Capitulo IX

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Zeldris y Gelda miraban a los señores Demon congelados en su sitio, la rubia fue quien primero se movió y se separó de Zeldris. El pelinegro se froto las manos nervioso, no tenía idea de que decir y estaba seguro que Gelda tampoco. La rubia lo miraba como esperando a que dijera algo mientras sonreía nerviosamente.

-mama, papa. Ya llegaron.-dijo Zeldris con nerviosismo.

Su madre le sonrió tratando de trasmitirle calma a su hijo.

-Zeldris cariño, ¿Quién es tu acompañante?-le pregunto su madre mirando a Gelda con atención.

-Ella es Gelda Dupont, nos acompañara esta noche-dijo Zeldris

Gelda algo nerviosa se presentó, se acercó a los señores Demon y estiro su mano como saludo.

-Es un gusto conocerlos.-dijo Gelda

-Igualmente.-dijo Persefone con una sonrisa y estrechando su mano con la de la rubia. Luego el padre de Zeldris hizo lo mismo.

-Tu eres la chica que fue el otro día a la empresa a llevarle unos papeles a mi hijo.-dijo el señor Demon al reconocerla.

-Si.-dijo Gelda algo apenada y Zeldris lo miro sorprendido, ¿Cómo es que su padre sabía eso?

-¿Ella es el “amigo” que estas hospedando?-pregunto el señora Demon haciendo comillas con los dedos. Su esposo le había contado sobre la chica que había ido a la empresa.

Gelda miro confundida a Zeldris.

-Sí, solo que no es amigo sino que es amiga.-dijo el pelinegro.

Era la única etiqueta que se le podía ocurrir para ponerle a Gelda, no eran pareja tampoco podía decir que era la madre de su hijo aunque luego de ese beso tenían que hablar sobre lo que significo.

-¿Con derechos? Fue bastante clara la escena que vimos hace un momento.-dijo Perséfone-¿Por qué nos ocultaste que era una chica la persona que hospedabas en tu casa?-

A Zeldris se le agotaron las ideas, no sabía que decir.

-Un segundo, huele a comida casera.-dijo Perséfone de pronto.

-Yo cocine la cena de esta noche.-dijo Gelda con una ligera sonrisa.

La señora Demon se dirigió a la cocina y vio lo que la rubia había cocinado.

-Hay comida en estos platos.-dijo Perséfone sorprendida.

-Mama por favor.-dijo Zeldris tapándose el rostro con las manos avergonzado por la actitud de su madre.

-Querida no revises así las cosas, es la casa de nuestro hijo.-dijo el señor Demon.

-También hay comida en la heladera, no son sobras.-dijo Perséfone-¿Cómo es que hay comida en esta heladera?-

-Gelda es quien cocina.-dijo Zeldris.

-Literalmente estoy quedándome gratis aquí, así que mínimo quería hacerle la comida a Zeldris cuando me di cuenta que él no sabe cocinar.-dijo Gelda

-Por eso ya no te veía tan pálido, al fin comes comida de verdad.-dijo la señora Demon

-¿Me veía pálido?-pregunto Zeldris

-Deja la cocina en paz, Zeldris ya es bastante grande para cuidarse solo.-dijo el señor Demon

-Su alimentación era pésima y lo sabes.-

Zeldris se presionó la nariz en signo de irritación, no se creía capaz de sobrevivir aquella noche. Gelda lo miraba entre divertida y apenada.

Era la primera vez que conocía en persona a los padres de Zeldris, a simple vista son buenas personas y padres que se preocupaban por su hijo.

Amor En Invierno [Geldris] [Libro 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora