso había sido el motivo que desencadeno la decadencia de su vida personal.

Había terminado con su novia y esta le prohibia ver al hijo que habían tenido juntos.

Su madre no estaba totalmente equivocada pero sí bastante confundida.

-Bien, ¿ahora si vas a escucharme?-le pregunto Zeldris a su madre.

-¡¿Cómo puedes defenderla?!- exclamo Perséfone.

Amor En Invierno [Geldris] [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora