~Capítulo 16

678 48 1
                                    

Estaba durmiendo tranquila, cuando de repente vi a mi padre frente a mí.

Sonreía disgustado.

—Estás cumpliendo lo que no pude —su tono era afligido

La mayor aspiración de mi padre siempre fue recorrer los mares, pero nunca había podido. Desde el día en que nací, cuando murió mi madre, tuvo que encargarse de mí, y buscar alguna mujer que fuera mi imagen materna. Pasó sus últimos años rodeado con 2 mujeres distintas, quienes murieron cuando yo aún era pequeña. Y la última, intentó venderme en varias oportunidades.

Mi padre empezó a recalcarme que por mi culpa él jamás había logrado su mayor sueño. Que gracias a su muerte, yo estaba logrando aquello que le impedía.

"Me estoy tapando los oídos como un niño, cuando tus palabras no significan nada. Hago LA LA LA", pensé mientras intentaba que dejara de hablar. Pero su voz cada vez era más fuerte.

—¡Basta! —grité, sentándome bruscamente sobre mi hamaca, harta de escucharlo echarme culpas

Y ahí me di cuenta de que estaba soñando, porque a mi lado estaba Caspian, viéndome preocupado.
Lo único que hice en aquel momento fue tirarme a sus brazos y abrazarlo con fuerza.
Él no preguntó nada, solo me abrazó, acariciando mi cabello con dulzura.

Al levantar la mirada, me encontré con los hermanos Pevensie mirando hacia nosotros.

—¿Ustedes tampoco pueden dormir? —les pregunté al verlos despiertos

—Pesadillas, ¿cierto? —me preguntó Lucy, respondiendo a mi pregunta

Caspian y yo asentimos con la cabeza.

—Estamos perdiendo la cabeza, o algo está afectando nuestras mentes —sugirió Edmund, tirándose contra su almohada con la respiración agitada

Caspian me aconsejó volver a dormir, así que coloqué mi oso de peluche entre mis brazos e intenté volver a descansar.
Estiré mi brazo hacia la cama del rey, quien me sonrió dulcemente tomando mi mano.

El Viajero del Alba • 𝐄𝐃𝐌𝐔𝐍𝐃 𝐏𝐄𝐕𝐄𝐍𝐒𝐈𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora