Capitulo XIV

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-¡Zel!- gimió la rubia.

Gelda y Zeldris estaban en la cocina, con la rubia semi inclinada hacia delante en la mesada y el pelinegro penetrándola desde atrás. Podía escuchar los gemidos de Zeldris cerca de su oído.

Esa mañana el pelinegro se deleitó con el hecho de que al despertar lo primero que vio fue a Gelda dormida a un lado suyo, la rubia ahora se quedaría a dormir con él en su habitación. Quiso hacerle el amor allí mismo al verla tan hermosa y dulce pero Gelda no quiso despertarse aun y siguió durmiendo así que siguió con su rutina de siempre y salió a correr como todas las mañanas pero al volver la encontró en la cocina preparando el desayuno y no puedo evitar tomarla por asalto allí mismo.

Dio una estocada profunda haciendo que Gelda chillara de placer y su ego creció, tenía sus manos agarradas fuertemente a la cintura femenina. Gelda se había vestido con un suéter y una falda por lo cual lo único que tuvo que hacer fue bajarle las bragas a la rubia.

-Espera...Alex-Alexander puede despertar en cualquier momento.-le dijo entre gemidos.

-Aún es temprano para el.-

-Pero...-

Zeldris volvió a dar otra embestida con fuerza y Gelda sintió que sus piernas fallaban y termino por recostarse por completo sobre la mesada. Ya se sentía cerca, su interior comenzó a contraerse al igual que el pene de Zeldris se engrosaba. Ambos estaban cerca, el primero fue Zeldris pero cuando Gelda estaba a punto de liberarse...

-¡AHHH!- se escuchó un grito infantil por todo el lugar.

-¡AHHH!-gritaron los adultos al ver a Alexander parado a unos metros de ellos y ya vestido para la escuela.

Alexander dio media vuelta y corrió de regreso a su habitación.

Zeldris salió de Gelda, se acomodó la ropa y fue detrás de su hijo. Gelda le tomo un poco más recuperarse pero se estabilizo, acomodo su ropa y fue detrás de Alexander al igual que Zeldris.

Al llegar a la habitación de su hijo se encontró con Zeldris hablando atraves de la puerta.

-Alex, hijo.-le llamo Zeldris-.abre la puerta, hablemos.-

Pero el niño no contesto, Zeldris intento abrir la puerta pero estaba cerrada con seguro.

-Cariño, ¿estás bien?-le pregunto Gelda, la rubia se golpeó la frente con la mano. Los acaba de ver teniendo sexo en la cocina es obvio que no está bien.

Le golpeo a Zeldris en el hombro.

-Oye.-se quejó.

-Es tu culpa, yo estaba tranquila preparando el desayuno.-

-Es que te veías tan hermosa.-le dijo Zeldris acercándose y abrazándola por la cintura.

La puerta se abrió y Alexander los miro atentamente.

-¿Qué hay de desayunar?- pregunto pasando a un lado de ellos sin más.

Gelda y Zeldris se miraron confundidos y se fueron detrás del niño. Lo encontraron sacando la leche de la nevera.

-Quiero cereales.-dijo el niño-.pero no llego a la alacena-

-¿Estas bien?-le pregunto su padre.

Alexander asintió.

-El abuelo me dijo que va haber momentos en que ustedes quieran estar solos y que gracias a esos momentos tal vez tenga un hermanito o hermanita en un futuro.-dijo Alexander.

Gelda lo miraba con los ojos abiertos y Zeldris se cubrió el rostro avergonzado, ¿qué cosas le dijo su padre? Aunque la idea de otro hijo con Gelda no sonaba nada mal. Negó un poco con la cabeza, no era momento de pensar esas cosas.

Amor En Invierno [Geldris] [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora