El Viajero del Alba • 𝐄𝐃𝐌𝐔𝐍𝐃 𝐏𝐄𝐕𝐄𝐍𝐒𝐈𝐄

~Capítulo 5

Subimos a la parte más alta de la cubierta, siguiendo a Caspian, quien rápidamente tomó el catalejo y comenzó a mirar hacia el punto en donde se veía una isla.

—Las Islas Solitarias, el puerto de Narrow Heiven —informó Lord Drinian a Caspian

—Que raro —cuestiono este, pasándole el largavistas a Edmund—. No hay ninguna bandera narniana —añadió

—Pero las Islas siempre fueron de Narnia —comentó el pelinegro fijando su vista en el objeto en su mano

Era cierto que las Islas eran narnianas, o al menos así lo indicaban los libros de estudio que había en la biblioteca de Cair Paravel. Los antiguos reyes de antaño habían sido emperadores y emperatrices de aquellas porciones de tierra, así como ahora Caspian lo era.

—Es muy sospechoso —destacó Caspian mirando hacia las islas

—Hay que enviar un grupo a tierra a explorar —ordenó Edmund— ¿Drinian? —llamó su atención

—Perdóneme, Majestad, pero la cadena de mando inicia con el Rey Caspian en este navío —intentó disculparse con aquella excusa

—Ahh, claro —murmuró él, notoriamente incómodo

Oh no, despertó a la fiera.

—Creo que deberías tener en cuenta lo que acaba de decir el Rey Edmund, porque tiene mucho más conocimiento del que ambos podemos tener —hice una pausa—. ¿O es que acaso tú a los 10 años venciste a la Bruja Blanca? —le pregunté molesta, y él solo me ignoró

Edmund colocó su mano en mi hombro y me susurró que me tranquilizara, que así no se iban a resolver los problemas.

—Caspian, sé que es mi primera vez, pero yo considero que deberíamos seguir la recomendación del Rey Edmund —le pedí con tranquilidad exponiendo mis puntos—. Es decir, ha dirigido tropas incluso desde antes de que tú nacieras.

—Tienes razón —me dijo— Usaremos los botes— le lancé al capitán una de mis sonrisas más cínicas. Había logrado mi objetivo. —. Drinian, forma un grupo de expedición —le ordenó, y esta vez si obedeció al pedido, mientras me miraba molesto

Tavros informó a gritos sobre el desembarco que haríamos pronto. Los marines comenzaron a bajar los botes, arriar las velas y ya estaban comenzando a bajar el ancla.

Los botes comenzaron a llenarse. Los reyes, Eustace y yo, junto a 4 hombres más, íbamos en el mismo barquito de madera.

—Adelante, la emoción de lo desconocido nos aguarda —pronunciamos con Reepicheep y echamos a reír por haber repetido la misma frase

—¿Y sí esperamos hasta mañana? —sugirió Eustace con voz temblorosa

—No hay honor en darle la espalda a la aventura, niño —le respondió el roedor

Subi los pequeños escalones y comencé a observar el paisaje. No había mucho que ver. Una gran rampa que llevaba a lo que parecía ser la ciudad, a lo lejos se veía un campanario, y luego solo se podía apreciar el mar ondulante que chocaba contra las piedras de la isla.

—Escuchen... —murmuró Lucy

—No oigo nada —le dije en un murmullo

—Ese es el punto —me respondió—. ¿Dónde están todos? —preguntó mirando a su alrededor

Volví sobre mis pasos para ayudar al primo de los reyes a bajar del bote, extendiendo mi mano frente a él.

—Yo puedo bajar sin que me ayuden —se quejó evitando mi mano

—Púdrete —le dije volteando y alejandome de él

Escuché detrás mío un pequeño golpe acompañado de un quejido, y no pude evitar soltar una risa al verlo tendido en las escaleras. Nada le costaba tomar mi mano para bajar.

—¿Están seguros de que es su familiar? —consultó Caspian viendo la inutilidad del rubio

Edmund estaba por hablar cuando una campanada llamó nuestra atención, y vimos decenas de pájaros alejarse volando del campanario y perderse sobre el mar.
Pero al menos estábamos seguros de que las islas no estaban completamente deshabitadas.

Empuñaron armas, y junto a Caspian apuntamos nuestros arcos hacia la fuente del sonido, pero no notamos ningún movimiento ajeno a la campana que se movía de manera ladeal.

—Reepicheep, tú y los hombres de Drinian aseguren el área —le ordenó mientras se dirigía hacia la rampa, con nuestra pequeño grupo detrás—. Vamos a explorar —le informó—. Si no he vuelto al amanecer, envíen ayuda—le dio la última orden y lo vio alejarse hacia los soldados que amarraban los botes al puerto

Caspian se giró y me miró con seriedad

—Hazle caso a Reepicheep —me pidió, él ya conocía la mala relación que mantenía con Lord Drinian, y ya se había cansado de intentar cambiar eso

—Con todo respeto, Majestad, pero no pienso quedarme protegiendo el lugar mientras tú estás arriesgandote, así que iré contigo —Caspian se rió, como cada vez que me refería a él con ese título. Era algo que hacía únicamente cuando no quería obedecerle, pero sin que se notara muy obvio, aunque había que admitirlo, si se veía obvio

—¿Qué haré contigo, princesa? —se preguntó a él mismo— Ven con nosotros —accedió a que lo acompañara