Leve +18.
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—Me niego—. Estuvo a punto de levantarse de su asiento, pero la mirada gélida de su madre lo hizo retomar su posición, chasqueando la lengua y evitando esos ojos zafiro que tanto lo tajaban en cuanto a pensamientos. Claro, la mujer debía ser fuerte de carácter al ser la presidenta de una gran organización.
—Acepté que decidieras seguir ese estúpido sueño tuyo si llegabas a triunfar en ese mundo, pero, por lo que veo, no fue así—. Odiaba que lo dijera de esa forma, porque, por un momento, sintió que lograba triunfar. No fue sino hasta que ese maldito crítico lo hizo pedazos en una columna, quitándole la inspiración que creyó latente, y sumergiéndolo en un mar de alcohol. Su madre, como la mujer empoderada que era, le dio un buen golpe y lo sacó de allí—. Así que, ahora, te harás cargo de una pequeña conexión que tenemos en otro estado.
— ¿Por qué yo? —. Sabía lo que respondería, y ella soltó un bufido.
—Eres mi único hijo—. Tiró la cabeza a la parte trasera del asiento, mirando al techo fijamente. Deseaba, en serio, que el techo le cayera encima para evitar el futuro de un aburrido magnate. Si bien el dinero era tentador, estaba más afianzado a lo sencillo, y ser rodeado de lujos no era su estilo—. Ray, necesito que me prestes atención.
—Lo hago—. Bajó la mirada, observando a su madre colocarse unos lentes y escribir en su libreta algo—. Pero no pienso olvidar todo lo que trabajé solo por un crítico mal pago—. La mujer dejó de escribir, mirándolo por el rabillo de las gafas.
—Si fueras alguien normal, Ray. Pero no lo eres, y estoy cansada de arreglar el desastre que provocaste por esa estúpida critica. Tienes casi treinta y cinco, debes tomar algo de madurez—. Ella dejó el bolígrafo, y colocó ambos brazos en la mesa, juntando sus manos, y ladeando un poco su cuerpo por encima del escritorio—. Eres mi único heredero, necesito que te concentres en el mundo real, dejar esa fantasía hippie de ser un artista. Ya no tienes veinte.
Ray entendía eso, pero era tan duro aceptar que su juventud se iba, y con ello, su sueño de ser un artista famoso de más corta edad. Tal vez, si moría, sus retratos tomaran valor, pero por el momento, solo era él y sus pinturas. Ahora, ni eso, porque su inspiración se expiró al mismo tiempo que el ascenso de su carrera.
La madre, Camila, entendió, recostándose en su escritorio. Odiaba ser duro con su hijo, y lo quería bastante, debido a sus problemas para tener hijos, él era un milagro. Pero era una presidenta de una gran corporación, y aunque a su hijo no le gustara la idea, debía hacerse en mente que triunfaría, pero no como él creía. Tal vez, un hobby, pero no una carrera. No le gustaría ver a su orgulloso retoño morir de hambre.
—Haremos un trato: Te daré un mes—. Miró a su madre sin entender—. En ese mes, irás a aprender del negocio familiar al pueblo; y podrás tratar de recuperar esa "fama" pequeña que tenías. Si logras hacer que una de tus obras esté en el museo Nacional, te dejaré en paz. Pero, si no, tendrás que tomar tu lugar y empezar con la familia. ¿Está claro?
Era lo más condescendiente que su madre le había dicho. Afirmó sin pensar que, en un mes, no sería capaz de volver a recuperar una musa.
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— ¿Por qué me trajiste a un teatro? Es algo muy cutre cuando ya existen los cinemas—. Ray trataba de no bostezar. ¿A quién se le ocurriría hacer una escena a media noche? Era tiempo de bebedores, no de vividores. En fin, él no entendía ese pequeño pueblo; al parecer, muy famoso por su teatro, pero con cosas tan rusticas que sentía como si hubiese viajado en el tiempo.
Después de que llegó, su tío, un alegre hombre, lo instaló en un amplio departamento en la mejor parte de la ciudad, mientras lo arrastraba todos los días a disfrutar de las maravillas del lugar. "Aprovecha tu tiempo libre, muchacho. No lo tendrás cuando empieces". Y agradecía que no lo hubiesen llevado a la mansión, porque quedaba saliendo del puerto en una pequeña isla. Por si no fuera lo suficientemente pomposo, todas las tiendas y lugares tenían Manchester S.A en la puerta. ¿Es que se compraron ese pueblo?
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A un imposible. |Henray|
FanfictionRay Manchester es un artista que acaba de recibir la crítica más destructiva de su vida. Su carrera comienza a caer en picada, y nada lo hace sentir nuevamente inspirado, hasta que conoce a un joven omega estudiante de artes escénicas, el cual, no s...