Capitulo XXIV

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Cuatro Meses Después…

Era Diecinueve de abril, la primavera había llegado ya hacía varias semanas. Pero ese día era algo más importante para Zeldris.

Era el cumpleaños de Gelda.

El pelinegro se encontraba sentado en una de las bancas del jardín de la casa de sus padres. Su madre organizo una reunión, llevo a Alexander con él. Volteo la vista y lo vio jugando con Melissa y su perrita de raza Cotón, Emma.

Había adoptado a Emma a principios de Marzo.

Meliodas y sus amigos estaban adentro mirando un partido de futbol y las chicas junto con su abuela estaban conversando cerca de Alex y su amiga. Noto que Elizabeth estaba dándole un biberón a Tristán. Su sobrino ya estaba bastante grande y el poco cabello que tenía estaba despeinado y parado hacia todas partes. Se parecía al cabello de Meliodas.

Suspiro y volvió su vista a la pantalla de su celular. Le había enviado un mensaje a Gelda pero como en los últimos cuatro meses, no obtuvo respuesta alguna.

Repaso mentalmente como fueron las cosas desde la última vez que vio a la rubia.

Habían pasado tres días desde que estaba en el hospital, finalmente lo dejaron volver a casa luego de navidad. Había estado impaciente, quería hablar con Gelda, pedirle disculpas por las cosas horribles que le había dicho y arreglar su situación.

No podía dejar a Gelda sola con un bebe en camino ni tampoco quería perderse otro embarazo. Había sido un idiota pero la realidad lo golpeo como si fuera un puñetazo en la cara.

Al regresar al penthouse en la tarde del sábado se encontró con que ni Gelda ni sus cosas estaban allí pero si estaba Alexander y sus cosas. Su hijo le dijo que su madre le había dicho que se quedaba con él y que Gelda se había ido esa mañana. Intento llamarla ese mismo día pero no le contesto ninguna llamada.

Unos días después, se armó de valor y busco a Orlondi para tratar de saber algo de Gelda y aunque lo trato con amabilidad noto un cierto nivel de enfado con él. No lo culpaba, fue un desgraciado con Gelda.

Orlondi le dijo que ella se encontraba hospedándose en la casa de su padre pero le advirtió que no se atreviera a ir allí pero no le hizo caso y al día siguiente fue. Lo único que obtuvo fue que Izraf no lo dejara pasar más allá de la puerta y lo hecho de la propiedad, sin poder ver a Gelda. La segunda vez que lo intento, termino en la estación de policías ya que frustrado había pateado una de las macetas de plantas que había en la entrada de la casa y la rompió. Su padre tuvo que ir a sacarlo de allí.

Con dolor, se resignó y ya no hizo más nada. No le contestaba ni sus mensajes ni sus llamadas y no dejaban que la vieran cuando iba a la mansión Salvatorre. Ya eran principios de Enero y la rutina volvía, se concentró en cuidar a Alexander, lo llevaba a la escuela, lo ayudaba con sus tareas e incluso aprendió a cocinar un poco gracias a las recetas que encontraba en Google y algunos consejos de su madre. No quería alimentar a su hijo solo con Deliverys aunque de vez en cuando llamaban a algún restaurant que tuviera ese servicio.

Orlondi venía a buscar a Alexander todos los sábados a la mañana para que fuera a ver a Gelda y luego lo regresaba ese mismo día por las tardes. Gracias a eso sabía, por medio de Alexander, que Gelda se encontraba bien y su hijo le decía que la panza de su madre estaba creciendo y que le dijo que sería hermano mayor.

Desde entonces tenía un sentimiento de melancolía instalado en el pecho.

Cuando mediados de Febrero llego, tuvo la esperanza de que Gelda volviera a su casa. Ya que el fumigador autorizo que ya se podía volver, y aunque eso significaba que Alexander debía volver a vivir con su madre, no le dolía por que al menos podía verla pero la realidad fue que la rubia no volvió a su casa.

Amor En Invierno [Geldris] [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora